Denuncia contra las medidas anticomunistas del gobierno moldavo
El gobierno moldavo, que reconoció recientemente la “contribución” de los moldavos que sirvieron al lado de la Alemania nazi, dio un paso adelante. Estableció el “Comité para la condena del régimen totalitario comunista” que a principios de este mes propuso la prohibición de los símbolos del comunismo, así como de la palabra “comunismo” y de sus derivados. El gobierno de Moldava promueve ya estas propuestas concretas añadiendo un eslabón más en la cadena de la campaña anticomunista que se ha lanzado en Europa y en primer lugar en los estados miembros de la Unión Europea, donde se han prohibido los Partidos Comunistas (Estonia, Letonia, Lituania, Rumania) y los símbolos del comunismo (Hungría, Polonia).
Ahora, en Moldava se intenta prohibir la hoz y el martillo y la estrella roja que representan la lucha por la abolición de la explotación capitalista, que representan la sangre y los sacrificios de millones de comunistas que han estado en la vanguardia de la lucha antifascista y en la derrota del fascismo en la II Guerra Mundial. Representan las luchas políticas de orientación de clase por la jornada de 8 horas, por la Seguridad Social, la Educación y la atención sanitaria gratuita así como otros logros que consiguieron los trabajadores con los comunistas desempeñando un papel dirigente, gracias a la influencia de la construcción socialista en la URSS y en otros países de Europa Oriental y Central. Hoy en día estos logros están abolidos debido a la política antipopular que sirve a los beneficios de los grupos empresariales, y a la crisis económica capitalista mundial, que muestra los límites históricos del capitalismo. El anticomunismo va mano a mano con la ofensiva contra los trabajadores para que paguen ellos las consecuencias de la crisis capitalista. Están viendo que les quitan sus derechos laborales y políticos, que se aumentan el desempleo y las personas sin hogar, que se privatizan empresas, la educación, la salud etc.
Los “pilares” básicos de esta ofensiva anticomunista son la Unión Europea, el Parlamento Europeo, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa y la reunión correspondiente de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
Esta campaña está ligada con los esfuerzos incesantes para la equiparación históricamente incorrecta del comunismo con el fascismo, la falsificación de la Historia de la II Guerra Mundial y del socialismo, y por eso impone la prohibición de cualquier cosa que recuerda a la construcción socialista. Apunta, sobre todo, a la conciencia de la juventud e intenta atraparla en el marco del capitalismo que se presenta como la única perspectiva. En muchos casos se toman iniciativas anticomunistas no sólo por los partidos conservadores de derecha sino también por los socialdemócratas. Especial responsabilidad aportan las fuerzas del oportunismo que en Europa se unen en el llamado Partido de la Izquierda Europea (PIE). Esto se debe al hecho que el PIE está hostil frente a la tradición comunista y a la experiencia del socialismo en el siglo XX. Ha aceptado la noción de la “condena del estalinismo”, rechaza los principios de la construcción socialista y la contribución del socialismo en la URSS así como en los demás países de Europa Oriental y Central a los trabajadores de todo el mundo.
Ésta prohibición que promueve el gobierno moldavo al igual que otras promovidas en países de la Unión Europea, demuestran la falsedad y la hipocresía de la democracia burguesa. Demuestran que los gobiernos y sus mecanismos temen la nueva contraofensiva por parte del movimiento revolucionario obrero y popular, porque saben que las contradicciones y los impasses del capitalismo son grandes e insuperables, que el futuro pertenece a una sociedad sin explotación del hombre por el hombre, al socialismo-comunismo.
El KKE expresa su solidaridad camaraderil con los comunistas en Moldava y declara que luchará continuamente y de manera activa junto a ellos para hacer frente al anticomunismo y a la intimidación, al lado de los que luchan por sus derechos y por la perspectiva del poder obrero.
El KKE denuncia al gobierno moldavo y exige el cese inmediato de la abolición de los símbolos comunistas y de cualquier ley y persecución contra los comunistas.
Sección de Relaciones Internacionales del CC del KKE
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