Declaracion del CC sobre el 90 aniversario de su fundacion
Declaración
del CC del KKE sobre el 90 aniversario de su fundación
El 17 de noviembre de 2007 el Partido Comunista de Grecia
cumple 89 años desde su fundación y entra en el 90º
año de su vida política. El CC del partido ha decidido que el
período desde el 17 de noviembre de 2007 y el 2008 sea un año de
manifestaciones políticas y actividades para celebrar este
histórico aniversario.
El KKE llega a los 90 años con la
convicción firme en cuanto a la actualidad del socialismo, con un gran
sentido de responsabilidad ante la clase obrera y los sectores populares.
El ΚΚΕ no ha
firmado y nunca va a firmar una declaración de arrepentimiento a la
clase burguesa doméstica o internacional. El heroísmo y los
sacrificios de los comunistas recorren el pasado y la actualidad constituyendo
un legado importante para las futuras generaciones. El CC rinde homenaje a los miles
camaradas, hombres y mujeres, que perdieron su vida luchando.
La estrategia del KKE para lograr el Poder Popular
corresponde con los intereses a corto o largo plazo de la clase obrera, los
campesinos de pequeña y mediana escala, los autónomos y los
artesanos. Esta estrategia constituye la salida que propone el KKE al pueblo
como respuesta a la barbaridad imperialista.
La política del KKE se ha sido confirmada por los
hechos. Su posición en cuanto a las condiciones internacionales
después de 1989-1991, en general y en los Balcanes más en concreto,
su análisis sobre
Nuestro partido expresa su determinación de seguir
en el mismο camino.
Se compromete al pueblo y a la juventud α intensificar los esfuerzos para la creación del Frente
Antiimperialista, Antimonopolista, Democrático que lucha y reivindica el
Poder Popular. Seguirá luchando con toda su fuerza al lado del pueblo.
Tomará las medidas necesarias para establecer vínculos militantes
con los sectores populares, para que su intervención
ideológica y política sea aún mas reveladora, penetradora
y ofensiva. El eslogan central de
Somos optimistas de que la política del KKE va a unir
más amplias fuerzas obreras y populares que sienten que esta
política corresponde a sus intereses de clase. Confían en la firmeza
y la solvencia de nuestro partido, en su experiencia y su madurez.
El CC acentúa que el fortalecimiento general del
KKE constituye un requisito para cumplir con sus objetivos, que se identifican
con la aspiración del pueblo por una vida mejor. El
requisito previo para que el KKE y
El KKE es «vástago de la necesidad
y vástago maduro de la ira», el resultado de la conexión del
movimiento obrero con la teoría del socialismo científico.
A inicios del siglo XX, las primeras luchas de la clase
obrera mediante los sindicatos y el impacto de las ideas comunistas contribuyeron
a la creación de grupos y organizaciones socialistas que constituyeron
los componentes orgánicos del primer congreso, el congreso de la
fundación (17-23 de noviembre de 1918) del Partido Socialista de Grecia
(SEKE), como fue nombrado hasta 1924 (3º Congreso Extraordinario) el KKE. La
creación del KKE ha contribuido en la elaboración de este
pensamiento progresista y lo llevó a nivel científico.
La fundación del KKE fue el punto de partida para
la emancipación de la clase obrera del capital y de los partidos
burgueses. Fue la primera vez que apareció en la sociedad griega un
partido que proclamaba la
abolición de la explotación del hombre por el hombre. El programa
del 1er Congreso del SEKE declaraba, entre otras cosas, que:
«(...) las fuerzas productivas en la sociedad hoy en día se
han aumentado desproporcionadamente para esta sociedad y la propiedad privada
se ha hecho ya incompatible con el desarrollo y la utilización plena y conveniente
de los medios de producción. (...) El cambio de la
producción de carácter plutócrata a socialista, realizada a
través de la sociedad y a favor de la sociedad en su totalidad puede
transformar la gran producción y la día a día
productividad del trabajo social de fuente de miseria y esclavitud de los
sectores populares en fuente de gran prosperidad y de perfección
perpetua y múltiple. Este cambio a nivel social señala la liberación
no sólo de los proletarios sino también de la humanidad que
sufre. Sin embargo, este cambio puede realizarse solamente por la clase obrera(...)
Pero la lucha de los obreros es obligatoriamente política. La clase
obrera no puede luchar por sus intereses económicos ni si quiera
desarrollar su organización económica, sin derechos
políticos; no puede cumplir con su misión histórica sin
tener en sus manos el poder político (...)».
Con esta declaración, nuestro partido concretó
que el paso al socialismo será el resultado de la única lucha que
dirige hacia el, es decir, la lucha revolucionaria, en contraste con el
reformismo que proclama que la clase obrera llegará al socialismo mediante
reformas.
Nuestro partido ha permanecido fiel al internacionalismo
proletario desde el primer momento de su fundación. En 1919 se
asoció a
Sin embargo, no evitamos embellecer e idealizar el curso
de la construcción socialista aunque éramos conscientes de ciertos
problemas que iban surgiendo en los países socialistas. Sin embargo, los
atribuíamos principalmente a dificultades objetivas, considerábamos
que eran problemas acerca del desarrollo del socialismo; no los
considerábamos como desviaciones o distorsiones. La crítica que
se hace a nuestro partido en cuanto a “perestroika”, es decir que nuestro partido
no se dio cuenta de su carácter, es válida. Aunque el KKE tiene
mucha experiencia en el conflicto con el reformismo y el oportunismo, no nos enteramos
de las consecuencias internacionales generales en las filas del movimiento
comunista y en los antiguos países soviéticos.
El KKE nunca se reconcilió con la ideología
burguesa del nacionalismo. Al contrario, se opuso a el. Contribuyó al
desarrollo de la conciencia del pueblo en cuando a los verdaderos intereses
nacionales, a los intereses de la mayoría de la gente. Una conciencia
distinta de la burguesa, ya que la última presenta los intereses de su
clase como intereses comunes. Además, el KKE se opone al carácter
cosmopolita del capital que constituye la otra cara de la misma moneda
imperialista. El patriotismo del KKE está inextricablemente vinculado
con el internacionalismo proletario y se identifica con la lucha por el
derrocamiento del capitalismo.
El KKE ha organizado infatigablemente durante 90
años la lucha obrera popular. No existe ni si quiera un solo derecho
popular que no consiguió encontrar su defensor más decidido en la
presencia y la acción del KKE. Nuestro partido atiende igualmente los
derechos de los trabajadores griegos y de los inmigrantes económicos ya
que, ellos también, son víctimas de la explotación
capitalista y constituyen parte integrada en la clase obrera de Grecia. La
historia del movimiento obrero sindicalista, del movimiento juvenil, de la
inteligencia progresista, así como de los campesinos y de las capas
medias de la ciudad, demuestra la vanguardia de la acción de los
comunistas.
Nuestro partido se enfrentó con discriminaciones
sociales y políticas adicionales a expensas de las mujeres, con las concepciones
anacrónicas del papel de los géneros y de la inferioridad
biológica de la mujer. Hizo
surgir la razón clasista por esa desigualdad y contribuyó a la
radicalización del movimiento de las mujeres contra la influencia
burguesa. Puso las bases para la participación masiva de las mujeres en
el movimiento obrero y popular, para la expansión del horizonte de la
lucha del movimiento obrero sindicalista con orientación de clase y con
demandas para las necesidades especiales de las mujeres que trabajan, para las
mujeres de los sectores populares. Diseminó las ideas de la
emancipación de la mujer y señaló como requisito previo la
liberación de clase para que se libere la mujer de su doble
opresión.
El KKE trajo y diseminó nuevos modelos culturales
en la sociedad griega, defendió lo mejor que tenía para ofrecer,
en conflicto con la ideología burguesa sobre las artes y la cultura. Muchos
obreros comunistas, en todos los campos de arte, adornan la historia del KKE (en
la literatura, el cine, las artes visuales). Luchó contra el analfabetismo. La lucha por
la cultura y la educación ha marcado también la vida del KKE.
El ΚΚΕ está
en la primera línea de la acción popular en Grecia contra la
guerra y a favor de la paz. Ha contribuido a nivel internacional en el
movimiento global por la paz. Se opuso a las guerras imperialistas, a la
campaña en Asia Menor (1919-1922) y a la guerra contra Corea (1951) en
la que participaron tropas griegas. Se opuso también a la guerra contra
Vietnam y, hoy en día, lucha contra las nuevas guerras imperialistas.
Lucha para que el ejército griego quede dentro de las fronteras, para
que no participe en las tropas imperialistas de ocupación en los
Balcanes, en Afganistán, en el Oriente Medio y en otros países.
El KKE ha sido defensor constante de la independencia y
la soberanía nacional de nuestro país. Incluso sus cuadros
-aunque habían sufrido en las manos del gobierno griego bajo la
dictadura del 4 de agosto (1936-1940)- se ofrecieron como voluntarios para
luchar en la primera fila del frente en la guerra Greco-Italiana en 1940.
El 31 de octubre 1940 la (primera) «carta abierta al
pueblo griego» de Nikos Zachariadis, Secretario General del CC del KKE, dentro de
los calabozos en el edificio de las fuerzas de Seguridad Estatal, indicó
el camino de lucha en la guerra Greco-Italiana. El Frente Nacional de
Liberación (EAM) siguió el camino indicado por esta «carta
abierta».
El fin de la dictadura del rey y de Metaxás del 4 de
agosto 1936 dejó el KKE severamente infligido. Las fuerzas de
Al mismo tiempo, unos cuadros del KKE tomaron la
iniciativa de organizar de nuevo el «Antiguo Comité Central» para que
funcionara como órgano dirigente del Partido.
El KKE fue privado de los servicios importantes de
cientos de sus cuadros entregados a los alemanes por el gobierno de
Metaxás, y del Secretario General del CC, Nikos Zachariadis, que le
entregaron a Gestapo y de ahí al campo de concentración de
Dachau. Sin embargo, el KKE fue capaz de superar las dificultades y dentro de
poco se convirtió en un Partido fuerte y masivo.
Cuando las tropas de Alemania, Italia y Bulgaria invadieron
Grecia y los alemanes entraron en Atenas (17 de abril 1941), los comunistas que
huyeron de los lugares de exilio, donde fueron encarcelados por el gobierno de
Metaxás, y muchos más que tenían acción ilegal procedieron
a la reestablecimiento del KKE y a la organización de
El KKE tomó la iniciativa de crear el Frente Obrero
Nacional de Liberación (EEAM-16 de julio 1941) y
el 27 de septiembre 1941 creó el EAM, una alianza sociopolítica entre
la clase obrera, los pobres campesinos y los sectores medios de la ciudad. El
16 de febrero 1942 se formó la sección armada del EAM, el Ejercito
Popular Griego de Liberación (ELAS), bajo la dirección de Aris
Velouchiotis. El 23 de febrero 1943, se estableció
El KKE ha sido el alma, la fuerza dirigente y la fuente principal
de nuevos militantes para
El ΕΑΜ salvó
el pueblo del hambre; creó gobiernos locales e instituciones de justicia
popular en las zonas liberadas y promovió el desarrollo cultural
popular.
El 10 de marzo 1944 fue formado el Comité
Político de Liberación Nacional (PEEA), el órgano central
político administrativo de las zonas liberadas.
Después de las elecciones, que tuvieron
lugar bajo condiciones de Ocupación, fue elegido el «Consejo Nacional»
que tenía su sede en Corisjades (30 de abril 1944).
En las elecciones (23 de abril 1944) votaron por primera vez mujeres y
jóvenes mayores de 18 años de edad.
La acción de EAM incluía todas las formas
de lucha: huelgas, demostraciones, manifestaciones, representaciones,
organización armada. Su propaganda masiva fue extensa y, muchas veces,
original.
La postura del mundo político burgués fue
distinta. Un sector eligió la opción de la colaboración abierta
con los invasores. Estos fueron los traidores que constituyeron los gobiernos
de Ocupación bajo la jefatura de Tsolákoglu, Logocetópulos
y Ralis.
Otro sector del mundo político burgués
junto con el rey huyeron a Egipto, mientras un tercio estaba ausente de la
lucha.
Después de la liberación, el KKE y otras
fuerzas del EAM estaban en la primera fila de la lucha contra la
reacción y sus aliados. La clase burguesa quería literalmente
quebrantar el espíritu de resistencia y cualquier intento de reivindicación de la lucha
de liberación nacional. Lo intentaron en diciembre de 1944, recurriendo
a asaltos armados contra el pueblo de Atenas que daba una batalla desigual contra las fuerzas militares unidas de las
tropas inglesas y de las fuerzas militares burguesas domésticas
(Batallón de Seguridad, Brigada de Montaña, los grupos “X” de
fuerzas reales anti-comunistas,
A pesar del inaceptable «Pacto de Várkiza» (12 de
febrero 1945) y las consecuencias devastadoras para el movimiento de EAM
derivadas de los Pactos de Líbano y de Caserta, la clase burguesa no
había podido recuperar plenamente su dominio ideológico y
político de la mayoría del pueblo, ni si quiera mediante su
influencia parlamentaria.
Las fuerzas burguesas querían invertir,
completamente y en su beneficio, la correlación de fuerzas. Entonces, para estabilizar su poder,
recurrieron, a partir de diciembre, a la violencia criminal y
al terrorismo brutal. Eligieron derramar sangre contando con el apoyo
económico, militar y político de los EE.UU, ya que Inglaterra
había expresado claramente su incapacidad de seguir jugando este papel.
Al mismo tiempo, después de las elecciones de 1946
y el referéndum fraudulento para el retorno del rey, realizado el mismo
año, la represión estatal se reforzó aún más
(«Tercera Resolución» en junio de 1946, votación de «Ley de Coerción»
509/1947).
El movimiento popular de entonces se vio ante el dilema
de subordinación por una parte o de organización de la lucha y
contraataque por otra parte. Aunque con retraso, eligió el segundo
camino como cualquier pueblo que rechaza la humillación y la esclavitud.
En las montañas nació el nuevo movimiento guerrilla, el
Ejército Democrático de Grecia (DSE). La nueva lucha popular
armada se basaba en la experiencia organizativa y militar derivada de la lucha
del ELAS en 1942-1945 y en las fuerzas que formaban parte del ELAS.
La lucha del DSE constituye el momento supremo de la
lucha de clase en Grecia en el siglo XX y ha sido el mayor logro del KKE. Fue justa
y moral porque la lucha implacable de la clase obrera, la lucha del KKE es ella
también justa y moral.
La lucha del DSE fue antiimperialista e
internacionalista. El carácter antiimperialista de su lucha se determina
por las condiciones que impusieron su creación, y por los campos
adversarios que se enfrentaron; por un lado las fuerzas populares
expresadas políticamente por el KKE y sus aliados, como el Partido
Agrario de Grecia (AKE) y por otro lado la coalición de las fuerzas
burguesas internas y sus aliados extranjeros.
La lucha popular de masas se dirigió contra la
violencia armada e institucional del estado ejercida por los mecanismos y los
gobiernos de Tsaldaris, Sofulis, Máximos, de los partidos «de la
derecha» y los «liberales» y el imperialismo inglés y norteamericano. La
«doctrina Truman» y el «Plan Marshal» contribuyeron considerablemente a la
victoria de la clase burguesa.
Después de la derrota del DSE hasta el
desmoronamiento de la dictadura de 1967-1974, el KKE eligió el camino de
la resistencia, aunque ya en condiciones distintas; en cárceles, centros
de exilio, ante el pelotón de ejecución, en la acción
ilegal y como refugiados políticos. Algunas de las páginas más heroicas
en la historia del KKE fueron escritas en Makrónisos, Guiáros, Ai
Stratis, Éguina, Itzedín, Gudí, en las cárceles de Avérof
y en otros lugares de sufrimiento.
Cientos de comunistas, hombres y mujeres, mantuvieron en alto
la bandera de los ideales del KKE y negaron a repudiarlo, a pesar del
enorme sufrimiento personal. Siguieron el ejemplo de sus camaradas del
período preguerra, que sufrieron en cárceles y centros de exilio
durante los gobiernos burgueses, parlamentarios y dictatoriales (de Venizelos,
Págalos, Metaxás etc.) por que hicieron su deber luchando por mejores sueldos, condiciones de
trabajo, por un futuro mejor y por haber negado firmar declaraciones de
arrepentimiento. El KKE sigue el mismo camino hasta hoy en día. El
despido del trabajo, las privaciones personales, todas las formas actuales de
sacrificios personales han dejado huellas en la vida de miles y miles de
militantes.
Εl
CC del KKE,
Nuestro partido, durante su larga historia de luchas,
ha tenido como arma principal el «Rizospastis», órgano oficial del
Comité Central del KKE, que, según Lenin sobre la prensa del
Partido, se ha vuelto en el medio que promovió la acción
unificada del Partido, el iluminador y organizador de las masas obreras y
populares. El «Rizospastis» en ambos períodos, de legalidad y de
ilegalidad, ha sido el camarada diario y dirigente de miles de comunistas. El
KKE rinde homenaje a los periodistas del periódico del Partido que murieron
mientras cumplía con su deber y a los que lucharon desde el bastión
de «Rizospastis».
El KKE profundiza orgulloso el estudio de su
historia de 90 años de contribución y al mismo tiempo intenta
sacar conclusiones útiles de su experiencia. No se trata de una mera anotación
de acontecimientos, ni si quiera una evaluación del pasado. El estudio
de la historia puede y debe transformarse en arma ideológica, reforzar
los instrumentos metodológicos para el análisis del presente y
del futuro del movimiento. Partiendo de estos principios, el KKE
prosiguió a escribir el II Volumen (ENSAYO) de la historia del Partido de
los años 1950-1968.
No es la primera vez que el KKE está tratando
de estudiar su trayectoria histórica; varios esfuerzos se hicieron en el
pasado para estudiar su historia en su conjunto, así como períodos
concretos. Sin embargo, hoy en día el KKE es objetivamente más
maduro para valorar su historia en profundidad, ya que su experiencia
internacional y nacional es ahora mucho mayor. En primer lugar, examina un
asunto político fundamental, su estrategia. Intenta responder el
porqué no pudo tratar correctamente la cuestión del poder
político en aquellos años.
Consideramos que los años 1940-1945 tienen una
importancia significativa como fuente de conocimientos y conclusiones. El
estudio de los años 1946-1949 provee conclusiones similares, aunque las
condiciones fueron distintas.
En cuanto a los años de
Los días de la liberación de los alemanes
(12 de octubre 1944) en Grecia se había desarrollado una
condición revolucionaria. Al mismo tiempo, el EAM tenía el
control mientras que el mecanismo estatal había sido fragmentado. El
gobierno burgués que se había creado, estaba en Egipto y los
ingleses no habían llegado a Grecia aún.
La conclusión principal es que nuestro
Partido, a pesar de su enorme contribución y su papel protagonista, no
ha sido capaz de formular la estrategia necesaria para solucionar el problema
del poder político mediante la revolución, ni si quiera cuando
las condiciones, sobre todo después de 1943, exigían que se
plantease el asunto de la conquista revolucionaria del poder. Así, el
KKE prosiguió a la subordinación del ELAS al cuartel general de los
ingleses en el Oriente Medio (5 de julio 1943) y luego a firmar los acuerdos de
Líbano (20 mayo 1944) y de Caserta (26 de septiembre 1944), con el
objetivo de mantener y extender la «unidad nacional». No consolidó las
condiciones sujetivas de un curso que, teniendo en cuenta varios factores, habría
podido conducir a la victoria.
Primero, no estimó correctamente la conexión
entre el aspecto social y clasista de la lucha popular y el aspecto de la
liberación nacional. Este enlace, aparte de los conflictos
políticos y militares con las organizaciones militares que colaboraban
con el enemigo, se manifiesta incluso por las conflictos armados de ELAS con
organizaciones en contra de Hitler y en colaboración con los ingleses,
como por ejemplo el EDES. Esto se ilustra en las fricciones continuas entre el ELAS
y los ingleses, en la lucha política e ideológica continua de los
gobiernos burgueses griegos en el Oriente Medio contra
No todas las fuerzas que participaban en el EAM
expresaban los mismos intereses. Aparte del KKE participaban fuerzas
socialdemócratas, liberales, en general fuerzas de orientación
política burguesa. Se debería dar por sentado el hecho que, a
causa de las vacilaciones que caracterizan tal partidos e individuos que no
estaban dispuestos a llegar hasta el final del camino, la clase obrera no
podía proseguir junto con ellos en todas las fases de la lucha. Aún
mas cuando
Además, el KKE tenía que estudiar la
estrategia de los ingleses y de las fuerzas burguesas domésticas y sus
maniobras para que pudiera adaptar adecuadamente su estrategia.
La evaluación crítica, más
allá del nihilismo y de la persistente referencia a errores que se han
cometido, se enfoca en la habilidad del KKE de justificar en cada fase de la
lucha su independiente papel ideológico, político y organizativo.
Este papel se expresa a través de la consolidación
científica de su estrategia, en la base de su aplicación en
condiciones particulares y, además, el avance de la teoría del
comunismo científico. En consecuencia, este papel se expresa mediante el
análisis objetivo de las contradicciones socio-económicas, del
despliegue de las fuerzas clasistas, de la correlación política y
de la táctica del enemigo de clase.
La acción independiente del Partido Comunista
asegura una política de alianzas que no ponga en peligro los intereses
estratégicos de la clase obrera en nombre de éxitos efímeros.
Las alianzas, como parte inextricable de la estrategia, presuponen compromisos
que no arriesguen en ningún caso la promoción de la estrategia
del Partido Comunista.
La historia ha mostrado, incluso de manera dolorosa,
que si el estado burgués no se derroque por las fuerzas revolucionarias se
pone en cuestión la posibilidad de establecimiento y consolidación
de su sucesión en el poder. La clase obrera tiene mucha experiencia y
determinación sobre este asunto.
La trayectoria del KKE ha sido marcada por su lucha para
preservar su existencia tanto por el ataque de la burguesía, como por la
subversión por el factor oportunista. Destacan los atentos durante la
década de los cincuenta y de los sesenta, y al fin de la década de
los ochenta hasta los principios de 1991.
La influencia de la corriente oportunista en la
disolución del KKE en la década de los sesenta se
manifestó bajo condiciones totalmente distintas a las de 1989-1991, sino
con el mismo objetivo. En el primer caso sirvió como vehículo
La resolución del VIII Pleno del CC (1958),
que señaló la disolución de las organizaciones del KKE y
la integración de todos los comunistas en EDA, contribuyó en
convertirlo en un partido unificado.
La lucha interna en el KKE y a consecuencia en EDA duró
hasta el febrero de 1968 (XII Sesión Plenaria del CC), cuando se tomó
la decisión que el Partido siguiera existiendo. El denominado «grupo
revisionista» del CC se retiró y a continuación prosiguió
a la fundación del «KKE del interior». El CC del Partido volvió a
establecer las organizaciones del Partido y en agosto de 1968 decidió la
fundación de
Durante todos estos años, KNE ha justificado
su papel y su misión. Ha contribuido en el reforzamiento del Partido
ofreciéndole nuevos miembros y cuadros. A pesar de las sacudidas y las
escisiones que han ocurrido, KNE sigue en el camino del KKE, siendo su
esperanza para el futuro.
En la contrarrevolución de 1989-1991 el KKE
fue insuficiente ante las demandas contemporáneas, ante la necesidad de
confrontar un ataque del imperialismo y del oportunismo en tal escala y
profundidad contra su principios y valores. La crisis del movimiento comunista
internacional afectó el KKE y tuvo gran impacto. La escisión del KKE
fue inevitable ya que se enfrentaron las dos tendencias básicas dentro
del Partido y de KNE. Por una parte, había la tendencia que estaba
defendiendo la existencia del KKE y la otra que estaba pretendiendo su
transformación en partido socialdemócrata y su difusión en
la entonces «Coalición de la izquierda y el progreso» (Synaspismos). Había
precedido l apartida de otros cuadros y la escisión de KNE. Este grupo
formó a continuación la organización oportunista
denominada Nueva Corriente de
La transformación del KKE había sido
organizada por cuadros, miembros del Buró Político, encabezada
por el entonces secretario general del CC, en colaboración con las
demás fuerzas integradas en el «Synaspismos». El objetivo era la
transformación de este último de una coalición de partidos
a partido único.
El éxito de este intento, en el que
participaron además fuerzas burguesas, hubiera causado un golpe
aplastante en la lucha de la clase obrera ya que el KKE se integraría en
el sistema político burgués. Crearía un partido de
gestión capitalista, una barrera en la radicalización de las
masas populares y lugar de distensión de la fuerza de vanguardia de la
sociedad, la clase obrera
El KKE ha defendido los principios fundamentales y
las características de todo partido comunista, la ideología del
socialismo científico-comunismo, el marxismo-leninismo, el
internacionalismo proletario, el centralismo democrático, las leyes que
rigen el socialismo, principios hacia las cuales se ha dirigido el ataque anticomunista
e oportunista. El KKE se opuso al nihilismo del trayecto de la
construcción socialista en el siglo XX, realzó la
contribución del movimiento obrero y comunista, la necesidad actual de
la lucha de clases como única fuerza motriz para la emancipación
de la clase obrera mediante la abolición de la propiedad capitalista en
los medios de producción, para la conquista del poder político y la
construcción del socialismo-comunismo.
La confrontación dura sobre la existencia del
KKE, junto con la desilusión y la confusión a causa de los
acontecimientos contrarrevolucionarios, hicieron a miles de sus miembros y a
miembros de
Habría sido posible disminuir el «desangramiento»,
si la actividad oportunista hubiera sido confrontada a tiempo, si los miembros
del Partido, entre otras medidas necesarias, hubieran sido informados por el CC
sobre los problemas que existían entonces en el órgano dirigente.
A pesar de los elementos oportunistas en sus
órganos dirigentes en aquel período de crisis, a pesar del factor
imperialista y la corriente oportunista internacional, el KKE ha sobrevivido,
dando pasos hacia la recuperación de su organización
revolucionaria. Este hecho tiene una gran importancia histórica, ha
dejado su huella en toda la trayectoria de los 90 años del Partido, ha
sido el punto de partida de su resurgimiento revolucionario, de la mayor
contribución en la tarea difícil de mantener la unidad
revolucionaria del movimiento comunista internacional.
La condición en que se encuentran la clase
obrera y los sectores populares, y las circunstancias políticas en
general serían peores si en los años 1989-1991 se hubieran
realizado los planes de eliminación o transformación del KKE. Al
contrario, su existencia y lucha durante todos estos años, reconocidas
por las fuerzas populares, han aumentado su influencia política y
constituyen una esperanza para el pueblo dirigiéndole hacia el camino
que sirve sus intereses, contra los monopolios y los partidos que promueven su
poder y sus propios intereses.
El KKE se ha podido recuperar por haber permanecido
fiel al marxismo-leninismo, por sus raíces profundas en la clase obrera,
por la gran experiencia de luchas de clase duras y de todo tipo, por su
experiencia que deriva del conflicto con las corrientes oportunistas que en el
pasado intentaron disolverlo.
Después de 1991, el KKE actúa bajo
condiciones sin precedentes en los 90 años de su historia. Esto
determina también las dificultades sin precedentes de la lucha del KKE,
que despliega su acción contra el clima fomentado por los derrocamientos
de la contrarrevolución. Estos años exigen un nuevo autosacrificio
diario, muy distinto al de los años anteriores, a causa de la
contrarrevolución y de la crisis profunda del movimiento comunista
internacional. Es totalmente distinta la lucha –incluso con derrotas
esporádicas o retrocesos– que se realizó en condiciones de avance
y de victorias del movimiento comunista, de la lucha de hoy en día que
se realiza en condiciones que la visión comunista ha recibido un golpe
tan grave.
De la experiencia de aquellos años deriva la
necesidad que exista un KKE fuerte, primero en todos los centros de trabajo,
bajo cualesquiera condiciones. La necesidad de que exista el KKE y actúe
independientemente no se puede menospreciar, ni siquiera ser ignorada en el
nombre de la importancia de otros factores. Por ejemplo, la disolución
de las Organizaciones del Partido en 1958, para aventajarse de las
posibilidades legales que ofrecía EDA –cuando la acción del KKE
era ilegal y sus miembros se perseguían– fue un error fundamental de
carácter oportunista de derecha, porqué así se dejó
la clase obrera sin líderes y su dirigencia se entregó a EDA, un
partido no revolucionario.
Los esfuerzos del enemigo de clase y del factor
oportunista para eliminar o neutralizar ideológicamente el KKE no
acabarán. Han acusado al Partido de dogmatismo, de ideas obsoletas, de
sectarismo y de aislamiento, con el objetivo de convertirlo en partido
inofensivo para el capital y su poder.
El KKE, al igual que cada Partido Comunista, no
puede renovarse rechazando las características fundamentales de un
partido revolucionario. La renovación verdadera se identifica con su
capacidad de corregir sus errores para ser más efectivo en su deber que
deriva de la lucha de clase.
Esto lo manifiesta la experiencia de la trayectoria
de varios Partidos Comunistas en Europa y en otros sitios. Durante
décadas la renovación, a la que tanta publicidad habían
dado y que había excluido todo elemento fundamental del carácter
de un Partido Comunista, arruinó el movimiento de los trabajadores y
alteró su base de clase.
El KKE ha insistido en que los derrocamientos
contrarrevolucionarios en los años 1989-1991 no invalidan el
carácter de nuestra época como época de transición
del capitalismo al socialismo.
La evolución histórica ha rechazado la
alegación que el carácter del intento de la construcción
del socialismo-comunismo ha sido utópico. Ningún sistema
socio-político se estableció de una vez en la historia de la
humanidad, ni tampoco el capitalismo en el conflicto con el feudalismo.
La contradicciones dentro del sistema capitalista
demuestran la necesidad y la actualidad del socialismo. Estas contradicciones
se generan dentro del capitalismo que aunque socializó el trabajo y la
producción en gran escala, los productos del trabajo socialmente
organizado siguen siendo propiedad privada, capitalista.
Esta contradicción se puede resolver
solamente si las relaciones de producción corresponden con
el nivel del desarrollo de las fuerzas de producción, si los medios de
producción concentrados se socializan, si el poder socialista planifica
su utilización en beneficio de los productores de la riqueza social.
El KKE ha intentado estudiar las causas del
derrocamiento del sistema socialista en Europa, junto con el estudio de la
trayectoria de la construcción del socialismo durante el sigo XX, y hasta
hoy en día sigue esta tarea. Ha acumulado experiencia y lecciones importantes
de los acontecimientos negativos y los errores, además de la
contribución del socialismo que hemos conocido a los pueblos. El primer
estudio de las causas del triunfo de la contrarrevolución se
realizó en las organizaciones del partido y en debate público que
resultó en el documento de
El derrocamiento del sistema socialista constituye
una contrarrevolución porque la restauración del capitalismo en
aquellos países representa una regresión social. A nivel
internacional, ha facilitado la promoción de la estrategia del
imperialismo, de las reestructuraciones capitalistas que habían empezado
en la década de los setenta.
Un asunto fundamental es lo de reconocer el hecho
que en aquellos países -a pesar de las debilidades, los errores y los
desvíos- se estaba construyendo el socialismo.
El KKE rechaza el termino «colapso» del sistema
socialista por que así se oculta el hecho que el proceso
contrarrevolucionario se basó en el incremento de la lucha de clase por
el establecimiento y el desarrollo de la nueva sociedad; es una lucha que se
lleva a cabo en contra de la pervivencia y revitalización
del pasado capitalista en el interior del país y tomando en
consideración la correlación de fuerzas a nivel internacional. Lo
más importante es que el termino «colapso» oculta el desvío
oportunista y la transformación socialdemócrata de la
mayoría de los liderazgos de los Partidos Comunistas en poder y primero
del PCUS.
El hecho que el derrocamiento fue dirigido por un grupo o, incluso, por dirigentes de partidos o de estados revela lo que confirma la historia del
movimiento obrero, es decir, que el oportunismo en su desarrollo, sobre todo en
condiciones de agudización de la lucha de clases, se convierte en fuerza
contrarrevolucionaria.
El hecho que el sistema socialista fue rodeado por
el imperialismo fue un factor importante de agudización de los problemas
internos y de las contradicciones y dirigió a decisiones que pusieron
obstáculos en la construcción socialista.
El análisis del movimiento comunista
internacional subestimó la táctica flexible del capitalismo. Las contradicciones entre los países
capitalistas no han sido analizadas objetivamente, mientras se construyeron
colaboraciones, incluso a nivel de gobierno, entre varios Partidos Comunistas y
la socialdemocracia basadas en una estrategia de «gobiernos antimonopolistas».
La experiencia histórica de esta estrategia, aunque fue negativa,
demostró que no puede existir un poder intermedio y que, en cuanto a su
carácter, el poder sólo puede ser burgués u obrero.
Al mismo tiempo, se profundizó
la crisis en el movimiento comunista internacional que, al principio, se
manifestó con el cese total de las relaciones entre el PCUS y los
Partidos Comunistas de China y de Albania. A continuación, las
dificultades se hicieron aún más grandes a causa del surgimiento
del oportunismo de derecha en el movimiento comunista de
La interacción del oportunismo entonces entre
los Partidos Comunistas en los países capitalistas y los Partidos
Comunistas que estaban en el poder se aumentó en condiciones de amenazas
de un ataque nuclear contra los países socialistas.
En las nuevas condiciones que se establecieron
después de 1991, el KKE prosiguió en su reorganización,
hizo grandes esfuerzos para adquirir las características revolucionarias
que deben constituir y distinguir un partido comunista, para que se superen las
condiciones negativas a causa del conflicto interno.
El XIV Congreso (1991) del KKE hizo un esfuerzo de
resumir conclusiones básicas de aquella crisis y trazar su línea
política general, la línea de la lucha antiimperialista.
En el período siguiente el KKE elaboró
sus posiciones sobre
Las resoluciones de
La línea política derivada por el XIV
Congreso impuso la retirada de los representantes del KKE del Comité
Social Económica (CSE) de
Al mismo tiempo, el KKE analizó los
acontecimientos en los Balcanes, identificó los responsables de la
disolución de Yugoslavia, el papel de EE.UU., de Alemania y otros
países de
El KKE fue el único partido en contra de las
manifestaciones nacionalistas respecto al nombre de
El KKE se opuso al ataque imperialista llevado a
cabo con el pretexto del terrorismo, al denominado plan de
«democratización del Oriente Medio», al «nuevo papel de
El KKE denunció la evasión oportunista
de estar «contra la guerra y contra el terrorismo» y desveló que el
terrorista de los pueblos es el capitalismo. El KKE luchó para organizar
una acción popular anti-guerra unida contra la política interior
y exterior de los gobiernos burgueses. No eligió
Para la elaboración de la estrategia del KKE
en las condiciones de la década de los noventa, nuestro partido tomó
en cuenta su experiencia acumulada de los acontecimientos en la sociedad
griega; experiencia positiva y negativa que se elaboró junto a la
experiencia del movimiento comunista internacional que, de todos modos,
ejercía gran influencia en la postura política del KKE.
El XV Congreso del KKE (1996), bajo la consigna de
«FRENTE A LOS MONOPOLIOS Y AL IMPERIALISMO, POR EL SOCIALISMO», estimó
que las condiciones materiales en Grecia ya son maduras para la
transición al socialismo y constituyen una respuesta en cuanto a los
intereses reales de la clase obrera, de los agricultores de mediana y
pequeña escala, de los autónomos y de los comerciantes.
Además, demuestran que es necesaria la planificación socialista,
ya que el «capitalismo monopolista del Estado (CME) es un nuevo paso hacia la
maduración de las condiciones previas y un umbral en la escala
histórica sin nivel intermedio hasta el socialismo». Estas posiciones
surgen de la tesis que el capitalismo se está desarrollando desigualmente,
que es posible que madure aún más rápido una crisis
política y económica generalizada, una situación
revolucionaria en un sólo país y que se ponga en la agenda la
acción revolucionaria por el enfrentamiento y derrocamiento de la clase
burguesa.
La estrategia elaborada en el XV Congreso
rechazó la teoría de etapas y definió como socialista el
carácter de la revolución en Grecia, realzando como criterio no
la correlación de fuerzas sino lo que resulta objetivamente necesario.
Sobre esta base, el XV Congreso analizó la agudización de la
contradicción entre el capital y el trabajo, sobre la cual se
está desarrollando la contradicción entre los monopolios y los
sectores populares.
El XV Congreso del KKE evaluó que Grecia ocupa
una posición intermedia y dependiente dentro del sistema imperialista mundial.
Trató el conjunto de sus dependencias militares, económicas y
políticas, de diferentes grados a lo largo de su evolución histórica,
como un asunto que tiene que ver con su posición en la «pirámide
imperialista», con la correlación dentro de las uniones imperialistas,
con la agudización de las contradicciones internas e interimperialistas.
Por consiguiente, la abolición de las dependencias imperialistas
está relacionada con la lucha por el derrocamiento radical del sistema
socio-económico en Grecia.
El XV Congreso consideró que existían
dos vías de desarrollo de la sociedad griega:
»La vía que sirve los intereses de las
multinacionales, de los capitalistas, a expensas del pueblo, la vía de
la adaptación y de la sumisión a las decisiones políticas
de
»La vía de creación del frente Antiimperialista
Antimonopolista Democrático de lucha, que puede dar una perspectiva a la
clase obrera, a los sectores populares medianos y pequeños de la ciudad
y del campo, y a la juventud.
»No existe tercera vía o vía sin
clases. Habrá solamente una vía; la que servirá los
intereses de los monopolios y el imperialismo, el sistema capitalista o al
pueblo y tendrá como perspectiva el socialismo.
»Fuerza motriz de la revolución socialista
será la clase obrera como fuerza dirigente, el semi-proletariado, el
campesinado pobre y los sectores populares de la pequeña burguesía
de la ciudad más oprimidos (...) Surge aún más imperativa
la necesidad que el KKE, basándose en su política, contribuya a
la formación y maduración del factor subjetivo para la
revolución socialista.
La linea antiimperialista antimonopolista democrática
de lucha contribuye para que se junte la gran mayoría del pueblo, para
que resiste y defiende sus intereses frente a la agresividad capitalista. Esta
es la vía que se debe seguir para que cambie la correlación de
fuerzas, para que se acerque y, bajo unas condiciones previas, se realice la
transición al socialismo (...) Esta vía tiene rupturas que socavan
los cimientos de la dominación capitalista. Además, crea las
condiciones previas para que la clase obrera y sus aliados tomen el poder
político.»
El XV Congreso hizo hincapié que la lucha del
Frente Antiimperialista Antimonopolista Democrático debe preparar al
pueblo a utilizar diferentes formas de
lucha, según lo requieran las condiciones, y a alternarlas a tiempo para
hacer frente a la reacción de la clase burguesa griega y de las
organizaciones imperialistas internacionales, para establecer y consolidar el
estado revolucionario obrero.
El XV Congreso del KKE, al igual que el XIV,
estableció la consolidación de sus alianzas a nivel social como
elemento fundamental de su política. Sin ello, no será posible
una alianza con otras fuerzas políticas en una base sólida, ni la
confrontación de los ataques contra ella.
En el Programa que aprobó el XV Congreso se afirma
el científicamente consolidado principio del papel dirigente de la clase
obrera en el desarrollo social, su posición objetiva y su misión
para la liberación del hombre de la explotación capitalista; se
confirma la clase obrera como la fuerza que puede agrupar bajo su liderazgo los
sectores oprimidos de la sociedad griega.
El debate ideológico contra el revisionismo
contemporáneo se resumió en la tesis sobre el papel
histórico de la clase obrera. Desde hace décadas, el punto de
vista del oportunismo de derecha ha sido expresado mediante la posición
que la clase obrera se reduce a causa de la revolución científico
técnica. Esta posición no aceptaba la relación con los
medios de producción como criterio según el cual un trabajador
pertenece a la clase obrera y rechazaba la posición clasista del
trabajador como proletario, dividiendo los trabajadores en cualificados y no
cualificados, en asalariados de calificación científica o
tecnológica, aunque no participaba en la administración de la
producción. Además, hizo una división entre los nuevos y
los antiguos sectores de la producción, según el tipo (abierto o
encubierto) de las relaciones explotativas del trabajo asalariado.
El XVI Congreso del KKE (2001), basado en el
Programa aprobado en el XV Congreso, procedió a elaborar más
profundamente la propuesta política del KKE en cuanto al Frente
Antiimperialista Antimonopolista Democrático (AADM). El mensaje del XVI
Congreso fue que no había callejones sin salida en la vida social y
política del país; que había solución. Esta
solución era, y sigue siendo, el camino del AADM, de la
concentración de fuerzas en la lucha por el Poder Popular y
El KKE declaró que bajo el concepto general
del «poder popular» se daba la posibilidad a fuerzas que no se identificaban a
nivel ideológico y estratégico con el KKE de participar en un
frente común de lucha contra los monopolios, las uniones imperialistas,
las agrupaciones gobernantes burguesas que se alternan en Grecia. La base
objetiva de esta alianza han sido siempre las necesidades del pueblo,
contrariamente a los intereses de los monopolios y de las uniones imperialistas,
y el poder a nivel nacional y estatal. No se puede dar ningún paso hacia
delante que esté a favor de los trabajadores mientras domina el capital
monopolista, mientras Grecia está atrapada en las uniones imperialistas.
La resolución del XVI Congreso precisó
que: «Para la formación del AADM no es suficiente ni el accionar
común en la base de puntos de vista comunes o parecidos sobre asuntos
importantes y actuales, ni si quiera una línea de defensa frente a la
ofensiva contra el pueblo. Se exige un nivel de acuerdo en la dirección
general de solución de problemas, que va a declararse en un programa
sobre
El KKE lucha por la formación del Frente, manteniendo
su independencia ideológica, política y organizativa, algo que
reconoce a sus aliados también. La independencia estratégica del
KKE se expresa en la posición que el poder popular es el poder
socialista, y la posición sobre los requisitos necesarios para que el
AADM adquiera características de frente revolucionario. Además,
el Congreso concretó que el proceso de la formación del Frente se
realizaría a través de un movimiento social.
Un asunto fundamental que trató el XVI
Congreso fue el fortalecimiento del KKE junto con la necesidad de comprensión
y aplicación en la acción de cada día del partido la
relación dialéctica entre la estrategia y la táctica, en
la base de proyección y reivindicación de las necesidades
modernas de los trabajadores.
El XVI Congreso determinó el contenido
concreto del trabajo de los dirigentes del KKE, desde el CC hasta la
organización de base del Partido, en la creación de una
consideración común de la política de alianzas sociales, una
acción diaria en el movimiento obrero y sindical, en contra de las decisiones
estratégicas y la táctica de compromisos seguida por la
mayoría de las organizaciones sindicales centrales, del sindicalismo
amarillo y en el movimiento de los campesinos, de los autónomos y de los
comerciantes.
Haciendo hincapié en la política de
alianzas, el XVI Congreso rechazó, como contrarias a la línea
política del KKE, las tesis que hablaban de unidad popular «en la base
de los problemas en cada sector». Considera esta tesis como cortinas de humo
para encubrir las posiciones que tienen que ver con la gestión del
sistema, posiciones relevantes o iguales a la política de gobiernos de
centro-izquierda. Además, abrió un frente contra la
polémica oportunista dirigida al partido, que supuestamente ha dejado de
luchar por los problemas cotidianos del pueblo a favor de la revolución
socialista.
Declaró que en un período de
agresividad capitalista fuerte en todos los frentes «las luchas no van a aportar
soluciones a menos que la lucha popular no se oriente a una alianza social y
política fuerte, con dirección de cambios radicales a nivel de
poder», es decir, un poder popular que, según el KKE, es el poder socialista.
Va a socializar las fuentes de riqueza y los medios de producción
concentrados, empleándolos al servicio de las necesidades populares a
través de una planificación central a escala nacional de la dirección
de la economía. Junto con el sector socializado de la economía
popular habrá la cooperativa de producción agrícola y la
producción comercial a escala pequeña, expresando la alianza de
la clase obrera con los sectores pobres del campesinado y los sectores burgueses
pequeños.
En esta base ha determinado los frentes de lucha
básicos contra las reestructuraciones capitalistas haciendo
hincapié en la necesidad de que se concentren numerosas nuevas fuerzas
(sindicatos, federaciones, centros laborales, comités de lucha etc) en
el Frente Militar de Todos los Trabajadores (PAME).
El PAME es el mayor logro del movimiento sindical de
la clase obrera de las últimas décadas. Ha creado nuevas condiciones
dentro del movimiento sindical. Ha
tenido una presencia y acción distintivas como polo militante que lucha
contra la política del capital, los líderes de
Otro frente básico es el frente contra la
nueva doctrina de
Además, hizo hincapié en la
movilización de fuerzas contra la violencia y represión estatales
y empresariales, así como en la movilización de productores de
arte y cultura progresistas para confrontar fenómenos de
corrupción y decadencia, de fatalismo y de derrotismo.
El tema principal del XVII Congreso (2005) fue el
fortalecimiento del KKE como factor fundamental del crecimiento del movimiento
obrero y popular que se está enfrentando a «una nuevα ola de reformas
y reestructuraciones reaccionarias». El lema central del Congreso fue que
llegara el Partido al nivel de las exigencias de la lucha obrera.
«El fortalecimiento del KKE tiene varios aspectos e
indicadores, criterios cuantitativos y cualitativos. No se debe tratar en una
manera general y abstracta sino tomando en cuenta cada vez las condiciones
concretas y las dificultades objetivas. Hay que tomar en cuenta en qué
fase está el movimiento obrero, el movimiento popular en general, y la
política de alianzas. El fortalecimiento del Partido se ve influido
además por los acontecimientos a nivel internacional y las
correlaciones, por el nivel del movimiento obrero y antiimperialista mundial. A
medida que depende de nosotros, debemos mejorar nuestras capacidades subjetivas
e incrementar nuestra eficacia. Nos vemos obligados a contribuir al desarrollo
y a la agudización de la lucha de clases, a la formación de una
corriente mayoritaria popular fuerte que va a luchar contra los monopolios y
las uniones imperialistas. Nos vemos obligados a elevar nuestra lucha al nivel
que corresponde a la evaluación del carácter de nuestra
época como época de transición al socialismo».
El CC, antes de todo, consideraba sus propias
responsabilidades e insuficiencias en cuanto a los deberes mencionados y a
continuación las de los demás órganos dirigentes. Señaló
como asunto básico que todavía no se había logrado el
nivel requerido de la consideración común de la estrategia del
KKE, no había sido entendido profundamente el carácter del Frente,
elementos que deberían impregnar la acción cotidiana del Partido.
Porque la lucha por el socialismo afecta y determina la acción cotidiana
del Partido.
El XVII Congreso tomó una posición
firme sobre la promoción de la estrategia del KKE, subrayando que no
basta que los miembros del Partido estén de acuerdo con ella. Se
requiere una acción que haga cambiar la conciencia de la gente hacia una
línea de lucha contra los monopolios y las uniones imperialistas.
«Nuestra propuesta política, como propuesta de acción, puede
contribuir a la transformación de la corriente existente de protesta y
de disputa, en conciencia política madura. La politización es inextricablemente
vinculada con la cuestión “¿desarrollo por parte de quién
y para quién?” Así, se relaciona directamente con la demanda de
cambio al nivel del poder político».
Resaltó la necesidad de un frente
ideológico fuerte contra las teorías burguesas, el uso corrupto
de la ideología por el imperialismo, los consideraciones reformistas y
oportunistas que dirigen a la asimilación, a la postura defensiva, retroceso
del movimiento. Insistió en la necesidad de tener cuadros sindicalistas
de formación marxista.
Al mismo tiempo, haciendo hincapié en el
estatuto del Programa del KKE sobre la última etapa del capitalismo en
Grecia, resaltó más en concreto que: «Se agudizan las características
básicas de la etapa imperialista del capitalismo en Grecia, como, por
ejemplo, la exportación de capitales al mercado europeo y mundial. La
participación en la planificación y promoción de
directivas y medidas antiobreras y antipopulares de centros y uniones
imperialistas importantes, como
El XVII Congreso hizo referencia especial a las
nuevas leyes antiterroristas aprobadas por
El XVII Congreso evaluó la elección
del partido de Nueva Democracia (ND) en el gobierno como una mera
alternación gubernamental, puesto que no había diferencias en
cuanto al programa político de
Además, notó que las violaciones y las
demandas de Turquía en el mar Egeo, así como la disputa en cuanto
a las fronteras son apoyadas por EE.UU. y
Planteó de nuevo posiciones anteriores sobre
la importancia y la relación entre la economía y la
política. Anotó el carácter clasista de cada partido que
sirve con sus decisiones, que no son accidentales ni subjetivas, intereses concretos.
En cuanto al Frente Antiimperialista Antimonopolista
Democrático,el XVII Congreso confirmó que el Frente no es un
«caballo de Troya» del KKE para engañar las fuerzas aliadas, que el KKE
no pone como condición previa para crear un marco de demandas
común el acuerdo sobre el socialismo o su programa, que no obliga a sus
aliados adoptar las formas de conquista del poder socialista. Al mismo tiempo,
declaraba el derecho a tener una línea estratégica independiente,
precisando que no existe poder intermedio entre el poder burgués y el socialista.
Además, aclaró que hoy en día
no existe posibilidad de alianza política con otros partidos. A lo largo
del camino, sobre todo con el requisito previo de la influencia de la lucha de
clases, es posible que se creen formaciones políticas de
dirección progresista con las que el KKE podrá aliarse. Sin
embargo, esto requiere la emancipación de las fuerzas simpatizantes de
El XVII Congreso, en su Resolución
Política, hizo una referencia específica sobre la necesidad de
coordinación y lucha común entre los partidos comunistas, la
necesidad de creación de un polo comunista dentro del movimiento
comunista internacional.
El KKE cuenta ya con muchas luchas difíciles
contra el oportunismo. Hoy en día, esta lucha debe intensificarse porque
constituye una de las corrientes ideológicas dominantes a nivel global,
porque es «el caballo de Troya» que dirigió al desarrollo y la victoria
de la contrarrevolución.
Nuestro Partido ha acumulado gran experiencia de la
acción y el desarrollo del denominado «eurocomunismo», de la corriente
de «renovación» del movimiento comunista que constituye una
renovación de los principios y las prácticas
socialdemócratas, de «la unidad de la izquierda» para una «mayoría
parlamentaria de izquierdas», que es una política de gestión del
sistema.
El oportunismo tiene una base objetiva. Esta
generado y reproducido por los sectores de la pequeña burguesía
que se arruinan y luego entran en las filas de la clase obrera, nuevos grupos
de científicos asalariados, así como las grandes dimensiones de
la «aristocracia obrera» gracias a una parte de las ganancias que imparte el
capital para sobornar parte de las fuerzas obreras populares en el movimiento
sindical y en los gobiernos locales. A esto contribuyen varios programas de
Hoy en día, la correlación de fuerzas negativa
a nivel internacional y las nuevas dificultades en la vida de los trabajadores que
derivan del ataque generalizado del capital y de sus partidos apoya el
desarrollo del oportunismo.
Para hacer frente al oportunismo aparte de un frente
ideológico fuerte se necesita un alto grado de politización de la
lucha de la clase obrera y de los sectores populares.
Ha sido confirmado que no existe una tercera vía
de desarrollo, o sea una vía superclasista. El desarrollo no puede
servir al mismo tiempo el imperialismo, es decir la gestión del sistema
capitalista, y el pueblo.
La lucha clasista y popular es una necesidad que se
impone por la vida cotidiana y la agudización de los grandes problemas
populares: el derecho a
Una de las tareas principales del frente
ideológico comunista es restablecer en la conciencia de los trabajadores
la verdad sobre el socialismo en el siglo XX, objetivamente, sin
idealización, libre de la calumnia burguesa. La defensa de la necesidad
del socialismo y la oferta del socialismo en el siglo XX responden a las
teorías oportunistas sobre «modelos» de socialismo adaptados a las particularidades
«nacionales» y a la referencia persistente y derrotista a los errores. Para el
KKE la defensa de esta oferta constituye un criterio en su relación con
los demás Partidos Comunistas y Obreros en cuanto a la formación
de un polo comunista en el movimiento internacional.
La calumnia y la campaña anticomunista no
pueden encubrir la verdad para siempre. La reescritura de la historia que es un
elemento del anticomunismo constituye además una muestra de temor de la
clase burguesa.
Los antiguos y nuevos mitos han sido desenmascarados
y refutados: el mito de la «economía libre» y de la «competitividad», de
la «modernización», del «consenso» y del «diálogo social», de la
«democracia institucional», de las «calles de sentido único», de la
«globalización» y de las «misiones antiterroristas preventivas» a
expensas de derechos soberanos, de la seguridad y de las fronteras con
consecuencias aún más graves para los pueblos. El asunto
básico es quién tiene poder sobre quien y con qué fin.
Los conflictos entre los estados del sistema
imperialista internacional no se pueden eliminar. Puede que la estrategia del
imperialismo internacional contra los pueblos sea unitaria, pero se está
intensificando el antagonismo en cuanto al reparto, reagrupaciones son eminentes,
nuevas demandas están expresadas en los acuerdos imperialistas p.ej. en
el G8, en el Banco Mundial, en el Fondo Monetario Internacional, en
A pesar de los esfuerzos comunes de
La situación en los Balcanes puede resultar
explosiva debido al nuevo cambio de fronteras después de la
decisión del imperialismo de la secesión de Kosovo.
En el comunicado del BP del CC del KKE sobre «La
situación actual en los Balcanes, la cuestión de
Las relaciones entre la clase burguesa de Grecia y
de Turquía sobre el control del Mediterráneo oriental se
complican, debido al hecho que son a la vez relaciones de cooperación y
de contradicciones, con un número de cuestiones todavía
pendientes en cuanto al mar Egeo y Chipre. Otros focos de conflicto, como por
ejemplo la resolución injusta del asunto palestino, constituyen materias
primas para que se incrementa la tensión en toda la región.
El antagonismo interimperialista rabioso
señala el hecho que todavía la humanidad no es libre del peligro
de un nuevo estallido y de nuevos focos de guerra.
El mito del proceso de reducción de las armas
nucleares se desveló completamente cuando se derrocó
La tarea primordial de la vanguardia política
obrera en cada país es de ser vigilante y preparada a nivel
ideológico, político y organizativo frente a los grandes
conflictos y derrocamientos que están por venir. En esta dirección
debe forjar la unidad de lucha de la clase obrera, sus alianzas sociales y
políticas, su unidad internacionalista. Las fuerzas políticas
(bajo títulos comunistas u otros) que, en nombre de la clase obrera, desvalorizan
la lucha a nivel nacional, por que, supuestamente, los cambios se pueden
realizar solamente a nivel europeo o mundial mientras, en realidad, promueven
los intereses del capital y cultivan la conciliación de clases y el
fatalismo.
La lucha de clase consistente en cada país es
el requisito previo para una acción internacional consistente y eficaz. La
interacción entre lα situación nacional e internacional no anula el hecho que
las contradicciones y condiciones internas juegan el papel más
importante en el proceso revolucionario. El movimiento popular revolucionario
de cada país debe dirigir la lucha hacia el socialismo, contribuyendo
así en la mejora y el cambio de la correlación de fuerzas a nivel
internacional.
Al mismo tiempo, la acción internacional, la
unidad internacional de la clase obrera y del movimiento comunista, la
estrategia adecuada contribuirán al resultado exitoso de la lucha de la
clase obrera y de sus aliados a nivel nacional, regional, dondequiera se cree o
aparezca, como resultado de factores objetivos y sujetivos, el vínculo
débil en el sistema imperialista, por la victoria.
La campaña electoral reciente, tanto en el
período pre-electoral como en el post-electoral, hizo destacar la preocupación
de la clase burguesa, de sus ideólogos y de sus representantes
políticos a causa de la dinámica de la política y la ideas
del KKE. Objetivamente, sus metas son iguales de los del oportunismo ya que
pretenden desviar el Partido de su estrategia, de su trayectoria ascendente.
El resultado electoral que fortaleció el KKE,
como expresión de la tendencia esperanzadora de estabilización e
incremento de la emancipación de fuerzas populares de la influencia
política burguesa, preocupa la clase que está en el poder. Es cierto
que su agresividad se va a agudizar ante la perspectiva de la organización
y la emancipación ideológica de la clase obrera. Sin embargo, la
fuerza de la clase obrera es insuperable cuando un gran número de
trabajadores se da cuenta de ello masivamente.
Se ha demostrado que cuando existe una vanguardia
lista y determinada, el pueblo responde al llamamiento. La correlación
de fuerzas no queda fijo. El siglo XXI va a ser el siglo de la
revitalización del movimiento comunista, el siglo de nuevas revoluciones
sociales que van a llevar la clase obrera y los demás fuerzas populares
al poder con más madurez y constancia. Las contradicciones sociales son
irreconciliables y se están agudizando, a pesar de las proclamaciones de
los apologistas del capitalismo.
La clase obrera y los sectores populares pobres no se
quedarán enganchados al pasado. A la clase obrera y sobre todo a las
nuevas generaciones así como a las nuevas generaciones de los sectores
populares solamente les vale un futuro, el futuro que teme el imperialismo: El
socialista-comunista.
20 de octubre 2007
El Comité Central del KKE
e-mail:cpg@int.kke.gr