Ideas sobre una nueva Internacional
El
internacionalismo en la teoría marxista
Eleni Mpelou1
Para el KKE es una cuestión
de principios que la vanguardia ideológica, política y organizativa
de la clase obrera debe expresarse de forma distintiva y unificada a
nivel internacional.
La base teórica de este
prinicipio, que descansa en las obras de Marx y Engels, puede encontrarse
en la actividad y dimensión internacionales del capital, las cuales
nosotros estudiaremos a la luz de los acontecimientos actuales.
Para que el capital pueda
reproducirse como relación socioeconómica, ya ha logrado superar la
frontera del “estado nacional”, que creó como forma de poder
político estatal para establecerse y para superar las relaciones feudales,
para abolir la estrechez de la economía natural y del mercado local,
así como de la producción artesana.
El fenómeno del comercio
internacional y de las compañías por acciones, que Marx había analizado,
tomó nuevas dimensiones y características a finales del siglo
XIX y, especialmente, en el siglo XX, a través de la exportación extensiva
de capital para inversiones extranjeras directas, la creación a escala
internacional de bolsas y otros mercados para el capital financiero
(p.ej. el Banco Mundial, el FMI, etc.) y la composición internacional
de los accionistas en compañías de inversiones.
Sobre esta base, tras
la II Guerra Mundial y a pesar de la continua agudización de la competencia
capitalista (entre empresas y entre estados), se formaron centros más
fuertes para la elaboración de una estrategia unificada del sistema
imperialista mundial contra la clase obrera, su organización revolucionaria
y su actividad como movimiento dentro de los estados capitalistas e
incluso más contra su poder estatal en los países que estaban construyendo
el socialismo.
Tales centros para la
producción de una estrategia y actividad unificadas del capital internacional
estaban vinculados a la coordinación de la toma de decisiones (p.ej.
el G7, que hoy ha sido ampliado a G20) y en órganos de intervención
directa económica (FMI, Banco Mundial, etc.) y militar (OTAN, Euroejército,
etc.).
Por supuesto, el desarrollo
desigual del capitalismo y la competencia, que son inherentes al sistema,
llevan a cambios en la correlación de fuerzas entre estos centros,
mientras al mismo tiempo se forman otros regionales (p.ej. UE, ALCA,
ALBA, MERCOSUR, ASEAN, Acuerdo de Shanghai, etc.).
En todos estos centros,
en los que se expresa la unidad del poder estatal del capital en relación
con su oponente, la clase obrera, la continuidad del estado capitalista
está salvaguardada independientemente del color político-ideológico
de un gobierno u otro.
Un ejemplo característico
de esta realidad es la composicióin del bien conocido “Grupo Bilderberg”,
en donde empresarios, armadores, banqueros, diplomáticos, militares,
economistas, periodistas, intelectuales y políticos de todas las tendencias
de la burguesía de todo el mundo deliberan “a puerta cerrada”.
Paralelamente, las corrientes
políticas burguesas y los representantes naturales del capital se han
organizado en uniones internacionales y regionales.
¿Qué clase no tiene
una expresión internacional en relación al poder capitalista que se
organiza a nivel estatal y a nivel internacional? La clase obrera.
Junto a la obvia necesidad
de contar con esta expresión, lo que debemos examinar son las causas
de los problemas relativos a la promoción de la organización internacional
de la vanguardia ideológica y política de la clase obrera.
En opinión del KKE,
el problema no es principalmente de tipo organizativo, sino teórico
e ideológico, el cual por supuesto refleja la separación, la división
de la clase obrera a nivel nacional.
La unidad ideológica
del movimiento comunista internacional ha sido destruida y esto es lo
que necesita restaurarse. Ésta es la tarea básica para todos los PPCC
- independientemente de sus diferentes nombres – que tienen el necesario
contenido de clase en su base y en sus órganos dirigentes, que aseguran
la voluntad de la vanguardia de la clase obrera para organizar la lucha
contra la explotación capitalista y no para pactar con ella.
La profunda crisis ideológica,
política y organizativa del movimiento obrero internacional se ha expresado
en los últimos 25 años y sus raíces van aún más atrás (décadas,
de hecho).
El KKE opina que el desmantelamiento
de esta unidad ideológica tuvo lugar debido al gradual fortalecimiento
y difusión del revisionismo. Por supuesto, lo que ocurre a nivel de
conciencia, en este caso el revisionismo, es un reflejo de los acontecimientos
socioeconómicos – las secciones de la clase obrera en los países
capitalistas avanzados gozaron de salarios más altos y mejores condiciones
de vida debido a la plusvalía extra que el capital obtenía en sus
países, tomando por ejemplo el monopolio en el comercio exterior (Gran
Bretaña hasta finales del siglo XIX) y la capacidad para explotar materias
primas y trabajo barato en sociedades menos desarrolladas. Los hijos
de estas secciones de la clase obrera y de la aristocracia obrera en
el movimiento sindical y político absorbieron la propaganda burguesa
por medio del sistema educativo y fueron incorporados a los mecanismos
ampliados del estado – bien en los “servicios” del Estado burgués
(educación, salud, bienestar) o puramente en mecanismos administrativos
(oficinas tributarias, administraciones locales, mantenimiento de la
propiedad estatal, etc.) o en empresas públicas o semipúblicas (bancos,
servicios públicos, energía, agua, industria de telecomunicaciones,
turismo, etc.).
La compra de secciones
de la clase obrera y su incorporación a sectores dinámicos de la industria
capitalista se logró en combinación con el soborno amplio de científicos
que tenían raíces obreras; así podemos ver que la ampliación de
la base social del oportunismo y el fortalecimiento del revisionismo
son fenómenos interconectados. La capacidad de las fuerzas políticas
burguesas para comprar a amplias secciones de la clase obrera sirvió
al objetivo político de corromper al movimiento obrero, de distraerlo
de su objetivo estratégico de la revolución socialista en Europa y,
más en general, en el mundo capitalista desarrollado e incluso en condiciones
en las que la correlación de fuerzas había mejorado para las fuerzas
del socialismo tras el fin de la II Guerra Mundial.
El revisionismo y el
oportunismo en los PPCC de los estados capitalistas fuertes ejercieron
presión sobre los PPCC gobernantes, en condiciones extremadamente complejas.
a)el período histórico a nivel internacional (p.ej. el desarrollo de la bomba atómica primero por los EEUU o la política de la “guerra fría” contra la URSS inmediatamente tras el fin de la II Guerra Mundial), cuando las pérdidas del capitalismo no se analizaron objetivamente en combinación con su capacidad para recuperar su posición.
b)la debilidad y los descuidos en la creación de una estrategia del movimiento comunista internacional contra el sistema imperialista internacional, dado que en varias instancias, extremadamente importantes en aquel momento, el frente de lucha contra la ocupación extranjera y el eje de Hitler se separó de la lucha por la toma del poder estatal por la clase obrera.
c)la URSS se enfrentó
a tareas teóricas y prácticas sin precedentes (p.ej. la contención
y posterior abolición de las relaciones mercantiles, la contradicción
entre trabajo manual e intelectual, el desarrollo de la organización
del trabajo en sectores productivos de la industria socialista, la amplia
participación obrera en la organización y administración de la producción
y los servicios, en el control obrero de la gestión y, más generalmente,
de los órganos del poder estatal obrero). La lucha de clases para el
desarrollo socialista entró en una nueva fase.
La revisión y el oportunismo
irreversiblemente corrompieron a los PPCC gobernantes, con el resultado
de que dirigieron derrocamientos contrarrevolucionarios, la restauración
capitalista violenta o controlada, proceso que todavía está en marcha.
Otra corriente del revisionismo
y el oportunismo, conocida como “eurocomunismo”, corrompió
al movimiento obrero en las sociedades capitalistas desarrolladas y
continúa haciéndolo, por un lado manteniendo la continuidad histórica
y los símbolos del movimiento comunista, y por otra creando una organización
oportunista europea (el PIE). El PIE utiliza y fomenta las debilidades
existentes y las dificultades de los PPCC, por ejemplo en América Latina
y Asia, debilidades que surgen del desarrollo relativamente retrasado
del capitalismo en esos países. El PIE promueve una línea de alianza
con fuerzas burguesas de otros centros imperialistas a los que denomina
aliados (por ejemplo, la UE) contra el imperialismo norteamericano.
En las condiciones actuales,
los PPCC en países en los que el poder estatal burgués trata de elevar
su posición a nivel continental e internacional, se enfrentan al siguiente
desafío – elaborar su estrategia teniendo en cuenta y superando los
problemas estratégicos en el movimiento comunista internacional que
ellos habían desarrollado como partidos.
Frente a todo esto, los
PPCC dedicados a la ideología comunista, al marxismo-leninismo, al
papel histórico de la clase obrera para el progreso social y la necesidad
del socialismo, a la necesidad de la revolución política y del poder
estatal obrero revolucionario (la dictadura del proletariado), tienen
como prioridades las siguientes tareas:
1. El estudio profundo
y la difusión de la ideología comunista, por medio de la publicación
de los trabajos de sus fundadores en todos los idiomas, escuelas del
partido para la educación marxista organizada de sus cuadros, extensión
de estas tareas a sus militantes y trabajo similar con los cuadros de
las juventudes comunistas.
2. La formación de una
intelectualidad comunista, es decir, cuadros científicos del partido
con educación marxista y educación similar para los cuadros obreros
que tienen las capacidades necesarias para el trabajo intelectual. Todo
PC, utilizando a la intelectualidad marxista, estudiará científicamente
– no sólo mediante la observación empírica – la situación socioeconómica
y política de su país, su posición en el sistema imperialista internacional,
sus relaciones internacionales, estudios que se basarán científicamente
en las fuerzas comunistas, para que su carácter científico no entre
en conflicto con su carácter de clase.
Para que los PPCC no
se conviertan en rehenes de la ideología burguesa, deben superar la
tendencia a subestimar el trabajo ideológico y teórico, una tendencia
hacia la fetichización del trabajo práctico, la tendencia a situar
el trabajo teórico fuera de sus órganos dirigentes. Este trabajo necesita
ser asignado dentro del CC, y los resultados de este trabajo teórico
deben ser discutidos y adoptados por el CC, y debería darse una tendencia
a discutir y adoptar estas tareas para su extensión a todos los órganos
del Partido y organizaciones de base y en la juventud comunista.
La asimilación creativa
de la teoría comunista revolucionaria incluye no sólo la necesidad
de que sea asimilada, sino también de su desarrollo, ya que tanto la
sociedad como la lucha de clases están en constante desarrollo.
Igual que es cierto que
la teoría revolucionaria fundada por Marx y Engels fue muy avanzada,
la teoría que Lenin desarrolló especialmente en relación con
la teoría del Partido, la revolución, el estado obrero, que dio fuerza
a la acción revolucionaria, también lo es que objetivamente no cubrieron
fenómenos y acontecimientos que no existían aún o no se habían completado
hace un siglo y medio.
No obstante, tales fenómenos
pueden hoy interpretarse erróneamente y empujar a un PC en una línea
de cooperación con secciones de la clase burguesa.
La tarea de desarrollar
nuestra teoría revolucionaria está interrelacionada con la tarea
de elaborar una estrategia revolucionaria.
Hoy existe la base teórica
para el posicionamiento estratégico de los PPCC en relación a los
fenómenos como las uniones económicas, políticas y militares de los
estados capitalistas, tales como la UE, la OTAN, el FMI, etc., y en
relación a otros fenómenos como la aristocracia obrera. Existe una
base teórica para el rechazo de los análisis teóricos burgueses relativos
al “fin de la clase obrera”, “fin de la lucha de clases”, “obsolescencia
del socialismo y el capitalismo” porque supuestamente la sociedad
de hoy es postindustrial o constructos ideológicos que dicen que la
crisis económica es causada por el “capitalismo casino” como una
desviación del capitalismo industrial, etc.
A pesar de esto, dado
que esta base teórica no se ha asimilado, viejas tesis revisionistas
ganan terreno, apareciendo como supuestamente “contemporáneas”
y, como resultado de la confusión ideológica y de problemas estratégicos,
se manifiestan en los PPCC.
El oportunismo contemporáneo
promueve una línea de unión contra la plusvalía extra, presentando
esto como un fenómeno que se desvía de los beneficios industriales,
del desarrollo capitalista “saludable”.
Basta con retrotraernos
a los escritos de Engels relativos a las crisis económicas en Inglaterra
en la primera mitad del siglo XIX para descubrir la perdurabilidad de
este fenómeno y de las posiciones burguesas que hoy están promoviéndose
como “pensamiento contemporáneo de izquierdas que refleja la nueva
realidad social”.
Sobre esta base surge
la denominada “estrategia moderna”, el análisis de que los “PPCC
como fuerza dirigente de la izquierda deberían unirse a las fuerzas
dispersas de la izquierda en un polo que trabaje por un gobierno de
izquierdas”. Esta problemática estrategia ha sido probada, con consecuencias
negativas, en todo el siglo XX y hasta el presente. Se basa en la concepción
equivocada de las alianzas, que da prioridad a una alianza “por arriba”,
con fuerzas políticas que representan al oportunismo en el seno del
movimiento obrero revolucionario, que tiene como estrategia el cambio
de la correlación de fuerzas en el parlamento burgués para formar
un gobierno que no será capaz de, o no deseará, entrar en conflicto
con el dominio capitalista.
La política de alianzas
de un PC, es decir, de la clase obrera y los sectores sociales oprimidos,
no puede tener como objetivo la política utópica de reformar al capitalismo
y hacerlo pasar de su fase monopolista a su fase premonopolista.. Puede
y debe ser una alianza que empuje a los sectores populares intermedios
a una lucha por la ruptura con los monopolios, con sus uniones imperialistas.
Debe ser una línea para la maduración del factor subjetivo para la
lucha por el socialismo, incluso aunque no exija que las fuerzas sociales
aliadas lo entiendan y acepten plenamente. Incluso si el objetivo del
poder estatal (p.ej. “el poder popular”) y las relaciones económicas
vinculadas (p.ej. “la economía popular”) se explican en términos
generales, como en el caso del Frente Antimonopolista y Antiimperialista
de lucha del KKE, esto no excusa la confusión ideológica sobre la
posibilidad de una forma intermedia de poder estatal, un estadio intermedio
entre el capitalismo y el socialismo.
Es necesario que exista
una visión común entre los PPCC en este tema, de los PPCC que operan
en sociedades capitalistas, independientemente de la posición de estas
sociedades en el sistema capitalista internacional. Esta verdad básica
la formuló en 1887 Engels en el prólogo a la edición norteamericana
de “La condición de la clase obrera”: “ya que, como dije antes,
no puede existir ninguna duda de que la última plataforma de la clase
obrera norteamericana debe y es esencialmente la misma que la que adopte
toda la clase obrera militante de Europa, la misma que la del Partido
Laborista Socialista Alemán-Americano”2. Esta posición
hace referencia a las históricas diferencias en el desarrollo capitalista
en EEUU, Alemania, Gran Bretaña y Francia.
Por supuesto que existen
fenómenos cuya investigación histórica no llevó a generalizaciones
teóricas desde el punto de vista de la estrategia revolucionaria unificada
contra el sistema imperialista mundial. Y teniendo esto en cuenta, la
elaboración estratégica de los PPCC se hace aún más difícil.
La posición de un PC
relativa al movimiento nacional que no se ha asimiliado todavía por
la clase burguesa dominante de un único estado unificado es un asunto
de este tipo, o incluso a la inversa, la posición de un PC relativa
a un movimiento autonomista nacional.
El KKE ha estado lidiando
con este tipo de asuntos en relación con la población grecochipriota
durante muchos años, mientras nuestro partido hermano (el PC Turco)
ha estado preocupado durante muchos años con el tema de la población
kurda.
En opinión del KKE,
la necesidad de y la promoción de una estrategia comunista revolucionaria
internacional, de la perspectiva de una nueva internacional, surge de
este tipo de investigación teórica y estratégica, de la que hablaré
luego.
Especialmente durante
los siglos XVIII y XIX, con la formación de los estados capitalistas,
no sólo existía la expresión nacional del vehículo natural creado
de relaciones capitalistas, es decir, las respectivas clases burguesas
de Francia, Alemania, Grecia, etc, sino que se creó la correspondiente
clase obrera.
Los respectivos estados,
dependiendo en su herencia precapitalista y de las especificidades históricas
en el desarrollo de sus revoluciones burguesas y formaciones estatales
capitalistas, contribuyen en mayor o menor medida al surgimiento “suave”
de las naciones, a la creación más o menos coherente de la conciencia
nacional. Mientras la organización capitalista de la sociedad y la
correspondiente formación de un estado capitalista se retrasaba, donde
los imperios sobrevivieron durante un largo período de tiempo con poderes
feudales, como el Imperio Otomano, el paso a formaciones estatales capitalistas
no armonizó las diferencias nacionales desde el punto de vista de los
intereses unificados del capital.
Sobre esta base se desarrollaron
los movimientos separatistas. Algunos estados capitalistas apoyaron
a estos movimientos mientras otros se pusieron en contra según las
contradicciones y alianzas que se formaban en el marco de la tendencia
a competir por la distribución de los mercados, que es la ley del capitalismo.
En la era reaccionaria
del imperialismo, en la que la clase obrera ha disociado claramente
su estrategia de la de la burguesía, independientemente de cuestiones
nacionales, idiomas y otros legados culturales, creemos que los partidos
comunistas deben formar sus posiciones de acuerdo a los criterios de
clase, de acuerdo a la unidad de la clase obrera contra la burguesía,
sin importar si la burguesía nacional aparece como dividida a nivel
nacional.
Somos de la opinión de que la siguiente posición de Engels es importante y cierta:
“Los comunistas
– ese fue el nombre que adoptamos en la
época y que incluso ahora no repudiamos
– los comunistas no formamos un partido separado opuesto a otros partidos
obreros.”
“No tienen intereses
separados y aparte de los intereses de toda la clase obrera”.
“No establecen principios
sectarios propios, por los cuales formar y modelar al movimiento proletario”
“Los comunistas
se distinguen de los otros partidos obreros sólo por esto: 1.En las
luchas nacionales de los proletarios de los diferentes países señalan
y ponen delante los intereses comunes de todo el proletariado, intereses
independientes de toda nacionalisdad; 2.En los diferentes estadios de
desarrollo que la lucha de la clase obrera contra la clase capitalista
transitará, siempre y en todo lugar representan los intereses del movimiento
en su conjunto.
“Los comunistas,
por tanto, son por una parte prácticamente la sección más avanzada
y decidida de los partidos obreros de todos los países, la sección
que arrastra a todas las demás; por otro lado, en lo teórico, tienen,
por encima de la gran masa de proletarios, la ventaja de entender claramente
la línea de marcha, las condiciones y los resultados generales finales
del movimiento proletario.
Así, luchan por la
consecución de objetivos inmediatos, por el reforzamiento de los intereses
monetarios de la clase obrera, pero en el movimiento
del presente, representan y les preocupa el futuro del movimiento”3
Según estos criterios,
el KKE forma sus posiciones en estos temas, por ejemplo en lo relativo
a los intereses tanto de los trabajadores grecochipriotas como los turcochipriotas,
disociándolos de la burguesía greco y turcochipriota. Sobre la misma
base, el KKE expresa la solidaridad de la clase obrera griega con la
turca (así como con la kurda, la armenia, etc., independientemente
de su origen étnico) a pesar de las diferencias entre las burguesías
que puedan haber establecido su poder estatal (griega, turca) o no (kurda).
En consecuencia, la cuestión
crucial es la unidad de las varias secciones de la clase obrera, que
están objetivamente estructuradas en el marco de una esepcífica entidad
capitalista estatal, para su derrocamiento y para la abolición de la
burguesía étnicamente dominante así como de la que se efnrenta a
algunas restricciones.
Aunque la formación
de los estados nacionales burgueses hasta el inicio del siglo XX representaba
progreso en la historia del desarrollo humano, la secesión de grupos
étnicos y la formación de nuevos estados capitlaistas hoy, bajo las
condiciones del dominio del capitalismo a nivel global, no puede traer
nada positivo para el movimiento obrero, sino que causa realineamientos
en la correlación de fuerzas en el seno del capitalismo.
Por tanto, la posición
de que el patriotismo y el internacionalismo tienen carácter de clase,
capitalista u obrero, que se determina por las principales clases de
la sociedad capitalista, sigue siendo cierta hoy, más de lo que lo
era en la época de Lenin en el imperio multinacional zarista así como
en todo estado burgués independientemente del grado de homogeneización
étnica.
Esto significa que no
puede haber patriotismo para las capas medias independiente del cosmopolitismo
monopolista. Las capas medias tendrán que tomar posición bien con
el patriotismo del capital, que incluye la contradicción entre la defensa
de su estructura nacional estatal y el cosmopolitismo, o con el patriotismo
obrero que incluye la solidaridad obrera internacionalista sin ninguna
contradicción (internacionalismo proletario).
La clase obrera cumple
su papel dirigente objetivo en la lucha por la abolición de la explotacion
capitalista, por tanto por la abolición de las diferencias nacionales,
hasta el punto de que el movimiento obrero revolucionario – transformado
en partidos comunistas – dirige conscientemente a los sectores de
las capas medias a la acción común con la clase obrera contra el poder
capitalista; hasta el punto de que asegura la acción conjunta con la
clase obrera de estados vecinos, así como a nivel regional e internacional.
Así, cada partido comunista
promueve la lucha revolucionaria en su país adoptando iniciativas y
apoyando las de otros partidos que fortalezcan la unidad ideológica
y política. Estas actividades pueden incluir varias formas de acción
que han sido probadas en el pasado, por ejemplo declaraciones conjuntas
sobre problemas comunes de la clase obrera internacional, solidaridad
y apoyo a toda clase obrera que se enfrente a problemas graves en su
país, actividad conjunta para informar y movilizar, iniciativas conjuntas
para la propagación de la ideología comunista y desarrollo de la teoría
revolucionaria por medio de escuelas del partido, seminarios, publicaciones,
etc. Además, tales actividades fortalecen la unidad organizativa.
La forma de una organización
comunista internacional no puede ser producto del pensamiento abstracto
en condiciones en las que la unidad ideológica y política de los partidos
comunistas de diferentes países, y también de cada país por separado,
requiere de la férrea y unificada posición del movimiento frente al
oportunismo, considerándolo como enemigo y no tolerándolo como fuerza
política con la que cooperar sobre la base de un “programa mínimo”.
El más profundo estudio
de las anteriores internacionales comunistas y, especialmente, de la
Tercera Interancional Comunista, nos llevará a conclusiones que
son necesarias para la reconstrucción ideológica y estratégica del
movimiento comunista internacional y su revitalización.
La nueva expresión organizativa
de esta unidad debería reflejar definitivamente esta maduración. En
este sentido, será diferente de las expresiones organizativas
de la tercera internacoinal, que se basó en la victoria revolucionaria
del PCR (B) en Rusia y en la influencia que ejerció en las fuerzas
revolucionarias de los viejos partidos que han sido asimilados por el
sistema de los partidos socialdemócratas. Estas fuerzas no se han disociado
de la “socialdemocracia”, en primer lugar en el movimiento sindical,
como para ganar a la mayoría de sectores militantes de la clase obrera.
No obstante, estos son aspectos de investigación histórica que deben discutirse de forma más detallada.
------1.Artículo de Eleni Mpellou, miembro del Buró Político del CC del KKE, escrito a petición del Partido Comunista de Turquía para una actividad organizada por el Centro de Investigación Marxista-Leninista de Turquía. El artículo fue publicado en la revista teórica del Partido Comunista de Grecia (Komunistiki Epitheorisi, segundo número de 2010)
2. Marx, K. y Engels, F. OOCC. 2ª ed. t. 21, pp. 351.
3.Marx, K. y Engels, F. OOCC. 2ª ed. t. 21, pp. 353.
Many thanks to the comrades of the Communist Party of the Peoples of Spain for the translation
e-mail:cpg@int.kke.gr