Ideas sobre una nueva Internacional
El  
internacionalismo en la teoría marxista 
Eleni Mpelou1 
 
 
Para el KKE es una cuestión  
de principios que la vanguardia ideológica, política y organizativa  
de la clase obrera debe expresarse de forma distintiva y unificada a  
nivel internacional. 
La base teórica de este  
prinicipio, que descansa en las obras de Marx y Engels, puede encontrarse  
en la actividad y dimensión internacionales del capital, las cuales  
nosotros estudiaremos a la luz de los acontecimientos actuales. 
 
Para que el capital pueda  
reproducirse como relación socioeconómica, ya ha logrado superar la  
frontera del “estado nacional”, que creó como forma de poder  
político estatal para establecerse y para superar las relaciones feudales,  
para abolir la estrechez de la economía natural y del mercado local,  
así como de la producción artesana. 
El fenómeno del comercio  
internacional y de las compañías por acciones, que Marx había analizado,  
tomó nuevas dimensiones y características a finales del siglo  
XIX y, especialmente, en el siglo XX, a través de la exportación extensiva  
de capital para inversiones extranjeras directas, la creación a escala  
internacional de bolsas y otros mercados para el capital financiero  
(p.ej. el Banco Mundial, el FMI, etc.) y la composición internacional  
de los accionistas en compañías de inversiones. 
 
Sobre esta base, tras  
la II Guerra Mundial y a pesar de la continua agudización de la competencia  
capitalista (entre empresas y entre estados), se formaron centros más  
fuertes para la elaboración de una estrategia unificada del sistema  
imperialista mundial contra la clase obrera, su organización revolucionaria  
y su actividad como movimiento dentro de los estados capitalistas e  
incluso más contra su poder estatal en los países que estaban construyendo  
el socialismo. 
Tales centros para la  
producción de una estrategia y actividad unificadas del capital internacional  
estaban vinculados a la coordinación de la toma de decisiones (p.ej.  
el G7, que hoy ha sido ampliado a G20) y en órganos de intervención  
directa económica (FMI, Banco Mundial, etc.) y militar (OTAN, Euroejército,  
etc.). 
Por supuesto, el desarrollo  
desigual del capitalismo y la competencia, que son inherentes al sistema,  
llevan a cambios en la correlación de fuerzas entre estos centros,  
mientras al mismo tiempo se forman otros regionales (p.ej. UE, ALCA,  
ALBA, MERCOSUR, ASEAN, Acuerdo de Shanghai, etc.). 
 
En todos estos centros,  
en los que se expresa la unidad del poder estatal del capital en relación  
con su oponente, la clase obrera, la continuidad del estado capitalista  
está salvaguardada independientemente del color político-ideológico  
de un gobierno u otro. 
Un ejemplo característico  
de esta realidad es la composicióin del bien conocido “Grupo Bilderberg”,  
en donde empresarios, armadores, banqueros, diplomáticos, militares,  
economistas, periodistas, intelectuales y políticos de todas las tendencias  
de la burguesía de todo el mundo deliberan “a puerta cerrada”. 
 
Paralelamente, las corrientes  
políticas burguesas y los representantes naturales del capital se han  
organizado en uniones internacionales y regionales. 
 
¿Qué clase no tiene  
una expresión internacional en relación al poder capitalista que se  
organiza a nivel estatal y a nivel internacional? La clase obrera. 
 
Junto a la obvia necesidad  
de contar con esta expresión, lo que debemos examinar son las causas  
de los problemas relativos a la promoción de la organización internacional  
de la vanguardia ideológica y política de la clase obrera. 
 
En opinión del KKE,  
el problema no es principalmente de tipo organizativo, sino teórico  
e ideológico, el cual por supuesto refleja la separación, la división  
de la clase obrera a nivel nacional. 
La unidad ideológica  
del movimiento comunista internacional ha sido destruida y esto es lo  
que necesita restaurarse. Ésta es la tarea básica para todos los PPCC  
- independientemente de sus diferentes nombres – que tienen el necesario  
contenido de clase en su base y en sus órganos dirigentes, que aseguran  
la voluntad de la vanguardia de la clase obrera para organizar la lucha  
contra la explotación capitalista y no para pactar con ella. 
 
La profunda crisis ideológica,  
política y organizativa del movimiento obrero internacional se ha expresado  
en los últimos 25 años y sus raíces van aún más atrás (décadas,  
de hecho). 
El KKE opina que el desmantelamiento  
de esta unidad ideológica tuvo lugar debido al gradual fortalecimiento  
y difusión del revisionismo. Por supuesto, lo que ocurre a nivel de  
conciencia, en este caso el revisionismo, es un reflejo de los acontecimientos  
socioeconómicos – las secciones de la clase obrera en los países  
capitalistas avanzados gozaron de salarios más altos y mejores condiciones  
de vida debido a la plusvalía extra que el capital obtenía en sus  
países, tomando por ejemplo el monopolio en el comercio exterior (Gran  
Bretaña hasta finales del siglo XIX) y la capacidad para explotar materias  
primas y trabajo barato en sociedades menos desarrolladas. Los hijos  
de estas secciones de la clase obrera y de la aristocracia obrera en  
el movimiento sindical y político absorbieron la propaganda burguesa  
por medio del sistema educativo y fueron incorporados a los mecanismos  
ampliados del estado – bien en los “servicios” del Estado burgués  
(educación, salud, bienestar) o puramente en mecanismos administrativos  
(oficinas tributarias, administraciones locales, mantenimiento de la  
propiedad estatal, etc.) o en empresas públicas o semipúblicas (bancos,  
servicios públicos, energía, agua, industria de telecomunicaciones,  
turismo, etc.). 
La compra de secciones  
de la clase obrera y su incorporación a sectores dinámicos de la industria  
capitalista se logró en combinación con el soborno amplio de científicos  
que tenían raíces obreras; así podemos ver que la ampliación de  
la base social del oportunismo y el fortalecimiento del revisionismo  
son fenómenos interconectados. La capacidad de las fuerzas políticas  
burguesas para comprar a amplias secciones de la clase obrera sirvió  
al objetivo político de corromper al movimiento obrero, de distraerlo  
de su objetivo estratégico de la revolución socialista en Europa y,  
más en general, en el mundo capitalista desarrollado e incluso en condiciones  
en las que la correlación de fuerzas había mejorado para las fuerzas  
del socialismo tras el fin de la II Guerra Mundial. 
 
El revisionismo y el  
oportunismo en los PPCC de los estados capitalistas fuertes ejercieron  
presión sobre los PPCC gobernantes, en condiciones extremadamente complejas. 
 
a)el período histórico a nivel internacional (p.ej. el desarrollo de la bomba atómica primero por los EEUU o la política de la “guerra fría” contra la URSS inmediatamente tras el fin de la II Guerra Mundial), cuando las pérdidas del capitalismo no se analizaron objetivamente en combinación con su capacidad para recuperar su posición.
b)la debilidad y los descuidos en la creación de una estrategia del movimiento comunista internacional contra el sistema imperialista internacional, dado que en varias instancias, extremadamente importantes en aquel momento, el frente de lucha contra la ocupación extranjera y el eje de Hitler se separó de la lucha por la toma del poder estatal por la clase obrera.
c)la URSS se enfrentó  
a tareas teóricas y prácticas sin precedentes (p.ej. la contención  
y posterior abolición de las relaciones mercantiles, la contradicción  
entre trabajo manual e intelectual, el desarrollo de la organización  
del trabajo en sectores productivos de la industria socialista, la amplia  
participación obrera en la organización y administración de la producción  
y los servicios, en el control obrero de la gestión y, más generalmente,  
de los órganos del poder estatal obrero). La lucha de clases para el  
desarrollo socialista entró en una nueva fase. 
La revisión y el oportunismo  
irreversiblemente corrompieron a los PPCC gobernantes, con el resultado  
de que dirigieron derrocamientos contrarrevolucionarios, la restauración  
capitalista violenta o controlada, proceso que todavía está en marcha. 
 
Otra corriente del revisionismo  
y el oportunismo, conocida como “eurocomunismo”, corrompió  
al movimiento obrero en las sociedades capitalistas desarrolladas y  
continúa haciéndolo, por un lado manteniendo la continuidad histórica  
y los símbolos del movimiento comunista, y por otra creando una organización  
oportunista europea (el PIE). El PIE utiliza y fomenta las debilidades  
existentes y las dificultades de los PPCC, por ejemplo en América Latina  
y Asia, debilidades que surgen del desarrollo relativamente retrasado  
del capitalismo en esos países. El PIE promueve una línea de alianza  
con fuerzas burguesas de otros centros imperialistas a los que denomina  
aliados (por ejemplo, la UE) contra el imperialismo norteamericano. 
 
En las condiciones actuales,  
los PPCC en países en los que el poder estatal burgués trata de elevar  
su posición a nivel continental e internacional, se enfrentan al siguiente  
desafío – elaborar su estrategia teniendo en cuenta y superando los  
problemas estratégicos en el movimiento comunista internacional que  
ellos habían desarrollado como partidos. 
Frente a todo esto, los  
PPCC dedicados a la ideología comunista, al marxismo-leninismo, al  
papel histórico de la clase obrera para el progreso social y la necesidad  
del socialismo, a la necesidad de la revolución política y del poder  
estatal obrero revolucionario (la dictadura del proletariado), tienen  
como prioridades las siguientes tareas: 
1. El estudio profundo  
y la difusión de la ideología comunista, por medio de la publicación  
de los trabajos de sus fundadores en todos los idiomas, escuelas del  
partido para la educación marxista organizada de sus cuadros, extensión  
de estas tareas a sus militantes y trabajo similar con los cuadros de  
las juventudes comunistas. 
2. La formación de una  
intelectualidad comunista, es decir, cuadros científicos del partido  
con educación marxista y educación similar para los cuadros obreros  
que tienen las capacidades necesarias para el trabajo intelectual. Todo  
PC, utilizando a la intelectualidad marxista, estudiará científicamente  
– no sólo mediante la observación empírica – la situación socioeconómica  
y política de su país, su posición en el sistema imperialista internacional,  
sus relaciones internacionales, estudios que se basarán científicamente  
en las fuerzas comunistas, para que su carácter científico no entre  
en conflicto con su carácter de clase. 
Para que los PPCC no  
se conviertan en rehenes de la ideología burguesa, deben superar la  
tendencia a subestimar el trabajo ideológico y teórico, una tendencia  
hacia la fetichización del trabajo práctico, la tendencia a situar  
el trabajo teórico fuera de sus órganos dirigentes. Este trabajo necesita  
ser asignado dentro del CC, y los resultados de este trabajo teórico  
deben ser discutidos y adoptados por el CC, y debería darse una tendencia  
a discutir y adoptar estas tareas para su extensión a todos los órganos  
del Partido y organizaciones de base y en la juventud comunista. 
 
La asimilación creativa  
de la teoría comunista revolucionaria incluye no sólo la necesidad  
de que sea asimilada, sino también de su desarrollo, ya que tanto la  
sociedad como la lucha de clases están en constante desarrollo. 
 
Igual que es cierto que  
la teoría revolucionaria fundada por Marx y Engels fue muy avanzada,  
la teoría que Lenin desarrolló especialmente en relación con  
la teoría del Partido, la revolución, el estado obrero, que dio fuerza  
a la acción revolucionaria, también lo es que objetivamente no cubrieron  
fenómenos y acontecimientos que no existían aún o no se habían completado  
hace un siglo y medio. 
No obstante, tales fenómenos  
pueden hoy interpretarse erróneamente y empujar a un PC en una línea  
de cooperación con secciones de la clase burguesa. 
 
La tarea de desarrollar  
nuestra teoría revolucionaria está interrelacionada con la tarea  
de elaborar una estrategia revolucionaria. 
Hoy existe la base teórica  
para el posicionamiento estratégico de los PPCC en relación a los  
fenómenos como las uniones económicas, políticas y militares de los  
estados capitalistas, tales como la UE, la OTAN, el FMI, etc., y en  
relación a otros fenómenos como la aristocracia obrera. Existe una  
base teórica para el rechazo de los análisis teóricos burgueses relativos  
al “fin de la clase obrera”, “fin de la lucha de clases”, “obsolescencia  
del socialismo y el capitalismo” porque supuestamente la sociedad  
de hoy es postindustrial o constructos ideológicos que dicen que la  
crisis económica es causada por el “capitalismo casino” como una  
desviación del capitalismo industrial, etc. 
A pesar de esto, dado  
que esta base teórica no se ha asimilado, viejas tesis revisionistas  
ganan terreno, apareciendo como supuestamente “contemporáneas”  
y, como resultado de la confusión ideológica y de problemas estratégicos,  
se manifiestan en los PPCC. 
El oportunismo contemporáneo  
promueve una línea de unión contra la plusvalía extra, presentando  
esto como un fenómeno que se desvía de los beneficios industriales,  
del desarrollo capitalista “saludable”. 
Basta con retrotraernos  
a los escritos de Engels relativos a las crisis económicas en Inglaterra  
en la primera mitad del siglo XIX para descubrir la perdurabilidad de  
este fenómeno y de las posiciones burguesas que hoy están promoviéndose  
como “pensamiento contemporáneo de izquierdas que refleja la nueva  
realidad social”. 
Sobre esta base surge  
la denominada “estrategia moderna”, el análisis de que los “PPCC  
como fuerza dirigente de la izquierda deberían unirse a las fuerzas  
dispersas de la izquierda en un polo que trabaje por un gobierno de  
izquierdas”. Esta problemática estrategia ha sido probada, con consecuencias  
negativas, en todo el siglo XX y hasta el presente. Se basa en la concepción  
equivocada de las alianzas, que da prioridad a una alianza “por arriba”,  
con fuerzas políticas que representan al oportunismo en el seno del  
movimiento obrero revolucionario, que tiene como estrategia el cambio  
de la correlación de fuerzas en el parlamento burgués para formar  
un gobierno que no será capaz de, o no deseará, entrar en conflicto  
con el dominio capitalista. 
La política de alianzas  
de un PC, es decir, de la clase obrera y los sectores sociales oprimidos,  
no puede tener como objetivo la política utópica de reformar al capitalismo  
y hacerlo pasar de su fase monopolista a su fase premonopolista.. Puede  
y debe ser una alianza que empuje a los sectores populares intermedios  
a una lucha por la ruptura con los monopolios, con sus uniones imperialistas.  
Debe ser una línea para la maduración del factor subjetivo para la  
lucha por el socialismo, incluso aunque no exija que las fuerzas sociales  
aliadas lo entiendan y acepten plenamente. Incluso si el objetivo del  
poder estatal (p.ej. “el poder popular”) y las relaciones económicas  
vinculadas (p.ej. “la economía popular”) se explican en términos  
generales, como en el caso del Frente Antimonopolista y Antiimperialista  
de lucha del KKE, esto no excusa la confusión ideológica sobre la  
posibilidad de una forma intermedia de poder estatal, un estadio intermedio  
entre el capitalismo y el socialismo. 
Es necesario que exista  
una visión común entre los PPCC en este tema, de los PPCC que operan  
en sociedades capitalistas, independientemente de la posición de estas  
sociedades en el sistema capitalista internacional. Esta verdad básica  
la formuló en 1887 Engels en el prólogo a la edición norteamericana  
de “La condición de la clase obrera”: “ya que, como dije antes,  
no puede existir ninguna duda de que la última plataforma de la clase  
obrera norteamericana debe y es esencialmente la misma que la que adopte  
toda la clase obrera militante de Europa, la misma que la del Partido  
Laborista Socialista Alemán-Americano”2. Esta posición  
hace referencia a las históricas diferencias en el desarrollo capitalista  
en EEUU, Alemania, Gran Bretaña y Francia. 
Por supuesto que existen  
fenómenos cuya investigación histórica no llevó a generalizaciones  
teóricas desde el punto de vista de la estrategia revolucionaria unificada  
contra el sistema imperialista mundial. Y teniendo esto en cuenta, la  
elaboración estratégica de los PPCC se hace aún más difícil. 
 
La posición de un PC  
relativa al movimiento nacional que no se ha asimiliado todavía por  
la clase burguesa dominante de un único estado unificado es un asunto  
de este tipo, o incluso a la inversa, la posición de un PC relativa  
a un movimiento autonomista nacional. 
El KKE ha estado lidiando  
con este tipo de asuntos en relación con la población grecochipriota  
durante muchos años, mientras nuestro partido hermano (el PC Turco)  
ha estado preocupado durante  muchos años con el tema de la población  
kurda. 
En opinión del KKE,  
la necesidad de y la promoción de una estrategia comunista revolucionaria  
internacional, de la perspectiva de una nueva internacional, surge de  
este tipo de investigación teórica y estratégica, de la que hablaré  
luego. 
Especialmente durante  
los siglos XVIII y XIX, con la formación de los estados capitalistas,  
no sólo existía la expresión nacional del vehículo natural creado  
de relaciones capitalistas, es decir, las respectivas clases burguesas  
de Francia, Alemania, Grecia, etc, sino que se creó la correspondiente  
clase obrera. 
Los respectivos estados,  
dependiendo en su herencia precapitalista y de las especificidades históricas  
en el desarrollo de sus revoluciones burguesas y formaciones estatales  
capitalistas, contribuyen en mayor o menor medida al surgimiento “suave”  
de las naciones, a la creación más o menos coherente de la conciencia  
nacional. Mientras la organización capitalista de la sociedad y la  
correspondiente formación de un estado capitalista se retrasaba, donde  
los imperios sobrevivieron durante un largo período de tiempo con poderes  
feudales, como el Imperio Otomano, el paso a formaciones estatales capitalistas  
no armonizó las diferencias nacionales desde el punto de vista de los  
intereses unificados del capital. 
Sobre esta base se desarrollaron  
los movimientos separatistas. Algunos estados capitalistas apoyaron  
a estos movimientos mientras otros se pusieron en contra según las  
contradicciones y alianzas que se formaban en el marco de la tendencia  
a competir por la distribución de los mercados, que es la ley del capitalismo. 
 
En la era reaccionaria  
del imperialismo, en la que la clase obrera ha disociado claramente  
su estrategia de la de la burguesía, independientemente de cuestiones  
nacionales, idiomas y otros legados culturales, creemos que los partidos  
comunistas deben formar sus posiciones de acuerdo a los criterios de  
clase, de acuerdo a la unidad de la clase obrera contra la burguesía,  
sin importar si la burguesía nacional aparece como dividida a nivel  
nacional. 
Somos de la opinión de que la siguiente posición de Engels es importante y cierta:
“Los comunistas  
– ese fue el nombre que adoptamos en la  
época y que incluso ahora no repudiamos  
– los comunistas no formamos un partido separado opuesto a otros partidos  
obreros.” 
“No tienen intereses  
separados y aparte de los intereses de toda la clase obrera”. 
 
“No establecen principios  
sectarios propios, por los cuales formar y modelar al movimiento proletario” 
 
“Los comunistas  
se distinguen de los otros partidos obreros sólo por esto: 1.En las  
luchas nacionales de los proletarios de los diferentes países señalan  
y ponen delante los intereses comunes de todo el proletariado, intereses  
independientes de toda nacionalisdad; 2.En los diferentes estadios de  
desarrollo que la lucha de la clase obrera contra la clase capitalista  
transitará, siempre y en todo lugar representan los intereses del movimiento  
en su conjunto. 
“Los comunistas,  
por tanto, son por una parte prácticamente la sección más avanzada  
y decidida de los partidos obreros de todos los países, la sección  
que arrastra a todas las demás; por otro lado, en lo teórico, tienen,  
por encima de la gran masa de proletarios, la ventaja de entender claramente  
la línea de marcha, las condiciones y los resultados generales finales  
del movimiento proletario. 
Así, luchan por la  
consecución de objetivos inmediatos, por el reforzamiento de los intereses  
monetarios de la clase obrera, pero en el movimiento  
del presente, representan y les preocupa el futuro del movimiento”3 
 
Según estos criterios,  
el KKE forma sus posiciones en estos temas, por ejemplo en lo relativo  
a los intereses tanto de los trabajadores grecochipriotas como los turcochipriotas,  
disociándolos de la burguesía greco y turcochipriota. Sobre la misma  
base, el KKE expresa la solidaridad de la clase obrera griega con la  
turca (así como con la kurda, la armenia, etc., independientemente  
de su origen étnico) a pesar de las diferencias entre las burguesías  
que puedan haber establecido su poder estatal (griega, turca) o no (kurda). 
 
En consecuencia, la cuestión  
crucial es la unidad de las varias secciones de la clase obrera, que  
están objetivamente estructuradas en el marco de una esepcífica entidad  
capitalista estatal, para su derrocamiento y para la abolición de la  
burguesía étnicamente dominante así como de la que se efnrenta a  
algunas restricciones. 
Aunque la formación  
de los estados nacionales burgueses hasta el inicio del siglo XX representaba  
progreso en la historia del desarrollo humano, la secesión de grupos  
étnicos y la formación de nuevos estados capitlaistas hoy, bajo las  
condiciones del dominio del capitalismo a nivel global, no puede traer  
nada positivo para el movimiento obrero, sino que causa realineamientos  
en la correlación de fuerzas en el seno del capitalismo. 
 
Por tanto, la posición  
de que el patriotismo y el internacionalismo tienen carácter de clase,  
capitalista u obrero, que se determina por las principales clases de  
la sociedad capitalista, sigue siendo cierta hoy, más de lo que lo  
era en la época de Lenin en el imperio multinacional zarista así como  
en todo estado burgués independientemente del grado de homogeneización  
étnica. 
Esto significa que no  
puede haber patriotismo para las capas medias independiente del cosmopolitismo  
monopolista. Las capas medias tendrán que tomar posición bien con  
el patriotismo del capital, que incluye la contradicción entre la defensa  
de su estructura nacional estatal y el cosmopolitismo, o con el patriotismo  
obrero que incluye la solidaridad obrera internacionalista sin ninguna  
contradicción (internacionalismo proletario). 
La clase obrera cumple  
su papel dirigente objetivo en la lucha por la abolición de la explotacion  
capitalista, por tanto por la abolición de las diferencias nacionales,  
hasta el punto de que el movimiento obrero revolucionario – transformado  
en partidos comunistas – dirige conscientemente a los sectores de  
las capas medias a la acción común con la clase obrera contra el poder  
capitalista; hasta el punto de que asegura la acción conjunta con la  
clase obrera de estados vecinos, así como a nivel regional e internacional. 
 
Así, cada partido comunista  
promueve la lucha revolucionaria en su país adoptando iniciativas y  
apoyando las de otros partidos que fortalezcan la unidad ideológica  
y política. Estas actividades pueden incluir varias formas de acción  
que han sido probadas en el pasado, por ejemplo declaraciones conjuntas  
sobre problemas comunes de la clase obrera internacional, solidaridad  
y apoyo a toda clase obrera que se enfrente a problemas graves en su  
país, actividad conjunta para informar y movilizar, iniciativas conjuntas  
para la propagación de la ideología comunista y desarrollo de la teoría  
revolucionaria por medio de escuelas del partido, seminarios, publicaciones,  
etc. Además, tales actividades fortalecen la unidad organizativa. 
 
La forma de una organización  
comunista internacional no puede ser producto del pensamiento abstracto  
en condiciones en las que la unidad ideológica y política de los partidos  
comunistas de diferentes países, y también de cada país por separado,  
requiere de la férrea y unificada posición del movimiento frente al  
oportunismo, considerándolo como enemigo y no tolerándolo como fuerza  
política con la que cooperar sobre la base de un “programa mínimo”. 
 
El más profundo estudio  
de las anteriores internacionales comunistas y, especialmente, de la  
Tercera Interancional Comunista, nos llevará a conclusiones que  
son necesarias para la reconstrucción ideológica y estratégica del  
movimiento comunista internacional y su revitalización. 
 
La nueva expresión organizativa  
de esta unidad debería reflejar definitivamente esta maduración. En  
este sentido, será diferente de las expresiones organizativas  
de la tercera internacoinal, que se basó en la victoria revolucionaria  
del PCR (B) en Rusia y en la influencia que ejerció en las fuerzas  
revolucionarias de los viejos partidos que han sido asimilados por el  
sistema de los partidos socialdemócratas. Estas fuerzas no se han disociado  
de la “socialdemocracia”, en primer lugar en el movimiento sindical,  
como para ganar a la mayoría de sectores militantes de la clase obrera. 
 
No obstante, estos son aspectos de investigación histórica que deben discutirse de forma más detallada.
------1.Artículo de Eleni Mpellou, miembro del Buró Político del CC del KKE, escrito a petición del Partido Comunista de Turquía para una actividad organizada por el Centro de Investigación Marxista-Leninista de Turquía. El artículo fue publicado en la revista teórica del Partido Comunista de Grecia (Komunistiki Epitheorisi, segundo número de 2010)
2. Marx, K. y Engels, F. OOCC. 2ª ed. t. 21, pp. 351.
3.Marx, K. y Engels, F. OOCC. 2ª ed. t. 21, pp. 353.
Many thanks to the comrades of the Communist Party of the Peoples of Spain for the translation
e-mail:cpg@int.kke.gr

 
                             
            