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Crisis capitalista, rivalidades interimperialistas y guerra. La perspectiva y los deberes de la lucha antiimperialista


La Juventud Comunista de Grecia (KNE) celebró el viernes 14 de septiembre un seminario internacional con la participación de las delegaciones internacionales que participaron en el 38o Festival de KNE-Odigitis. El tema del seminario fue "La crisis capitalista, rivalidades interimperialistas y guerra. La perspectiva y los deberes de la lucha antiimperialista." El seminario tuvo lugar en la sede del Comité Central del Partido Comunista de Grecia (KKE). Elisseos Vagenas, miembro del CC y responsable de la Sección Internacional del CC, hizo una intervención de parte del KKE.



Crisis capitalista, rivalidades interimperialistas y guerra.

La perspectiva y los deberes de la lucha antiimperialista

Elisseos Vagenas, Miembro del CC y
Responsable de la Sección de Relaciones Internacionales del CC

Camaradas;

En nombre del CC del KKE les doy la bienvenida a la sede del CC del Partido Comunista de Grecia.

En este período nuestro Partido ha estado librando una lucha política difícil y compleja, en condiciones socioeconómicas y políticas particularmente complicadas que han sido provocadas por la crisis capitalista. Una crisis que ha llevado al paro a 1,5 millones de desempleados en un país de sólo 11 millones y ha provocado una ofensiva muy dura por el capital, sus gobiernos y la UE que ha reducido los derechos laborales, los salarios, las pensiones, que ha destruido y sigue destruyendo a las capas medias urbanas y rurales, que amenaza con la pesadilla del desempleo incluso a trabajadores, como a los del sector público, que durante años tenían la ilusión que nadie les puede despedir.

La crisis capitalista todavía no ha tocado fondo, ni en Grecia, ni en la Unión Europea. Ya admiten que la crisis se manifestará en todos los Estados miembros de la UE que todavía no han sufrido un impacto similar, mientras que otros países a nivel mundial muestran signos de desaceleración.

La crisis capitalista que está en curso demuestra los callejones sin salida de la vía de desarrollo capitalista: la pobreza, el paro, la miseria de los sectores populares. Sin embargo, el sistema político burgués todavía tiene algunas “reservas”; tiene la capacidad de influir en la conciencia de los trabajadores y de la juventud mediante la televisión, el internet, el cine, la escuela, la iglesia, y una “red de seguridad” del sistema formado por partidos que fomentan construcciones ideológicas burguesas y oportunistas.

Un ejemplo de esto es el argumento de que en las condiciones de la crisis actual los trabajadores no deben reivindicar en función de sus necesidades actuales sino que deben bajar sus exigencias porque, supuestamente, “todos estamos en el mismo barco de la economía nacional” que no debemos permitir que se hunda.

El sistema burgués ha inventado modos de manipulación de los trabajadores que en el período anterior participaron en las grandes luchas obreras que estallaron en Grecia. Sabe que se trata de sectores de la clase obrera y de las capas medias que no han adquirido la experiencia política necesaria y que sobre todo se poseían por el deseo de otra forma de gestión que supuestamente va a parar el derrumbe y resolverá de inmediato a sus problemas agudos, sin tocar las bases de la explotación capitalista, la participación de Grecia en las uniones imperialistas de la OTAN y de la UE. Así en el período anterior vimos los medios de comunicación burgueses utilizar el llamado “movimiento de los indignados” que a menudo mostraban de manera reaccionaria su aversión hacia todo tipo de organización (partido, sindicato) así como la confusión ideológica que la crisis se debe, supuestamente, a la “corrupción” de los políticos o a la “falta de democracia”.

No es casualidad que pretendieron fomentar a los trabajadores de nuestro país, y lo lograron en gran mediad, la ilusión de que la crisis capitalista y los memorandos son resultado de fijaciones ideológicas (p.ej. el pensamiento neoliberal) o de la gestión-renegociación interesada, incompetente y servil por parte del personal político burgués. Que supuestamente si hubo una renegociación “honesta” basada en posiciones “patrióticas”-“sociales” y con un gobiernocompetente” entonces el pueblo estaría en una situación mejor. Esta fue la base de la lógica superficial anti-memorándum que promovieron y siguen promoviendo SYRIZA, que es una fusión de fuerzas oportunistas con fuerzas desgastadas del PASOK socialdemócrata, así como los Griegos Independientes, que es una división de la ND, partido de la derecha, e incluso el Amanecer Dorado neonazi. Es decir, la ilusión de soluciones inmediatas, sin conflictos y ruptura con el capital y la UE. Este es latabla de salvación” del capital y el “cebo” que se utiliza para atrapar a la clase obrera y los demás sectores populares en su estrategia de protección de la base socio-económica del sistema capitalista, así como de la renovación de su personal político. En condiciones de pauperización relativa y absoluta y de alto desempleo, inseguridad, desgraciadamente grandes sectores de los trabajadores pueden caer en esta “trampa” como ha demostrado el resultado de las elecciones recientes en nuestro país.

En estas condiciones, el Partido Comunista da una dura lucha ideológica, política y organizativa contra las fuerzas burguesas y oportunistas. Es importante que el partido comunista señale a los trabajadores el dilema real que es: con los monopolios y el capital dirigiendo la economía y con el poder político en sus manos o con el pueblo determinando la economía y el poder.

El KKE considera que la crisis capitalista expresa la agudización de la contradicción fundamental entre el carácter social de la producción y del trabajo y la apropiación individual capitalista de sus resultados. Las posiciones que atribuyen las causas de la crisis a las políticas de gestión, culpabilizando a veces la gestión neoliberal, otras veces la “postura de servil” de los gobiernos burgueses y la “incompetencia” de los negociadores, son no tienen nada que ver con la realidad y son peligrosas. Esto es porque silencian el hecho de que primero estalló la crisis capitalista y luego siguieron las negociaciones con los prestamistas y las medidas antipopulares. Es decir, ocultan el funcionamiento de las leyes del sistema de explotación, ocultan el hecho de que la historia de las crisis demuestra que se manifiestan en el transcurso del tiempo independientemente de la gestión socialdemócrata o liberal. Se producen debido a la agudización de las contradicciones del sistema, la anarquía y la desigualdad que caracterizan la producción capitalista, la sobreacumulación de capitales concentrados en la fase de desarrollo de la economía por la explotación de la fuerza de trabajo y no pueden encontrar una salida segura con una alta tasa de ganancias, en un entorno que deteriora relativa y absolutamente las condiciones de la vida de las familias obreras y populares. Tanto antes, como durante la crisis, se ha organizado por la burguesía una ofensiva sistemática, una guerra contra los derechos obreros y populares con el objetivo de reducir el precio de la fuerza de trabajo y aumentar la competitividad y la rentabilidad del capital.

Por lo tanto, es de gran importancia que los trabajadores se den cuenta de las verdaderas causas de la crisis, de los problemas que experimentan y que hoy en día se están agudizando.

Estimados camaradas;

La crisis económica no constituye un fenómeno independiente tal como surge de las entrañas de la sociedad capitalista y exacerba las contradicciones interestatales, las rivalidades interimperialistas, trae realineamientos tanto en la UE como a nivel mundial y por supuesto refuerza las relaciones desiguales de interdependencia.

Por ejemplo, actualmente en la UE se lleva a cabo un enfrentamiento duro sobre ¿cómo se distribuido el daño de la agudización y profundización de la crisis?, ¿cuál será el futuro de la eurozona? En relación a este temas se hace un esfuerzo por algunas fuerzas socialdemócratas para “atar” a los trabajadores a su “carro” de manipulación ideológica-política que propone otro forma de gestión, a través de un “frente de los países del Sur” contra el “Norte rico”.

Esta no es la primera vez que la burguesía trata de dividir a los trabajadores en base geográfica, racial y religiosa, suavizando el enfoque clasista de los asuntos. Sin embargo, en este caso se trata de un esfuerzo de “movilizar” sectores populares en torno a los objetivos que establece la burguesía de cada país, en las rivalidades interimperialistas duras dentro y fuera de la UE. Las fuerzas oportunistas tienen grandes responsabilidades. Específicamente, SYRIZA en nuestro país, el Partido de la Izquierda Europea (PIE) en Europa, que participan de modo activo en la difusión de ilusiones que supuestamente con la elección de Hollande en Francia “sopla un nuevo viento” en el sur. Estas fuerzas a pesar de su fraseología “izquierdista” tratan de santificar la UE, humanizar el capitalismo y no dudan en elegir bando imperialista, elogiar a Hollande y los gobiernos de Italia y España con respecto a la forma que negocian en la UE o a Obama con respecto a la forma de gestión de la crisis que ha elegido. Le ocultan al pueblo de que la UE es una unión del capital que no puede ser reformada y que la única perspectiva que sirve a los trabajadores es la salida de esta, mediante el establecimiento del poder popular en cada país que garantizará el funcionamiento de la economía para satisfacer las necesidades del pueblo y no la rentabilidad del capital.

En este punto quisiera señalar una cosa: como probablemente ya saben en las elecciones recientes se planteó intensamente la posibilidad de formar un gobierno de “izquierdas”. Insistían en llamar al KKE a participar en ello. Nuestro partido negó su participación en tal gobierno desde el principio. Esto es porque es consciente de que ningún gobierno que administra el capitalismo, el poder de los monopolios y la propiedad privada de los medios de producción, ningún gobierno que implementa un programa basado en las ganancias de los capitalistas, en la competitividad, la productividad y la rentabilidad de los grandes grupos económicos no puede seguir una línea política a favor de la clase obrera y de los sectores populares.

Ningún gobierno que opera en el marco de la UE y de la OTAN, de la propiedad capitalista y del poder burgués, no puede controlar las leyes del sistema, sus contradicciones y prevenir el estallido de la crisis capitalista.

Tarde o temprano, las promesas de “aliviaral pueblo se desinflarán, se demostrará ser palabras vacías, y las expectativas y esperanza para algo mejor serán reemplazadas por la desilusión del pueblo, el retroceso del movimiento obrero.

Por lo tanto es muy esencial la posición de principios del KKE y su rechazo de la lógica de participación en un gobierno de gestión burguesa, incluso si este se gobierno va a ser llamada “de izquierdas”. Nuestro partido ha elegido seguir la lucha de clases, en conflicto con las dificultades, a sabiendas de que temporalmente puede sufrir algunas pérdidas electorales.

Sin embargo estamos decididos a intensificar nuestra lucha por todos los problemas populares creando las condiciones previas para la liberación de los grilletes de la explotación. Así, seguimos adelante centrándonos en el reagrupamiento del movimiento obrero, en el fortalecimiento del movimiento de clase, del PAME, en la mejora de la acción y de la orientación militante de los sindicatos. Nos centramos más en la política de alianzas que elaboramos en el 15º Congreso y en los congresos posteriores con respecto a la construcción de la alianza sociopolítica, la construcción del Frente de lucha Antiimperialista Antimonopolista basado en la alianza entre la clase obrera, los campesinos pequeños y medianos y los sectores pequeñoburgueses urbanos, con la participación de las mujeres y de la juventud. Continuamos con el esfuerzo de crear las condiciones sociopolíticas que llevarán a la intensificación de la lucha por el poder popular, la retirada de la Unión Europea y de la OTAN, la cancelación unilateral de la deuda, la socialización de los medios concentrados de producción, el desarrollo en beneficio del pueblo.

Algunos se preguntan: ¿Por qué el KKE plantea la cuestión de esta manera? ¿No se da cuenta de que la correlación de fuerzas actual a nivel mundial es negativa y que la solución que propone, es decir la ruptura con las uniones imperialistas, el derrocamiento del capitalismo significa sacrificios para el pueblo?

Por supuesto, somos conscientes de que el camino que proponemos a los pueblos requiere sacrificios; pero el camino del desarrollo capitalista requiere sacrificios en todo caso. Se trata de sacrificios que no benefician al pueblo como vemos en la nueva ronda de contradicciones imperialistas por el control y el reparto de los mercados, los territorios, las fuentes de energía y los recursos naturales, que ha empezado en nuestra región. Se trata de una zona con recursos naturales significativos e incluye líneas obligatorias básicas para el transporte marítimo, vías importantes para el transporte de energía de las fuentes de energía en el Cáucaso y en el Mar Caspio, del Oriente Medio y de África del Norte a los países de Europa así como a Asia sureste. Estos elementos atraen a las potencias imperialistas como un imán y convierten la región en un campo importante de manifestación de las contradicciones interimperialistas y de sus objetivos estratégicos con la participación y responsabilidad directa de las clases burguesas y de las fuerzas políticas burguesas de los países de la región que son parte del problema y toman partido de las uniones imperialistas para servir sus propios intereses. Todo ello conlleva la guerra, la intervención extranjera para asignar gobiernos que estén al servicio de una u otra potencia imperialista para que se facilite el reparto y el control de mercados y recursos.

África y el Oriente Medio, entre otros, están agitados por lo que la guerra imperialista y la paz imperialista que le sucede no son asuntos ajenos al pueblo griego, tomando en cuenta que nuestro país es miembro de la UE y de la OTAN, con bases estadounidenses y de la OTAN, y que su posición geoestratégica es muy importante para llevar a cabo guerras imperialistas.

Para la guerra imperialista reciente en Libia se utilizó la gran base aeronaval de los EE.UU. en nuestro país en Suda, Creta, así como el espacio aéreo y los mares del país. Después de la intervención imperialista contra Libia, que fue seguida por el reparto del botín, se fortalecen las amenazas de Turquía contra Chipre, se intensifican las relaciones entre Turquía e Israel, se refuerza la agresividad de Israel contra el pueblo palestino, contra Líbano y Egipto mientras está en desarrollo un plan de intervención imperialista en Siria, cuyo objetivo es atacar también contra Irán bajo el pretexto de su programa nuclear. Estos acontecimientos tienen que ver con los realineamientos en la región relacionados también con el plan imperialista para el “Nuevo Oriente Medio”, con los cambios que se están produciendo en África del Norte y en el Oriente Medio tras el derrocamiento de los gobiernos antipopulares en Egipto y Túnez, con el intento de reorganizar el sistema político burgués para que corresponda con las necesidades actuales de la rentabilidad capitalista. Esta realidad ha sido distorsiona por la posición respecto a la “Primavera Árabe”, que se reproduce por las fuerzas burguesas, embelleciendo los regímenes burgueses que surgieron de las movilizaciones populares en Egipto y Túnez, ocultando que se mantiene el régimen de explotación y que nuevas duras medidas se han impuesto a los pueblos.

No es un secreto que los imperialistas están invocando en cada ocasión diferentes pretextos con el fin de justificar la intervención, como en Siria donde empezaron con el tema de la “democracia” y ahora se centran en las armas químicas y biológicas. Los acontecimientos en Siria son el resultado de la intervención imperialista descarada de los EE.UU., de la UE, de la OTAN así como de Turquía, de Qatar, de Arabia Saudita, de Israel a expensas de este país.

Se ha hecho claro que los EE.UU., la UE, Israel están interesados en desestabilizar y debilitar el régimen burgués en Siria que se opone según los desarrollos en las posiciones y planes imperialistas en la región y es un aliado de las fuerzas en Palestina, Líbano etc. que se oponen a los EE.UU., la OTAN e Israel. Cabe recordar que hoy territorios de Siria están bajo ocupación extranjera (israelí). El debilitamiento de este régimen, o incluso su derrocamiento puede abrir el “apetito” de los planes imperialistas para un ataque contra Irán, con el pretexto de su programa nuclear. Además, puede llevar a nuevos desmembramientos de países de la región y a un efecto dominó de desestabilización y derramamiento de sangre lo cual traerá nuevas guerras imperialistas e intervenciones.

Es por ello que los trabajadores deben distinguir en cada momento lo principal. Y lo principal en este caso es que la intensificación peligrosa de la intervención imperialista de la UE, EE.UU. y de la OTAN en la región, que se lleva a cabo en el terreno de las rivalidades duras con Rusia y China, conlleva el riesgo de una guerra generalizada, en primer lugar contra Siria e Irán, que tendrá consecuencias devastadoras para los pueblos de nuestra región. Las potencias imperialistas, que intervienen de todo modo (político, diplomático, económico, militar) en los asuntos internos de Siria a través de los medios de comunicación que disponen, desinforman a los pueblos para justificar una nueva guerra imperialista. Estos desarrollos en Siria complementan la ocupación en Irak, Afganistán y Libia.

Es necesario que los pueblos resistan a las intervenciones, que se opongan de modo masivo a la guerra imperialista y al sistema capitalista que la provoca. El desarrollo de los acontecimientos en Siria es responsabilidad de su propio pueblo. El propio pueblo es responsable de decidir el curso de su país.

Camaradas:

En estas condiciones de agudización de la crisis capitalista y de las contradicciones interimperialistas, hay que tener claro en contra de quién luchamos. ¿Quién es el enemigo de los movimientos obreros y populares? Muchos van a decir que “el enemigo es uno, el imperialismo”, pero prácticamente cada uno puede dar una respuesta diferente. Esto es porque hay un “antiimperialismo” digamos “poco profundo” que identifica el imperialismo con la potencia dirigente, los EE.UU., que hoy se vuelve más agresivo para asegurar su posición hegemónica en relación con las potencias regionales y mundiales emergentes

Pero la identificación del imperialismo con los EE.UU., el punto de vista del “imperio”, olvida la concepción leninista del imperialismo, en cuyo núcleo es el monopolio capitalista. Este punto de vista se dirige razonablemente contra EE.UU. pero no tiene ningún frente contra, por ejemplo, la UE que es también imperialista. De hecho, algunas fuerzas tratan la UE erróneamente como “contrapeso” a los EE.UU. y piden que avance su unificación político-militar. ¡Por supuesto que están equivocados! La UE, igual que otras economías emergentes actualmente y otras uniones regionales interestatales que se forman por ejemplo en el territorio de la antigua URSS o de América Latina, ya que en su ADN tienen el monopolio capitalista, no pueden desempeñar un papel esencialmente positivo en los asuntos internacionales en favor de la clase obrera y de los sectores populares. El llamado “mundo multipolar” de la llamada “nueva arquitectura de las relaciones internacionales”, no es el mundo de la paz y de la seguridad de los pueblos sino el mundo de las contradicciones interimperialistas intensificadas. En este mundo el Derecho Internacional tal como lo conocían los pueblos cuando existía la URSS ya no existe porque se forma y se aplica no como el resultado de las contradicciones entre los países capitalistas-socialistas sino como resultado de la correlación entre los países capitalistas.

Otros puntos de vista también tratan el imperialismo de una manera equivocada, como Kautsky en el pasado, es decir como una política de la clase dominante y no como una fase de desarrollo del capitalismo que se conecta con el dominio del monopolio en la producción capitalista, la fusión del capital industrial con el capital bancario, la exportación de capitales y del carácter económico de las guerras imperialistas (distribución y redistribución de los mercados). Sería un error grave para el movimiento popular basar sus esperanzas a las llamadas potencias emergente o elegir “bando”. Esto, como advirtió Lenin en su conflicto con Kautsky, nos llevaría a la evaluación errónea de que “los monopolios en la economía son compatibles con el modo de obrar no monopolista, no violento, no anexionista en la política [1]. Así es, queridos camaradas: No puede haber países poderosos, donde predominen las relaciones capitalistas de producción, los monopolios capitalistas, y al mismo tiempo que estos países sean… “palomas de la paz”. Estos sería una gran ilusión.

Sí, efectivamente, hoy los EE.UU., aunque debilitadas en comparación con hace una década, mantienen el liderazgo en la “pirámide” imperialista. Pero como advertía Lenin: “La fuerza no se modifica de un modo idéntico en esos participantes del reparto, ya que es imposible, bajo el capitalismo, el desarrollo igual de las distintas empresas, trusts, ramas industriales y países. Hace medio siglo, la fuerza capitalista de Alemania era de una absoluta insignificancia en comparación con la de Inglaterra de aquel entonces; lo mismo se puede decir del Japón en comparación con Rusia. ¿Es “concebible” que dentro de unos diez o veinte años, permanezca invariable la correlación de fuerzas entre las potencias imperialistas? Es absolutamente inconcebible [2]. Hoy ocurre lo mismo. El desarrollo capitalista desigual que es una ley fundamental de la producción capitalista genera realineamientos que están dentro del sistema imperialista, entre potencias imperialistas y en de ninguna manera no pueden garantizar la paz y la seguridad. La paz imperialista mientras existe, está preparando las nuevas guerras imperialistas.

En nuestra opinión, es una cosa que un régimen popular socialista trate de utilizar las contradicciones interimperialistas para desarrollar la lucha de clases y garantizar el poder obrero, y es otra cosa desorientar a los trabajadores, promoviendo falsas esperanzas sobre el papel de las potencias imperialistas emergentes y las uniones interestatales. Es por eso que hacemos un llamamiento a la clase obrera en nuestro país a no elegir campo imperialista. Insistimos en el eslogan que: “¡La única superpotencia son los pueblos!”.

Nuestro partido, tanto en el caso de las guerras en Yugoslavia, Afganistán, Irak así como la reciente en Libia y la que se está preparando contra Siria e Irán, se negó decididamente a aceptar los argumentos de los gobiernos burgueses y de los medios de comunicación, de la OTAN y de la UE que en gran medida reproducían entre los sectores populares varias fuerzas “de izquierdas”, es decir fuerzas del oportunismo. Las fuerzas burguesas que tienen a su lado los oportunistas, justificaban la necesidad de la intervención imperialista y de la guerra con el fin de “detener la limpieza étnica” o supuestamente por “razones humanitarias” o para “la restauración de la democracia” o para “detener el uso de armas de destrucción masiva” o para “apoyar la Primavera Árabe” etc. El Partido ha abierto y mantiene un estable frente ideológico-político contra estas fuerzas y no olvida nunca la posición leninista que “en la época del imperialismo la unidad con los oportunistas es imposible” y que “la lucha contra el imperialismo es una frase vacía y falsa si no se halla ligada indisolublemente a la lucha contra el oportunismo” [3].

Este conflicto ideológico contra las fuerzas burguesas y oportunistas es un componente de la actividad antiimperialista de nuestro Partido y se combina con la actividad antiimperialista de vanguardia que desarrollan los comunistas en los sindicatos, en las filas del Frente Militante de Todos los Trabajadores (PAME), que es el polo clasista de los sindicatos griegos, así como en las organizaciones de masas, como es el Comité Griego por la Distensión Internacional y la Paz (EEDYE).

El KKE se dirige a la clase obrera, al pueblo de nuestro país y los pueblos de la región y subraya que sus intereses se identifican con la lucha antiimperialista-antimonopolista común, por la retirada de las organizaciones imperialistas, el cierre de las bases militares extranjeras y la eliminación de las armas nucleares, el regreso de las fuerzas militares de misiones imperialistas, la expresión de solidaridad con el pueblo de Palestina que sufre la barbarie israelí, y con todos los pueblos que luchan y tratan de trazar su propio camino de desarrollo. Hoy, la lucha por estos objetivos no se puede separar de la lucha por el poder.

Eso es porque los pueblos pueden vivir pacífica y creativamente, utilizar en su beneficio, para la satisfacción de sus necesidades, los recursos energéticos que serán propiedad popular sólo en la base del poder obrero y popular, en el socialismo.

Condenamos las guerras imperialistas injustas y luchamos por la retirada de nuestro país de estas. Sin embargo, sabemos que las guerras, que son la continuación de la política por otros medios, violentos, son inevitables, mientras que la sociedad esté dividida en clases, mientras exista explotación del hombre por el hombre, mientras predomine el imperialismo. La sustitución de la guerra por la paz en beneficio del pueblo no se puede lograr sin la sustitución del capitalismo por el socialismo. Esta verdad hace que nuestra lucha sea aún más vigente, aún más necesaria.


[1] V.I.Lenin. El imperialismo, fase superior del capitalismo, p.108.

[2] V.I.Lenin. El imperialismo, fase superior del capitalismo, p. 139

[3] V.I.Lenin, El imperialismo, fase superior del capitalismo, pp. 146-147


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