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Declaracion del CC sobre el 90 aniversario de su fundacion


Declaración del CC del KKE sobre el 90 aniversario de su fundación

El 17 de noviembre de 2007 el Partido Comunista de Grecia cumple 89 años desde su fundación y entra en el 90º año de su vida política. El CC del partido ha decidido que el período desde el 17 de noviembre de 2007 y el 2008 sea un año de manifestaciones políticas y actividades para celebrar este histórico aniversario.

El KKE llega a los 90 años con la convicción firme en cuanto a la actualidad del socialismo, con un gran sentido de responsabilidad ante la clase obrera y los sectores populares.

El ΚΚΕ no ha firmado y nunca va a firmar una declaración de arrepentimiento a la clase burguesa doméstica o internacional. El heroísmo y los sacrificios de los comunistas recorren el pasado y la actualidad constituyendo un legado importante para las futuras  generaciones. El CC rinde homenaje a los miles camaradas, hombres y mujeres, que perdieron su vida luchando.

La estrategia del KKE para lograr el Poder Popular corresponde con los intereses a corto o largo plazo de la clase obrera, los campesinos de pequeña y mediana escala, los autónomos y los artesanos. Esta estrategia constituye la salida que propone el KKE al pueblo como respuesta a la barbaridad imperialista.

La política del KKE se ha sido confirmada por los hechos. Su posición en cuanto a las condiciones internacionales después de 1989-1991, en general y en los Balcanes más en concreto, su análisis sobre la EMU y el euro y la integración capitalista europea en general, su oposición firme frente a la estrategia de las reestructuraciones capitalistas y la demostración de las causas que las provocan, además de otros puntos fundamentales que ha planteado se han aplaudido incluso por fuerzas populares más allá de su impacto político. Además, ha sido confirmada la política de alianzas del KKE, así como la necesidad de combatir el oportunismo.

Nuestro partido expresa su determinación de seguir en el mismο camino. Se compromete al pueblo y a la juventud α intensificar los esfuerzos para la creación del Frente Antiimperialista, Antimonopolista, Democrático que lucha y reivindica el Poder Popular. Seguirá luchando con toda su fuerza al lado del pueblo. Tomará las medidas necesarias para establecer vínculos militantes con los sectores populares, para que su intervención ideológica y política sea aún mas reveladora, penetradora y ofensiva. El eslogan central de la DECLARACIÓN en ocasión del 80º aniversario del KKE sigue siendo actual: «Teoría de vanguardia, acción de vanguardia».

Somos optimistas de que la política del KKE va a unir más amplias fuerzas obreras y populares que sienten que esta política corresponde a sus intereses de clase. Confían en la firmeza y la solvencia de nuestro partido, en su experiencia y su madurez.

El CC acentúa que el fortalecimiento general del KKE constituye un requisito para cumplir con sus objetivos, que se identifican con la aspiración del pueblo por una vida mejor. El requisito previo para que el KKE y la KNE sean fuertes es establecer organizaciones fuertes dentro de los centros de trabajo y elevar el nivel ideológico y político de los miembros del Partido y del Partido en su totalidad.

El KKE es «vástago de la necesidad y vástago maduro de la ira», el resultado de la conexión del movimiento obrero con la teoría del socialismo científico.

A inicios del siglo XX, las primeras luchas de la clase obrera mediante los sindicatos y el impacto de las ideas comunistas contribuyeron a la creación de grupos y organizaciones socialistas que constituyeron los componentes orgánicos del primer congreso, el congreso de la fundación (17-23 de noviembre de 1918) del Partido Socialista de Grecia (SEKE), como fue nombrado hasta 1924 (3º Congreso Extraordinario) el KKE. La creación del KKE ha contribuido en la elaboración de este pensamiento progresista y lo llevó a nivel científico.

La fundación del KKE fue el punto de partida para la emancipación de la clase obrera del capital y de los partidos burgueses. Fue la primera vez que apareció en la sociedad griega un partido que   proclamaba la abolición de la explotación del hombre por el hombre. El programa del 1er Congreso del SEKE declaraba, entre otras cosas, que:  

«(...) las fuerzas productivas en la sociedad hoy en día se han aumentado desproporcionadamente para esta sociedad y la propiedad privada se ha hecho ya incompatible con el desarrollo y la utilización plena y conveniente de los medios de producción. (...) El cambio de la producción de carácter plutócrata a socialista, realizada a través de la sociedad y a favor de la sociedad en su totalidad puede transformar la gran producción y la día a día productividad del trabajo social de fuente de miseria y esclavitud de los sectores populares en fuente de gran prosperidad y de perfección perpetua y múltiple. Este cambio a nivel social señala la liberación no sólo de los proletarios sino también de la humanidad que sufre. Sin embargo, este cambio puede realizarse solamente por la clase obrera(...) Pero la lucha de los obreros es obligatoriamente política. La clase obrera no puede luchar por sus intereses económicos ni si quiera desarrollar su organización económica, sin derechos políticos; no puede cumplir con su misión histórica sin tener en sus manos el poder político (...)».

Con esta declaración, nuestro partido concretó que el paso al socialismo será el resultado de la única lucha que dirige hacia el, es decir, la lucha revolucionaria, en contraste con el reformismo que proclama que la clase obrera llegará al socialismo mediante reformas.

Nuestro partido ha permanecido fiel al internacionalismo proletario desde el primer momento de su fundación. En 1919 se asoció a la Tercera Internacional Comunista (1919-1943) y en abril de 1920 tomó la decisión de integrarse orgánicamente en esta. Saludó con entusiasmo la victoria de la Gran Revolución Socialista de Octubre. Apoyó incondicionalmente el primer estado obrero y el poder soviético. Combatió el antisovietismo, expresó su solidaridad con los países de poder popular, los comunistas y los obreros en todo el mundo. La existencia de la Unión Soviética fue considerada como el apoyo a la lucha popular a nivel global. Por esa razón el Partido fue atacado intensamente por la clase burguesa y el oportunismo. El KKE se siente orgulloso de la solidaridad que dio y recibió y de su contribución en el desarrollo de la solidaridad obrera internacionalista.

Sin embargo, no evitamos embellecer e idealizar el curso de la construcción socialista aunque éramos conscientes de ciertos problemas que iban surgiendo en los países socialistas. Sin embargo, los atribuíamos principalmente a dificultades objetivas, considerábamos que eran problemas acerca del desarrollo del socialismo; no los considerábamos como desviaciones o distorsiones. La crítica que se hace a nuestro partido en cuanto a “perestroika”, es decir que nuestro partido no se dio cuenta de su carácter, es válida. Aunque el KKE tiene mucha experiencia en el conflicto con el reformismo y el oportunismo, no nos enteramos de las consecuencias internacionales generales en las filas del movimiento comunista y en los antiguos países soviéticos.

El KKE nunca se reconcilió con la ideología burguesa del nacionalismo. Al contrario, se opuso a el. Contribuyó al desarrollo de la conciencia del pueblo en cuando a los verdaderos intereses nacionales, a los intereses de la mayoría de la gente. Una conciencia distinta de la burguesa, ya que la última presenta los intereses de su clase como intereses comunes. Además, el KKE se opone al carácter cosmopolita del capital que constituye la otra cara de la misma moneda imperialista. El patriotismo del KKE está inextricablemente vinculado con el internacionalismo proletario y se identifica con la lucha por el derrocamiento del capitalismo.

El KKE ha organizado infatigablemente durante 90 años la lucha obrera popular. No existe ni si quiera un solo derecho popular que no consiguió encontrar su defensor más decidido en la presencia y la acción del KKE. Nuestro partido atiende igualmente los derechos de los trabajadores griegos y de los inmigrantes económicos ya que, ellos también, son víctimas de la explotación capitalista y constituyen parte integrada en la clase obrera de Grecia. La historia del movimiento obrero sindicalista, del movimiento juvenil, de la inteligencia progresista, así como de los campesinos y de las capas medias de la ciudad, demuestra la vanguardia de la acción de los comunistas.

Nuestro partido se enfrentó con discriminaciones sociales y políticas adicionales a expensas de las mujeres, con las concepciones anacrónicas del papel de los géneros y de la inferioridad biológica de la mujer.  Hizo surgir la razón clasista por esa desigualdad y contribuyó a la radicalización del movimiento de las mujeres contra la influencia burguesa. Puso las bases para la participación masiva de las mujeres en el movimiento obrero y popular, para la expansión del horizonte de la lucha del movimiento obrero sindicalista con orientación de clase y con demandas para las necesidades especiales de las mujeres que trabajan, para las mujeres de los sectores populares. Diseminó las ideas de la emancipación de la mujer y señaló como requisito previo la liberación de clase para que se libere la mujer de su doble opresión.

El KKE trajo y diseminó nuevos modelos culturales en la sociedad griega, defendió lo mejor que tenía para ofrecer, en conflicto con la ideología burguesa sobre las artes y la cultura. Muchos obreros comunistas, en todos los campos de arte, adornan la historia del KKE (en la literatura, el cine, las artes visuales). Luchó contra el analfabetismo. La lucha por la cultura y la educación ha marcado también la vida del KKE.  

El ΚΚΕ está en la primera línea de la acción popular en Grecia contra la guerra y a favor de la paz. Ha contribuido a nivel internacional en el movimiento global por la paz. Se opuso a las guerras imperialistas, a la campaña en Asia Menor (1919-1922) y a la guerra contra Corea (1951) en la que participaron tropas griegas. Se opuso también a la guerra contra Vietnam y, hoy en día, lucha contra las nuevas guerras imperialistas. Lucha para que el ejército griego quede dentro de las fronteras, para que no participe en las tropas imperialistas de ocupación en los Balcanes, en Afganistán, en el Oriente Medio y en otros países.

El KKE ha sido defensor constante de la independencia y la soberanía nacional de nuestro país. Incluso sus cuadros -aunque habían sufrido en las manos del gobierno griego bajo la dictadura del 4 de agosto (1936-1940)- se ofrecieron como voluntarios para luchar en la primera fila del frente en la guerra Greco-Italiana  en 1940.

El 31 de octubre 1940 la (primera) «carta abierta al pueblo griego» de Nikos Zachariadis, Secretario General del CC del KKE, dentro de los calabozos en el edificio de las fuerzas de Seguridad Estatal, indicó el camino de lucha en la guerra Greco-Italiana. El Frente Nacional de Liberación (EAM) siguió el camino indicado por esta «carta abierta».

El fin de la dictadura del rey y de Metaxás del 4 de agosto 1936 dejó el KKE severamente infligido. Las fuerzas de la Seguridad Estatal formaron la falsa «Dirección provisional» como órgano dirigente del Partido, que entonces publicó y manipuló el «Rizospastis».

Al mismo tiempo, unos cuadros del KKE tomaron la iniciativa de organizar de nuevo el «Antiguo Comité Central» para que funcionara como órgano dirigente del Partido.

El KKE fue privado de los servicios importantes de cientos de sus cuadros entregados a los alemanes por el gobierno de Metaxás, y del Secretario General del CC, Nikos Zachariadis, que le entregaron a Gestapo y de ahí al campo de concentración de Dachau. Sin embargo, el KKE fue capaz de superar las dificultades y dentro de poco se convirtió en un Partido fuerte y masivo.

Cuando las tropas de Alemania, Italia y Bulgaria invadieron Grecia y los alemanes entraron en Atenas (17 de abril 1941), los comunistas que huyeron de los lugares de exilio, donde fueron encarcelados por el gobierno de Metaxás, y muchos más que tenían acción ilegal procedieron a la reestablecimiento del KKE y a la organización de la Resistencia contra los invasores.  

El KKE tomó la iniciativa de crear el Frente Obrero Nacional de Liberación (EEAM-16 de julio 1941) y el 27 de septiembre 1941 creó el EAM, una alianza sociopolítica entre la clase obrera, los pobres campesinos y los sectores medios de la ciudad. El 16 de febrero 1942 se formó la sección armada del EAM, el Ejercito Popular Griego de Liberación (ELAS), bajo la dirección de Aris Velouchiotis. El 23 de febrero 1943, se estableció la Organización Nacional de la Juventud Griega (EPON), en la que se reunió la mayoría de los jóvenes griegos. El mismo año se formó la Marina de Guerra Nacional Popular de Liberación (ELAN). Paralelamente con estas organizaciones tenía actividad la organización de Solidaridad Nacional, la Intendencia del Partisano y la Organización para la Protección de la Lucha Popular (OPLA). El marzo de 1943 se fundó en Londres la Federación de Organizaciones de Marineros Griegos (OENO), con la iniciativa que tomó la Organización de Marineros del KKE (KON).

El KKE ha sido el alma, la fuerza dirigente y la fuente principal de nuevos militantes para la Resistencia de EAM. Kesarianí, Kúrnovo, Jaidari, Ai-Stratis, son algunos de los lugares de sacrificio.

El ΕΑΜ salvó el pueblo del hambre; creó gobiernos locales e instituciones de justicia popular en las zonas liberadas y promovió el desarrollo cultural popular.

El 10 de marzo 1944 fue formado el Comité Político de Liberación Nacional (PEEA), el órgano central político administrativo de las zonas liberadas.

Después de las elecciones, que tuvieron lugar bajo condiciones de Ocupación, fue elegido el «Consejo Nacional» que tenía su sede en Corisjades (30 de abril 1944). En las elecciones (23 de abril 1944) votaron por primera vez mujeres y jóvenes mayores de 18 años de edad.

La acción de EAM incluía todas las formas de lucha: huelgas, demostraciones, manifestaciones, representaciones, organización armada. Su propaganda masiva fue extensa y, muchas veces, original.

La postura del mundo político burgués fue distinta. Un sector eligió la opción de la colaboración abierta con los invasores. Estos fueron los traidores que constituyeron los gobiernos de Ocupación bajo la jefatura de Tsolákoglu, Logocetópulos y Ralis.

Otro sector del mundo político burgués junto con el rey huyeron a Egipto, mientras un tercio estaba ausente de la lucha.

Después de la liberación, el KKE y otras fuerzas del EAM estaban en la primera fila de la lucha contra la reacción y sus aliados. La clase burguesa quería literalmente quebrantar el espíritu de resistencia y cualquier intento de reivindicación de la lucha de liberación nacional. Lo intentaron en diciembre de 1944, recurriendo a asaltos armados contra el pueblo de Atenas que daba una batalla desigual  contra las fuerzas militares unidas de las tropas inglesas y de las fuerzas militares burguesas domésticas (Batallón de Seguridad, Brigada de Montaña, los grupos “X” de fuerzas reales anti-comunistas, la Gendarmería etc). El diciembre de 1944 es uno de los mayores momentos históricos del movimiento popular de nuestro país. Entonces, el pueblo tuvo que elegir entre las cadenas y las armas, y eligió tomar las armas.

A pesar del inaceptable «Pacto de Várkiza» (12 de febrero 1945) y las consecuencias devastadoras para el movimiento de EAM derivadas de los Pactos de Líbano y de Caserta, la clase burguesa no había podido recuperar plenamente su dominio ideológico y político de la mayoría del pueblo, ni si quiera mediante su influencia parlamentaria.

Las fuerzas burguesas querían invertir, completamente y en su beneficio, la correlación de fuerzas.  Entonces, para estabilizar su poder, recurrieron, a partir de diciembre, a la violencia criminal y al terrorismo brutal. Eligieron derramar sangre contando con el apoyo económico, militar y político de los EE.UU, ya que Inglaterra había expresado claramente su incapacidad de seguir jugando este papel.

Al mismo tiempo, después de las elecciones de 1946 y el referéndum fraudulento para el retorno del rey, realizado el mismo año, la represión estatal se reforzó aún más («Tercera Resolución» en junio de 1946, votación de «Ley de Coerción» 509/1947).

El movimiento popular de entonces se vio ante el dilema de subordinación por una parte o de organización de la lucha y contraataque por otra parte. Aunque con retraso, eligió el segundo camino como cualquier pueblo que rechaza la humillación y la esclavitud. En las montañas nació el nuevo movimiento guerrilla, el Ejército Democrático de Grecia (DSE). La nueva lucha popular armada se basaba en la experiencia organizativa y militar derivada de la lucha del ELAS en 1942-1945 y en las fuerzas que formaban parte del ELAS.

La lucha del DSE constituye el momento supremo de la lucha de clase en Grecia en el siglo XX y ha sido el mayor logro del KKE. Fue justa y moral porque la lucha implacable de la clase obrera, la lucha del KKE es ella también justa y moral.

La lucha del DSE fue antiimperialista e internacionalista. El carácter antiimperialista de su lucha se determina por las condiciones que impusieron su creación, y por los campos adversarios que se enfrentaron; por un lado las fuerzas populares expresadas políticamente por el KKE y sus aliados, como el Partido Agrario de Grecia (AKE) y por otro lado la coalición de las fuerzas burguesas internas y sus aliados extranjeros. 

La lucha popular de masas se dirigió contra la violencia armada e institucional del estado ejercida por los mecanismos y los gobiernos de Tsaldaris, Sofulis, Máximos, de los partidos «de la derecha» y los «liberales» y el imperialismo inglés y norteamericano. La «doctrina Truman» y el «Plan Marshal» contribuyeron considerablemente a la victoria de la clase burguesa.

Después de la derrota del DSE hasta el desmoronamiento de la dictadura de 1967-1974, el KKE eligió el camino de la resistencia, aunque ya en condiciones distintas; en cárceles, centros de exilio, ante el pelotón de ejecución, en la acción ilegal y como refugiados políticos.  Algunas de las páginas más heroicas en la historia del KKE fueron escritas en Makrónisos, Guiáros, Ai Stratis, Éguina, Itzedín, Gudí, en las cárceles de Avérof y en otros lugares de sufrimiento.

Cientos de comunistas, hombres y mujeres, mantuvieron en alto la bandera de los ideales del KKE y negaron a repudiarlo, a pesar del enorme sufrimiento personal. Siguieron el ejemplo de sus camaradas del período preguerra, que sufrieron en cárceles y centros de exilio durante los gobiernos burgueses, parlamentarios y dictatoriales (de Venizelos, Págalos, Metaxás etc.) por que hicieron su deber  luchando por mejores sueldos, condiciones de trabajo, por un futuro mejor y por haber negado firmar declaraciones de arrepentimiento. El KKE sigue el mismo camino hasta hoy en día. El despido del trabajo, las privaciones personales, todas las formas actuales de sacrificios personales han dejado huellas en la vida de miles y miles de militantes.

Εl CC del KKE, la KNE y todos sus miembros, rendimos homenaje a los luchadores indomables de la lucha de clase. Respetamos, también, a la gente que ofreció lo que podía permaneciendo fiel al KKE, que no pasó al otro campo, el del enemigo de clase. Rendimos homenaje a toda la gente que demostró que «cada generación debe honrar con su lucha a sus antecedentes».

Nuestro partido, durante su larga historia de luchas, ha tenido como arma principal el «Rizospastis», órgano oficial del Comité Central del KKE, que, según Lenin sobre la prensa del Partido, se ha vuelto en el medio que promovió la acción unificada del Partido, el iluminador y organizador de las masas obreras y populares. El «Rizospastis» en ambos períodos, de legalidad y de ilegalidad, ha sido el camarada diario y dirigente de miles de comunistas. El KKE rinde homenaje a los periodistas del periódico del Partido que murieron mientras cumplía con su deber y a los que lucharon desde el bastión de «Rizospastis».

El KKE profundiza orgulloso el estudio de su historia de 90 años de contribución y al mismo tiempo intenta sacar conclusiones útiles de su experiencia. No se trata de una mera anotación de acontecimientos, ni si quiera una evaluación del pasado. El estudio de la historia puede y debe transformarse en arma ideológica, reforzar los instrumentos metodológicos para el análisis del presente y del futuro del movimiento. Partiendo de estos principios, el KKE prosiguió a escribir el II Volumen (ENSAYO) de la historia del Partido de los años 1950-1968.

No es la primera vez que el KKE está tratando de estudiar su trayectoria histórica; varios esfuerzos se hicieron en el pasado para estudiar su historia en su conjunto, así como períodos concretos. Sin embargo, hoy en día el KKE es objetivamente más maduro para valorar su historia en profundidad, ya que su experiencia internacional y nacional es ahora mucho mayor. En primer lugar, examina un asunto político fundamental, su estrategia. Intenta responder el porqué no pudo tratar correctamente la cuestión del poder político en aquellos años.

Consideramos que los años 1940-1945 tienen una importancia significativa como fuente de conocimientos y conclusiones. El estudio de los años 1946-1949 provee conclusiones similares, aunque las condiciones fueron distintas.

En cuanto a los años de la Resistencia de EAM, el KKE ha señalado entre otras cosas que:  

Los días de la liberación de los alemanes (12 de octubre 1944) en Grecia se había desarrollado una condición revolucionaria. Al mismo tiempo, el EAM tenía el control mientras que el mecanismo estatal había sido fragmentado. El gobierno burgués que se había creado, estaba en Egipto y los ingleses no habían llegado a Grecia aún.  

La conclusión principal es que nuestro Partido, a pesar de su enorme contribución y su papel protagonista, no ha sido capaz de formular la estrategia necesaria para solucionar el problema del poder político mediante la revolución, ni si quiera cuando las condiciones, sobre todo después de 1943, exigían que se plantease el asunto de la conquista revolucionaria del poder. Así, el KKE prosiguió a la subordinación del ELAS al cuartel general de los ingleses en el Oriente Medio (5 de julio 1943) y luego a firmar los acuerdos de Líbano (20 mayo 1944) y de Caserta (26 de septiembre 1944), con el objetivo de mantener y extender la «unidad nacional». No consolidó las condiciones sujetivas de un curso que, teniendo en cuenta varios factores, habría podido conducir a la victoria.

Primero, no estimó correctamente la conexión entre el aspecto social y clasista de la lucha popular y el aspecto de la liberación nacional. Este enlace, aparte de los conflictos políticos y militares con las organizaciones militares que colaboraban con el enemigo, se manifiesta incluso por las conflictos armados de ELAS con organizaciones en contra de Hitler y en colaboración con los ingleses, como por ejemplo el EDES. Esto se ilustra en las fricciones continuas entre el ELAS y los ingleses, en la lucha política e ideológica continua de los gobiernos burgueses griegos en el Oriente Medio contra la PEEA y el EAM-ELAS, en la colaboración frecuente entre organizaciones burguesas y los conquistadores –para combatir la «amenaza roja»-, y en la supresión sangrienta, por los ingleses y el gobierno griego en Cairo, de la heroica Organización Militar Antifascista (ASO) en abril de 1944.  

No todas las fuerzas que participaban en el EAM expresaban los mismos intereses. Aparte del KKE participaban fuerzas socialdemócratas, liberales, en general fuerzas de orientación política burguesa. Se debería dar por sentado el hecho que, a causa de las vacilaciones que caracterizan tal partidos e individuos que no estaban dispuestos a llegar hasta el final del camino, la clase obrera no podía proseguir junto con ellos en todas las fases de la lucha. Aún mas cuando la Ocupación estaba llegando al fin y se planteaba el asunto del poder, es decir «¿quién ejerce el poder y sobre quién lo ejerce?» El KKE no tomó en cuenta que el conflicto ideológico y político se realiza también en el marco de las alianzas y que no se permiten compromisos prejudiciales para que la lucha de clase tenga éxito; sobre todo cuando estos compromisos no reflejan la correlación de fuerzas entre los aliados.

Además, el KKE tenía que estudiar la estrategia de los ingleses y de las fuerzas burguesas domésticas y sus maniobras para que pudiera adaptar adecuadamente su estrategia.

La evaluación crítica, más allá del nihilismo y de la persistente referencia a errores que se han cometido, se enfoca en la habilidad del KKE de justificar en cada fase de la lucha su independiente papel ideológico, político y organizativo. Este papel se expresa a través de la consolidación científica de su estrategia, en la base de su aplicación en condiciones particulares y, además, el avance de la teoría del comunismo científico. En consecuencia, este papel se expresa mediante el análisis objetivo de las contradicciones socio-económicas, del despliegue de las fuerzas clasistas, de la correlación política y de la táctica del enemigo de clase.

La acción independiente del Partido Comunista asegura una política de alianzas que no ponga en peligro los intereses estratégicos de la clase obrera en nombre de éxitos efímeros. Las alianzas, como parte inextricable de la estrategia, presuponen compromisos que no arriesguen en ningún caso la promoción de la estrategia del Partido Comunista.  

La historia ha mostrado, incluso de manera dolorosa, que si el estado burgués no se derroque por las fuerzas revolucionarias se pone en cuestión la posibilidad de establecimiento y consolidación de su sucesión en el poder. La clase obrera tiene mucha experiencia y determinación sobre este asunto.

La trayectoria del KKE ha sido marcada por su lucha para preservar su existencia tanto por el ataque de la burguesía, como por la subversión por el factor oportunista. Destacan los atentos durante la década de los cincuenta y de los sesenta, y al fin de la década de los ochenta hasta los principios de 1991.

La influencia de la corriente oportunista en la disolución del KKE en la década de los sesenta se manifestó bajo condiciones totalmente distintas a las de 1989-1991, sino con el mismo objetivo. En el primer caso sirvió como vehículo la Izquierda Democrática Unida (EDA), que aunque se formó (1951) como coalición de partidos y organizaciones (comunistas, socialistas etc), a continuación se convirtió en un sólo partido. A través de EDA y aprovechando del hecho que el KKE estaba entonces ilegal, un grupo de los dirigentes del Partido subvirtió el KKE cuando desarrollaba su acción al extranjero, dónde estaba la sede del CC del Partido, gran parte de su liderazgo, el Archivo del KKE, la emisora de radio «La Voz de la Verdad» etc.  

La resolución del VIII Pleno del CC (1958), que señaló la disolución de las organizaciones del KKE y la integración de todos los comunistas en EDA, contribuyó en convertirlo en un partido unificado.  

La lucha interna en el KKE y a consecuencia en EDA duró hasta el febrero de 1968 (XII Sesión Plenaria del CC), cuando se tomó la decisión que el Partido siguiera existiendo. El denominado «grupo revisionista» del CC se retiró y a continuación prosiguió a la fundación del «KKE del interior». El CC del Partido volvió a establecer las organizaciones del Partido y en agosto de 1968 decidió la fundación de la Juventud Comunista de Grecia (KNE). Fue la primera vez, después de la autodisolución (1943) de la Federación de Juventudes Comunistas de Grecia (OKNE), que el KKE fundió su propia organización juvenil. Se trata de una decisión de importancia significativa, un hito en la renovación del KKE y en la militancia del movimiento juvenil.      

Durante todos estos años, KNE ha justificado su papel y su misión. Ha contribuido en el reforzamiento del Partido ofreciéndole nuevos miembros y cuadros. A pesar de las sacudidas y las escisiones que han ocurrido, KNE sigue en el camino del KKE, siendo su esperanza para el futuro.

En la contrarrevolución de 1989-1991 el KKE fue insuficiente ante las demandas contemporáneas, ante la necesidad de confrontar un ataque del imperialismo y del oportunismo en tal escala y profundidad contra su principios y valores. La crisis del movimiento comunista internacional afectó el KKE y tuvo gran impacto. La escisión del KKE fue inevitable ya que se enfrentaron las dos tendencias básicas dentro del Partido y de KNE. Por una parte, había la tendencia que estaba defendiendo la existencia del KKE y la otra que estaba pretendiendo su transformación en partido socialdemócrata y su difusión en la entonces «Coalición de la izquierda y el progreso» (Synaspismos). Había precedido l apartida de otros cuadros y la escisión de KNE. Este grupo formó a continuación la organización oportunista denominada Nueva Corriente de la Izquierda (NAR).

La transformación del KKE había sido organizada por cuadros, miembros del Buró Político, encabezada por el entonces secretario general del CC, en colaboración con las demás fuerzas integradas en el «Synaspismos». El objetivo era la transformación de este último de una coalición de partidos a partido único.

El éxito de este intento, en el que participaron además fuerzas burguesas, hubiera causado un golpe aplastante en la lucha de la clase obrera ya que el KKE se integraría en el sistema político burgués. Crearía un partido de gestión capitalista, una barrera en la radicalización de las masas populares y lugar de distensión de la fuerza de vanguardia de la sociedad, la clase obrera

El KKE ha defendido los principios fundamentales y las características de todo partido comunista, la ideología del socialismo científico-comunismo, el marxismo-leninismo, el internacionalismo proletario, el centralismo democrático, las leyes que rigen el socialismo, principios hacia las cuales se ha dirigido el ataque anticomunista e oportunista. El KKE se opuso al nihilismo del trayecto de la construcción socialista en el siglo XX, realzó la contribución del movimiento obrero y comunista, la necesidad actual de la lucha de clases como única fuerza motriz para la emancipación de la clase obrera mediante la abolición de la propiedad capitalista en los medios de producción, para la conquista del poder político y la construcción del socialismo-comunismo.  

La confrontación dura sobre la existencia del KKE, junto con la desilusión y la confusión a causa de los acontecimientos contrarrevolucionarios, hicieron a miles de sus miembros y a miembros de la KNE abandonar la actividad. La crisis resultó en una gran pérdida de fuerzas, disminución de su influencia política y electoral, incluso en el movimiento sindical. 

Habría sido posible disminuir el «desangramiento», si la actividad oportunista hubiera sido confrontada a tiempo, si los miembros del Partido, entre otras medidas necesarias, hubieran sido informados por el CC sobre los problemas que existían entonces en el órgano dirigente.

A pesar de los elementos oportunistas en sus órganos dirigentes en aquel período de crisis, a pesar del factor imperialista y la corriente oportunista internacional, el KKE ha sobrevivido, dando pasos hacia la recuperación de su organización revolucionaria. Este hecho tiene una gran importancia histórica, ha dejado su huella en toda la trayectoria de los 90 años del Partido, ha sido el punto de partida de su resurgimiento revolucionario, de la mayor contribución en la tarea difícil de mantener la unidad revolucionaria del movimiento comunista internacional.  

La condición en que se encuentran la clase obrera y los sectores populares, y las circunstancias políticas en general serían peores si en los años 1989-1991 se hubieran realizado los planes de eliminación o transformación del KKE. Al contrario, su existencia y lucha durante todos estos años, reconocidas por las fuerzas populares, han aumentado su influencia política y constituyen una esperanza para el pueblo dirigiéndole hacia el camino que sirve sus intereses, contra los monopolios y los partidos que promueven su poder y sus propios intereses.

El KKE se ha podido recuperar por haber permanecido fiel al marxismo-leninismo, por sus raíces profundas en la clase obrera, por la gran experiencia de luchas de clase duras y de todo tipo, por su experiencia que deriva del conflicto con las corrientes oportunistas que en el pasado intentaron disolverlo.

Después de 1991, el KKE actúa bajo condiciones sin precedentes en los 90 años de su historia. Esto determina también las dificultades sin precedentes de la lucha del KKE, que despliega su acción contra el clima fomentado por los derrocamientos de la contrarrevolución. Estos años exigen un nuevo autosacrificio diario, muy distinto al de los años anteriores, a causa de la contrarrevolución y de la crisis profunda del movimiento comunista internacional. Es totalmente distinta la lucha –incluso con derrotas esporádicas o retrocesos– que se realizó en condiciones de avance y de victorias del movimiento comunista, de la lucha de hoy en día que se realiza en condiciones que la visión comunista ha recibido un golpe tan grave. 

De la experiencia de aquellos años deriva la necesidad que exista un KKE fuerte, primero en todos los centros de trabajo, bajo cualesquiera condiciones. La necesidad de que exista el KKE y actúe independientemente no se puede menospreciar, ni siquiera ser ignorada en el nombre de la importancia de otros factores. Por ejemplo, la disolución de las Organizaciones del Partido en 1958, para aventajarse de las posibilidades legales que ofrecía EDA –cuando la acción del KKE era ilegal y sus miembros se perseguían– fue un error fundamental de carácter oportunista de derecha, porqué así se dejó la clase obrera sin líderes y su dirigencia se entregó a EDA, un partido no revolucionario. 

Los esfuerzos del enemigo de clase y del factor oportunista para eliminar o neutralizar ideológicamente el KKE no acabarán. Han acusado al Partido de dogmatismo, de ideas obsoletas, de sectarismo y de aislamiento, con el objetivo de convertirlo en partido inofensivo para el capital y su poder.

El KKE, al igual que cada Partido Comunista, no puede renovarse rechazando las características fundamentales de un partido revolucionario. La renovación verdadera se identifica con su capacidad de corregir sus errores para ser más efectivo en su deber que deriva de la lucha de clase.

Esto lo manifiesta la experiencia de la trayectoria de varios Partidos Comunistas en Europa y en otros sitios. Durante décadas la renovación, a la que tanta publicidad habían dado y que había excluido todo elemento fundamental del carácter de un Partido Comunista, arruinó el movimiento de los trabajadores y alteró su base de clase.  

El KKE ha insistido en que los derrocamientos contrarrevolucionarios en los años 1989-1991 no invalidan el carácter de nuestra época como época de transición del capitalismo al socialismo.

La evolución histórica ha rechazado la alegación que el carácter del intento de la construcción del socialismo-comunismo ha sido utópico. Ningún sistema socio-político se estableció de una vez en la historia de la humanidad, ni tampoco el capitalismo en el conflicto con el feudalismo.   

La contradicciones dentro del sistema capitalista demuestran la necesidad y la actualidad del socialismo. Estas contradicciones se generan dentro del capitalismo que aunque socializó el trabajo y la producción en gran escala, los productos del trabajo socialmente organizado siguen siendo propiedad privada, capitalista.    

Esta contradicción se puede resolver solamente si las relaciones de producción corresponden con el nivel del desarrollo de las fuerzas de producción, si los medios de producción concentrados se socializan, si el poder socialista planifica su utilización en beneficio de los productores de la riqueza social.

El KKE ha intentado estudiar las causas del derrocamiento del sistema socialista en Europa, junto con el estudio de la trayectoria de la construcción del socialismo durante el sigo XX, y hasta hoy en día sigue esta tarea. Ha acumulado experiencia y lecciones importantes de los acontecimientos negativos y los errores, además de la contribución del socialismo que hemos conocido a los pueblos. El primer estudio de las causas del triunfo de la contrarrevolución se realizó en las organizaciones del partido y en debate público que resultó en el documento de la Conferencia Panhelénica (1995) «Evaluación y discusión sobre los factores que determinaron el derrocamiento del sistema socialista en Europa-La necesidad y la actualidad del socialismo». El Partido ha seguido con esta investigación y el CC publicó un documento relevante.  Además, se toman en cuenta las discusiones que se realizan a nivel internacional por científicos e investigadores marxistas y al mismo tiempo se intercambian opiniones con Partidos Comunistas y Obreros de otros países.  

El derrocamiento del sistema socialista constituye una contrarrevolución porque la restauración del capitalismo en aquellos países representa una regresión social. A nivel internacional, ha facilitado la promoción de la estrategia del imperialismo, de las reestructuraciones capitalistas que habían empezado en la década de los setenta.

Un asunto fundamental es lo de reconocer el hecho que en aquellos países -a pesar de las debilidades, los errores y los desvíos- se estaba construyendo el socialismo.

El KKE rechaza el termino «colapso» del sistema socialista por que así se oculta el hecho que el proceso contrarrevolucionario se basó en el incremento de la lucha de clase por el establecimiento y el desarrollo de la nueva sociedad; es una lucha que se lleva a cabo en contra de la pervivencia y revitalización del pasado capitalista en el interior del país y tomando en consideración la correlación de fuerzas a nivel internacional. Lo más importante es que el termino «colapso» oculta el desvío oportunista y la transformación socialdemócrata de la mayoría de los liderazgos de los Partidos Comunistas en poder y primero del PCUS.

El hecho que el derrocamiento fue dirigido por un grupo o, incluso, por dirigentes de partidos o de estados revela lo que confirma la historia del movimiento obrero, es decir, que el oportunismo en su desarrollo, sobre todo en condiciones de agudización de la lucha de clases, se convierte en fuerza contrarrevolucionaria.  

El hecho que el sistema socialista fue rodeado por el imperialismo fue un factor importante de agudización de los problemas internos y de las contradicciones y dirigió a decisiones que pusieron obstáculos en la construcción socialista.

El análisis del movimiento comunista internacional subestimó la táctica flexible del capitalismo.  Las contradicciones entre los países capitalistas no han sido analizadas objetivamente, mientras se construyeron colaboraciones, incluso a nivel de gobierno, entre varios Partidos Comunistas y la socialdemocracia basadas en una estrategia de «gobiernos antimonopolistas». La experiencia histórica de esta estrategia, aunque fue negativa, demostró que no puede existir un poder intermedio y que, en cuanto a su carácter, el poder sólo puede ser burgués u obrero.

Al mismo tiempo, se profundizó la crisis en el movimiento comunista internacional que, al principio, se manifestó con el cese total de las relaciones entre el PCUS y los Partidos Comunistas de China y de Albania. A continuación, las dificultades se hicieron aún más grandes a causa del surgimiento del oportunismo de derecha en el movimiento comunista de la Europa del oeste, bajo el denominado «eurocomunismo», que declinaba abiertamente hacia la socialdemocracia y ejerció gran influencia incluso en los Partidos Comunistas de los antiguos países socialistas.  

La interacción del oportunismo entonces entre los Partidos Comunistas en los países capitalistas y los Partidos Comunistas que estaban en el poder se aumentó en condiciones de amenazas de un ataque nuclear contra los países socialistas.

En las nuevas condiciones que se establecieron después de 1991, el KKE prosiguió en su reorganización, hizo grandes esfuerzos para adquirir las características revolucionarias que deben constituir y distinguir un partido comunista, para que se superen las condiciones negativas a causa del conflicto interno.

El XIV Congreso (1991) del KKE hizo un esfuerzo de resumir conclusiones básicas de aquella crisis y trazar su línea política general, la línea de la lucha antiimperialista. 

En el período siguiente el KKE elaboró sus posiciones sobre la UE, realizando una Conferencia Panhelénica (1993), que aprobó documentos relevantes.

Las resoluciones de la Conferencia Panhelénica sobre la UE han sido plenamente justificadas. La UE es una unión interestatal del capital, un polo imperialista, enemigo de la clase obrera de los países miembros, de los pueblos de Europa y de todos los pueblos en general. La lucha del KKE en contra de la UE, para que Grecia se desligue de esta, se relaciona directamente con la lucha por el poder popular y con la meta de construir una Europa de paz y de socialismo. En esta base, el KKE votó en contra del Tratado de Maastricht por la integración capitalista europea, mientras la ND, el PASOK y SYNASPISMOS votaron a favor.

La línea política derivada por el XIV Congreso impuso la retirada de los representantes del KKE del Comité Social Económica (CSE) de la UE, y de la CSE en Grecia. Era una línea de oposición al «consenso social»; una línea de denuncia y de lucha contra esta.

Al mismo tiempo, el KKE analizó los acontecimientos en los Balcanes, identificó los responsables de la disolución de Yugoslavia, el papel de EE.UU., de Alemania y otros países de la UE.

El KKE fue el único partido en contra de las manifestaciones nacionalistas respecto al nombre de la Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM), y, contra la corriente, se abstenía de ellas subrayando que el fuego en los Balcanes fue el resultado de las competencias interimperialistas sobre las esferas de influencia. Luchó en contra del ataque de la OTAN contra Yugoslavia con el pretexto de la «limpieza étnica», al cambio de fronteras y a la creación de países-protectorados del imperialismo norteamericano y europeo.

El KKE se opuso al ataque imperialista llevado a cabo con el pretexto del terrorismo, al denominado plan de «democratización del Oriente Medio», al «nuevo papel de la OTAN». Se opuso a las guerras contra Afganistán e Irak.  

El KKE denunció la evasión oportunista de estar «contra la guerra y contra el terrorismo» y desveló que el terrorista de los pueblos es el capitalismo. El KKE luchó para organizar una acción popular anti-guerra unida contra la política interior y exterior de los gobiernos burgueses. No eligió la UE como «contrapeso» a EE.UU, sino señaló los motivos de estas contradicciones interimperialistas, es decir, el conflicto sobre el reparto de mercados y de esferas de influencia, y, especialmente, sobre las fuentes y rutas de transporte de energía y la hegemonía. Al mismo tiempo, señaló la ofensiva común de los países imperialistas contra los pueblos en todas las esferas de la vida de los trabajadores.

Para la elaboración de la estrategia del KKE en las condiciones de la década de los noventa, nuestro partido tomó en cuenta su experiencia acumulada de los acontecimientos en la sociedad griega; experiencia positiva y negativa que se elaboró junto a la experiencia del movimiento comunista internacional que, de todos modos, ejercía gran influencia en la postura política del KKE.

El XV Congreso del KKE (1996), bajo la consigna de «FRENTE A LOS MONOPOLIOS Y AL IMPERIALISMO, POR EL SOCIALISMO», estimó que las condiciones materiales en Grecia ya son maduras para la transición al socialismo y constituyen una respuesta en cuanto a los intereses reales de la clase obrera, de los agricultores de mediana y pequeña escala, de los autónomos y de los comerciantes. Además, demuestran que es necesaria la planificación socialista, ya que el «capitalismo monopolista del Estado (CME) es un nuevo paso hacia la maduración de las condiciones previas y un umbral en la escala histórica sin nivel intermedio hasta el socialismo». Estas posiciones surgen de la tesis que el capitalismo se está desarrollando desigualmente, que es posible que madure aún más rápido una crisis política y económica generalizada, una situación revolucionaria en un sólo país y que se ponga en la agenda la acción revolucionaria por el enfrentamiento y derrocamiento de la clase burguesa.

La estrategia elaborada en el XV Congreso rechazó la teoría de etapas y definió como socialista el carácter de la revolución en Grecia, realzando como criterio no la correlación de fuerzas sino lo que resulta objetivamente necesario. Sobre esta base, el XV Congreso analizó la agudización de la contradicción entre el capital y el trabajo, sobre la cual se está desarrollando la contradicción entre los monopolios y los sectores populares.

El XV Congreso del KKE evaluó que Grecia ocupa una posición intermedia y dependiente dentro del sistema imperialista mundial. Trató el conjunto de sus dependencias militares, económicas y políticas, de diferentes grados a lo largo de su evolución histórica, como un asunto que tiene que ver con su posición en la «pirámide imperialista», con la correlación dentro de las uniones imperialistas, con la agudización de las contradicciones internas e interimperialistas. Por consiguiente, la abolición de las dependencias imperialistas está relacionada con la lucha por el derrocamiento radical del sistema socio-económico en Grecia.   

El XV Congreso consideró que existían dos vías de desarrollo de la sociedad griega:

»La vía que sirve los intereses de las multinacionales, de los capitalistas, a expensas del pueblo, la vía de la adaptación y de la sumisión a las decisiones políticas de la UE y de la OTAN contra los obreros y el pueblo.

»La vía de creación del frente Antiimperialista Antimonopolista Democrático de lucha, que puede dar una perspectiva a la clase obrera, a los sectores populares medianos y pequeños de la ciudad y del campo, y a la juventud.

»No existe tercera vía o vía sin clases. Habrá solamente una vía; la que servirá los intereses de los monopolios y el imperialismo, el sistema capitalista o al pueblo y tendrá como perspectiva el socialismo. 

»Fuerza motriz de la revolución socialista será la clase obrera como fuerza dirigente, el semi-proletariado, el campesinado pobre y los sectores populares de la pequeña burguesía de la ciudad más oprimidos (...) Surge aún más imperativa la necesidad que el KKE, basándose en su política, contribuya a la formación y maduración del factor subjetivo para la revolución socialista.   

La linea antiimperialista antimonopolista democrática de lucha contribuye para que se junte la gran mayoría del pueblo, para que resiste y defiende sus intereses frente a la agresividad capitalista. Esta es la vía que se debe seguir para que cambie la correlación de fuerzas, para que se acerque y, bajo unas condiciones previas, se realice la transición al socialismo (...) Esta vía tiene rupturas que socavan los cimientos de la dominación capitalista. Además, crea las condiciones previas para que la clase obrera y sus aliados tomen el poder político.»     

El XV Congreso hizo hincapié que la lucha del Frente Antiimperialista Antimonopolista Democrático debe preparar al pueblo a utilizar  diferentes formas de lucha, según lo requieran las condiciones, y a alternarlas a tiempo para hacer frente a la reacción de la clase burguesa griega y de las organizaciones imperialistas internacionales, para establecer y consolidar el estado revolucionario obrero.

El XV Congreso del KKE, al igual que el XIV, estableció la consolidación de sus alianzas a nivel social como elemento fundamental de su política. Sin ello, no será posible una alianza con otras fuerzas políticas en una base sólida, ni la confrontación de los ataques contra ella.

En el Programa que aprobó el XV Congreso se afirma el científicamente consolidado principio del papel dirigente de la clase obrera en el desarrollo social, su posición objetiva y su misión para la liberación del hombre de la explotación capitalista; se confirma la clase obrera como la fuerza que puede agrupar bajo su liderazgo los sectores oprimidos de la sociedad griega.  

El debate ideológico contra el revisionismo contemporáneo se resumió en la tesis sobre el papel histórico de la clase obrera. Desde hace décadas, el punto de vista del oportunismo de derecha ha sido expresado mediante la posición que la clase obrera se reduce a causa de la revolución científico técnica. Esta posición no aceptaba la relación con los medios de producción como criterio según el cual un trabajador pertenece a la clase obrera y rechazaba la posición clasista del trabajador como proletario, dividiendo los trabajadores en cualificados y no cualificados, en asalariados de calificación científica o tecnológica, aunque no participaba en la administración de la producción. Además, hizo una división entre los nuevos y los antiguos sectores de la producción, según el tipo (abierto o encubierto) de las relaciones explotativas del trabajo asalariado.

El XVI Congreso del KKE (2001), basado en el Programa aprobado en el XV Congreso, procedió a elaborar más profundamente la propuesta política del KKE en cuanto al Frente Antiimperialista Antimonopolista Democrático (AADM). El mensaje del XVI Congreso fue que no había callejones sin salida en la vida social y política del país; que había solución. Esta solución era, y sigue siendo, el camino del AADM, de la concentración de fuerzas en la lucha por el Poder Popular y la Economía Popular.

El KKE declaró que bajo el concepto general del «poder popular» se daba la posibilidad a fuerzas que no se identificaban a nivel ideológico y estratégico con el KKE de participar en un frente común de lucha contra los monopolios, las uniones imperialistas, las agrupaciones gobernantes burguesas que se alternan en Grecia. La base objetiva de esta alianza han sido siempre las necesidades del pueblo, contrariamente a los intereses de los monopolios y de las uniones imperialistas, y el poder a nivel nacional y estatal. No se puede dar ningún paso hacia delante que esté a favor de los trabajadores mientras domina el capital monopolista, mientras Grecia está atrapada en las uniones imperialistas.    

La resolución del XVI Congreso precisó que: «Para la formación del AADM no es suficiente ni el accionar común en la base de puntos de vista comunes o parecidos sobre asuntos importantes y actuales, ni si quiera una línea de defensa frente a la ofensiva contra el pueblo. Se exige un nivel de acuerdo en la dirección general de solución de problemas, que va a declararse en un programa sobre la Economía Popular  y el Poder Popular».  

El KKE lucha por la formación del Frente, manteniendo su independencia ideológica, política y organizativa, algo que reconoce a sus aliados también. La independencia estratégica del KKE se expresa en la posición que el poder popular es el poder socialista, y la posición sobre los requisitos necesarios para que el AADM adquiera características de frente revolucionario. Además, el Congreso concretó que el proceso de la formación del Frente se realizaría a través de un movimiento social.

Un asunto fundamental que trató el XVI Congreso fue el fortalecimiento del KKE junto con la necesidad de comprensión y aplicación en la acción de cada día del partido la relación dialéctica entre la estrategia y la táctica, en la base de proyección y reivindicación de las necesidades modernas de los trabajadores.

El XVI Congreso determinó el contenido concreto del trabajo de los dirigentes del KKE, desde el CC hasta la organización de base del Partido, en la creación de una consideración común de la política de alianzas sociales, una acción diaria en el movimiento obrero y sindical, en contra de las decisiones estratégicas y la táctica de compromisos seguida por la mayoría de las organizaciones sindicales centrales, del sindicalismo amarillo y en el movimiento de los campesinos, de los autónomos y de los comerciantes.   

Haciendo hincapié en la política de alianzas, el XVI Congreso rechazó, como contrarias a la línea política del KKE, las tesis que hablaban de unidad popular «en la base de los problemas en cada sector». Considera esta tesis como cortinas de humo para encubrir las posiciones que tienen que ver con la gestión del sistema, posiciones relevantes o iguales a la política de gobiernos de centro-izquierda. Además, abrió un frente contra la polémica oportunista dirigida al partido, que supuestamente ha dejado de luchar por los problemas cotidianos del pueblo a favor de la revolución socialista.

Declaró que en un período de agresividad capitalista fuerte en todos los frentes «las luchas no van a aportar soluciones a menos que la lucha popular no se oriente a una alianza social y política fuerte, con dirección de cambios radicales a nivel de poder», es decir, un poder popular que, según el KKE, es el poder socialista. Va a socializar las fuentes de riqueza y los medios de producción concentrados, empleándolos al servicio de las necesidades populares a través de una planificación central a escala nacional de la dirección de la economía. Junto con el sector socializado de la economía popular habrá la cooperativa de producción agrícola y la producción comercial a escala pequeña, expresando la alianza de la clase obrera con los sectores pobres del campesinado y los sectores burgueses pequeños.

En esta base ha determinado los frentes de lucha básicos contra las reestructuraciones capitalistas haciendo hincapié en la necesidad de que se concentren numerosas nuevas fuerzas (sindicatos, federaciones, centros laborales, comités de lucha etc) en el Frente Militar de Todos los Trabajadores (PAME).          

El PAME es el mayor logro del movimiento sindical de la clase obrera de las últimas décadas. Ha creado nuevas condiciones dentro  del movimiento sindical. Ha tenido una presencia y acción distintivas como polo militante que lucha contra la política del capital, los líderes de la Confederación General de Trabajadores de Grecia y de la Confederación de Funcionarios que siguen la línea de colaboración clasista. El KKE apoya la acción del PAME que tiene como objetivo la reorganización del movimiento sindical obrero en la línea de la lucha de clase a través del cambio en la correlación de fuerzas negativa a favor del pueblo y el derrocamiento de la política antiobrera y antipopular. 

Otro frente básico es el frente contra la nueva doctrina de la OTAN, las intervenciones imperialistas, las armas nucleares y las fuerzas de despliegue rápido.           

Además, hizo hincapié en la movilización de fuerzas contra la violencia y represión estatales y empresariales, así como en la movilización de productores de arte y cultura progresistas para confrontar fenómenos de corrupción y decadencia, de fatalismo y de derrotismo.

El tema principal del XVII Congreso (2005) fue el fortalecimiento del KKE como factor fundamental del crecimiento del movimiento obrero y popular que se está enfrentando a «una nuevα ola de reformas y reestructuraciones reaccionarias». El lema central del Congreso fue que llegara el Partido al nivel de las exigencias de la lucha obrera. 

«El fortalecimiento del KKE tiene varios aspectos e indicadores, criterios cuantitativos y cualitativos. No se debe tratar en una manera general y abstracta sino tomando en cuenta cada vez las condiciones concretas y las dificultades objetivas. Hay que tomar en cuenta en qué fase está el movimiento obrero, el movimiento popular en general, y la política de alianzas. El fortalecimiento del Partido se ve influido además por los acontecimientos a nivel internacional y las correlaciones, por el nivel del movimiento obrero y antiimperialista mundial. A medida que depende de nosotros, debemos mejorar nuestras capacidades subjetivas e incrementar nuestra eficacia. Nos vemos obligados a contribuir al desarrollo y a la agudización de la lucha de clases, a la formación de una corriente mayoritaria popular fuerte que va a luchar contra los monopolios y las uniones imperialistas. Nos vemos obligados a elevar nuestra lucha al nivel que corresponde a la evaluación del carácter de nuestra época como época de transición al socialismo».

El CC, antes de todo, consideraba sus propias responsabilidades e insuficiencias en cuanto a los deberes mencionados y a continuación las de los demás órganos dirigentes. Señaló como asunto básico que todavía no se había logrado el nivel requerido de la consideración común de la estrategia del KKE, no había sido entendido profundamente el carácter del Frente, elementos que deberían impregnar la acción cotidiana del Partido. Porque la lucha por el socialismo afecta y determina la acción cotidiana del Partido.

El XVII Congreso tomó una posición firme sobre la promoción de la estrategia del KKE, subrayando que no basta que los miembros del Partido estén de acuerdo con ella. Se requiere una acción que haga cambiar la conciencia de la gente hacia una línea de lucha contra los monopolios y las uniones imperialistas. «Nuestra propuesta política, como propuesta de acción, puede contribuir a la transformación de la corriente existente de protesta y de disputa, en conciencia política madura. La politización es inextricablemente vinculada con la cuestión “¿desarrollo por parte de quién y para quién?” Así, se relaciona directamente con la demanda de cambio al nivel del poder político».

Resaltó la necesidad de un frente ideológico fuerte contra las teorías burguesas, el uso corrupto de la ideología por el imperialismo, los consideraciones reformistas y oportunistas que dirigen a la asimilación, a la postura defensiva, retroceso del movimiento. Insistió en la necesidad de tener cuadros sindicalistas de formación marxista.      

Al mismo tiempo, haciendo hincapié en el estatuto del Programa del KKE sobre la última etapa del capitalismo en Grecia, resaltó más en concreto que: «Se agudizan las características básicas de la etapa imperialista del capitalismo en Grecia, como, por ejemplo, la exportación de capitales al mercado europeo y mundial. La participación en la planificación y promoción de directivas y medidas antiobreras y antipopulares de centros y uniones imperialistas importantes, como la UE y la OTAN (...) En 2003, 65%  de las ganancias empresariales se concentró en unas veinte empresas colosales que cubrían todos los sectores. Unos doce grupos monopolistas domésticos se fortalecieron en el respectivo mercado europeo e internacional en cuanto a la concentración y centralización del capital,  de las ganancias y de la correspondiente parte de ventas. Grecia ocupa la mayor parte, 46%, en el sector bancario en los Balcanes, Turquía y Chipre».   

El XVII Congreso hizo referencia especial a las nuevas leyes antiterroristas aprobadas por la UE, así como a la situación en el Mar Egeo, confirmando una evaluación posterior del CC que se habían cedido a la OTAN y Turquía derechos soberanos de defensa a través de la promoción de la nueva estructura de la OTAN y del cambio de sedes.   

El XVII Congreso evaluó la elección del partido de Nueva Democracia (ND) en el gobierno como una mera alternación gubernamental, puesto que no había diferencias en cuanto al programa político de la ND y de PASOK. Ambos tienen la misma meta, es decir, promover la competitividad del capital dentro de un mercado de la UE unificado con el objetivo estratégico de que sea mas fuerte en el mercado capitalista internacional. Agudizó el frente ideológico y político contra la posición oportunista de SYNASPISMOS sobre la posibilidad de una UE de dirección y política a favor del pueblo. Reveló los grandes peligros para las masas populares de la desorientación que provocan argumentos «renovados de izquierdas» a favor de la «UE de un sólo sentido» y la posición en cuanto a la unión política.

Además, notó que las violaciones y las demandas de Turquía en el mar Egeo, así como la disputa en cuanto a las fronteras son apoyadas por EE.UU. y la UE; son asuntos que deben ser tratados en el marco de las contradicciones interimperialistas en la región y van a agudizarse aún más. «La lucha por los derechos soberanos en el mar Egeo, por la integridad de Grecia, se relaciona inextricablemente con la lucha contra los planes imperialistas en la región. Se trata de una lucha contra la guerra, a favor de la paz». Tomó una posición en contra de la política de la ND y de PASOK que asignan a las Fuerzas Armadas un papel activo en las intervenciones imperialistas, así como servicios de vigilancia. Reiteró la posición del KKE contra el «ejército profesional».

Planteó de nuevo posiciones anteriores sobre la importancia y la relación entre la economía y la política. Anotó el carácter clasista de cada partido que sirve con sus decisiones, que no son accidentales ni subjetivas, intereses concretos.    

En cuanto al Frente Antiimperialista Antimonopolista Democrático,el XVII Congreso confirmó que el Frente no es un «caballo de Troya» del KKE para engañar las fuerzas aliadas, que el KKE no pone como condición previa para crear un marco de demandas común el acuerdo sobre el socialismo o su programa, que no obliga a sus aliados adoptar las formas de conquista del poder socialista. Al mismo tiempo, declaraba el derecho a tener una línea estratégica independiente, precisando que no existe poder intermedio entre el poder burgués y el socialista.

Además, aclaró que hoy en día no existe posibilidad de alianza política con otros partidos. A lo largo del camino, sobre todo con el requisito previo de la influencia de la lucha de clases, es posible que se creen formaciones políticas de dirección progresista con las que el KKE podrá aliarse. Sin embargo, esto requiere la emancipación de las fuerzas simpatizantes de la ND y de PASOK.       

El XVII Congreso, en su Resolución Política, hizo una referencia específica sobre la necesidad de coordinación y lucha común entre los partidos comunistas, la necesidad de creación de un polo comunista dentro del movimiento comunista internacional. 

El KKE cuenta ya con muchas luchas difíciles contra el oportunismo. Hoy en día, esta lucha debe intensificarse porque constituye una de las corrientes ideológicas dominantes a nivel global, porque es «el caballo de Troya» que dirigió al desarrollo y la victoria de la contrarrevolución.

Nuestro Partido ha acumulado gran experiencia de la acción y el desarrollo del denominado «eurocomunismo», de la corriente de «renovación» del movimiento comunista que constituye una renovación de los principios y las prácticas socialdemócratas, de «la unidad de la izquierda» para una «mayoría parlamentaria de izquierdas», que es una política de gestión del sistema.

El oportunismo tiene una base objetiva. Esta generado y reproducido por los sectores de la pequeña burguesía que se arruinan y luego entran en las filas de la clase obrera, nuevos grupos de científicos asalariados, así como las grandes dimensiones de la «aristocracia obrera» gracias a una parte de las ganancias que imparte el capital para sobornar parte de las fuerzas obreras populares en el movimiento sindical y en los gobiernos locales. A esto contribuyen varios programas de la UE. Otro factor que promueve el desarrollo del oportunismo es la debilidad de las fuerzas militantes a adaptarse a  las nuevas condiciones y exigencias de la lucha de clases.

Hoy en día, la correlación de fuerzas negativa a nivel internacional y las nuevas dificultades en la vida de los trabajadores que derivan del ataque generalizado del capital y de sus partidos apoya el desarrollo del oportunismo.   

Para hacer frente al oportunismo aparte de un frente ideológico fuerte se necesita un alto grado de politización de la lucha de la clase obrera y de los sectores populares.

Ha sido confirmado que no existe una tercera vía de desarrollo, o sea una vía superclasista. El desarrollo no puede servir al mismo tiempo el imperialismo, es decir la gestión del sistema capitalista, y el pueblo.    

La lucha clasista y popular es una necesidad que se impone por la vida cotidiana y la agudización de los grandes problemas populares: el derecho a la Educación y el trabajo garantizado, la protección de la salud en el lugar de residencia, de trabajo y de educación, la protección contra los incendios, las inundaciones, los terremotos, la atención social para la familia, los niños y las personas de la tercera edad, la vivienda popular y mucho más. Sólo una lucha politizada con demandas que chocan con la estrategia del capital, que exigen la riqueza producida para sus productores directos, y al mismo tiempo preparan el factor subjetivo para la toma del poder, puede dar resultados inmediatos y una perspectiva. Tal luchas pueden crear correlaciones de fuerzas a favor de la clase obrera y de sus aliados potenciales, los sectores populares.

Una de las tareas principales del frente ideológico comunista es restablecer en la conciencia de los trabajadores la verdad sobre el socialismo en el siglo XX, objetivamente, sin idealización, libre de la calumnia burguesa. La defensa de la necesidad del socialismo y la oferta del socialismo en el siglo XX responden a las teorías oportunistas sobre «modelos» de socialismo adaptados a las particularidades «nacionales» y a la referencia persistente y derrotista a los errores. Para el KKE la defensa de esta oferta constituye un criterio en su relación con los demás Partidos Comunistas y Obreros en cuanto a la formación de un polo comunista en el movimiento internacional.

La calumnia y la campaña anticomunista no pueden encubrir la verdad para siempre. La reescritura de la historia que es un elemento del anticomunismo constituye además una muestra de temor de la clase burguesa.

Los antiguos y nuevos mitos han sido desenmascarados y refutados: el mito de la «economía libre» y de la «competitividad», de la «modernización», del «consenso» y del «diálogo social», de la «democracia institucional», de las «calles de sentido único», de la «globalización» y de las «misiones antiterroristas preventivas» a expensas de derechos soberanos, de la seguridad y de las fronteras con consecuencias aún más graves para los pueblos. El asunto básico es quién tiene poder sobre quien y con qué fin.

Los conflictos entre los estados del sistema imperialista internacional no se pueden eliminar. Puede que la estrategia del imperialismo internacional contra los pueblos sea unitaria, pero se está intensificando el antagonismo en cuanto al reparto, reagrupaciones son eminentes, nuevas demandas están expresadas en los acuerdos imperialistas p.ej. en el G8, en el Banco Mundial, en el Fondo Monetario Internacional, en la OTAN etc.

A pesar de los esfuerzos comunes de la UE y de EE.UU. para consolidar la restauración capitalista en Europa central y oriental, en los países de la antigua URSS, mediante la nueva doctrina de la OTAN, a pesar de su accionar común contra las conquistas laborales y sociales, contra los pueblos y los países con el pretexto del terrorismo, aparecen nuevos conflictos entre ellos: en su alianza con Rusia sobre las fuentes y vías de transporte de energía, en el control de Irak, en el control de otros mercados regionales. Se agudizan las contradicciones entre las fuerzas dirigentes en la UE, así como entre las fuerzas regionales. Se promueve su militarización independiente mediante varias estructuras y la denominada «Constitución Europea». Las amenazas que lanzan EE.UU. contra la República Popular de Corea y de Cuba, a expensas de la cual siguen hasta hoy en día el embargo comercial y las conspiraciones para derrocar el régimen, son un mal presagio para los pueblos.

La situación en los Balcanes puede resultar explosiva debido al nuevo cambio de fronteras después de la decisión del imperialismo de la secesión de Kosovo. 

En el comunicado del BP del CC del KKE sobre «La situación actual en los Balcanes, la cuestión de la Antigua República Yugoslava de Macedonia y del Kosovo» se anota que: «Grecia se ve cada vez más implicada en las contradicciones. La clase burguesa griega –a los intereses de la cual se adapta la política de la ND- tiene interés y pretende estar en armonía con la estrategia de la UE sobre la diferenciación de las fuentes de energía. Así, por una parte, utiliza todas las posibilidades para asegurar que el petróleo ruso y el gas natural pasen por Grecia y, por otra, es miembro firme y activo de la OTAN y aliado de EE.UU. (...) El pueblo griego ha acumulado mucha experiencia y conocimientos. Sabe que, aparte del KKE, todos los demás partidos –en mayor o menor grado– acordaron en la disolución de Yugoslavia promovida por la UE y EE.UU. El resultado de esta política fue la intervención militar de la OTAN en Bosnia-Herzegovina y Servia, y la creación de los protectorados de Bosnia y Kosovo-Metohija bajo la influencia de la OTAN; la «independización» del Montenegro de Serbia; la desestabilización de la situación en la Antigua República Yogoslava de Macedonia con el apoyo de la acción armada de los Albaneses por los imperialistas.»    

Las relaciones entre la clase burguesa de Grecia y de Turquía sobre el control del Mediterráneo oriental se complican, debido al hecho que son a la vez relaciones de cooperación y de contradicciones, con un número de cuestiones todavía pendientes en cuanto al mar Egeo y Chipre. Otros focos de conflicto, como por ejemplo la resolución injusta del asunto palestino, constituyen materias primas para que se incrementa la tensión en toda la región.

El antagonismo interimperialista rabioso señala el hecho que todavía la humanidad no es libre del peligro de un nuevo estallido y de nuevos focos de guerra.  

El mito del proceso de reducción de las armas nucleares se desveló completamente cuando se derrocó la URSS y se disolvió el Pacto de Varsovia.

La tarea primordial de la vanguardia política obrera en cada país es de ser vigilante y preparada a nivel ideológico, político y organizativo frente a los grandes conflictos y derrocamientos que están por venir. En esta dirección debe forjar la unidad de lucha de la clase obrera, sus alianzas sociales y políticas, su unidad internacionalista. Las fuerzas políticas (bajo títulos comunistas u otros) que, en nombre de la clase obrera, desvalorizan la lucha a nivel nacional, por que, supuestamente, los cambios se pueden realizar solamente a nivel europeo o mundial mientras, en realidad, promueven los intereses del capital y cultivan la conciliación de clases y el fatalismo.

La lucha de clase consistente en cada país es el requisito previo para una acción internacional consistente y eficaz. La interacción entre lα situación nacional e internacional no anula el hecho que las contradicciones y condiciones internas juegan el papel más importante en el proceso revolucionario. El movimiento popular revolucionario de cada país debe dirigir la lucha hacia el socialismo, contribuyendo así en la mejora y el cambio de la correlación de fuerzas a nivel internacional.

Al mismo tiempo, la acción internacional, la unidad internacional de la clase obrera y del movimiento comunista, la estrategia adecuada contribuirán al resultado exitoso de la lucha de la clase obrera y de sus aliados a nivel nacional, regional, dondequiera se cree o aparezca, como resultado de factores objetivos y sujetivos, el vínculo débil en el sistema imperialista, por la victoria.

La campaña electoral reciente, tanto en el período pre-electoral como en el post-electoral, hizo destacar la preocupación de la clase burguesa, de sus ideólogos y de sus representantes políticos a causa de la dinámica de la política y la ideas del KKE. Objetivamente, sus metas son iguales de los del oportunismo ya que pretenden desviar el Partido de su estrategia, de su trayectoria ascendente.

El resultado electoral que fortaleció el KKE, como expresión de la tendencia esperanzadora de estabilización e incremento de la emancipación de fuerzas populares de la influencia política burguesa, preocupa la clase que está en el poder. Es cierto que su agresividad se va a agudizar ante la perspectiva de la organización y la emancipación ideológica de la clase obrera. Sin embargo, la fuerza de la clase obrera es insuperable cuando un gran número de trabajadores se da cuenta de ello masivamente.

Se ha demostrado que cuando existe una vanguardia lista y determinada, el pueblo responde al llamamiento. La correlación de fuerzas no queda fijo. El siglo XXI va a ser el siglo de la revitalización del movimiento comunista, el siglo de nuevas revoluciones sociales que van a llevar la clase obrera y los demás fuerzas populares al poder con más madurez y constancia. Las contradicciones sociales son irreconciliables y se están agudizando, a pesar de las proclamaciones de los apologistas  del capitalismo.

La clase obrera y los sectores populares pobres no se quedarán enganchados al pasado. A la clase obrera y sobre todo a las nuevas generaciones así como a las nuevas generaciones de los sectores populares solamente les vale un futuro, el futuro que teme el imperialismo: El socialista-comunista.

20 de octubre  2007

El Comité Central del KKE

 

 

 

 


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