Declaración del Buró Político del CC del KKE: “Fortalecer la lucha de clases y la acción antiimperialista frente a los peligrosos acontecimientos en el Mediterráneo Oriental y en nuestra región”
1. Los acontecimientos
en el sudeste del Mediterráneo son explosivos y están formando una
muy peligrosa situación, con enormes consecuencias para las vidas de
los trabajadores. Tras la intervención imperialista en Libia, que pasa
el testigo para el reparto del botín, se refuerzan las amenazas de
Turquía contra Chipre, se agudizan las relaciones entre Turquía e
Israel, crece la agresividad de Israel contra el pueblo palestino, Líbano
y Egipto, mientras el plan imperialista para la intervención en Siria
está en marcha, el cual también pretende una ofensiva contra Irán,
utilizando su programa nuclear como pretexto. Estos acontecimientos
están vinculados a realineamientos más generales en la región, que
están conectados con el plan imperialista para el “nuevo Oriente
Medio”, con los cambios que están teniendo lugar en el norte de África
y en Oriente Medio tras el derrocamiento de los gobiernos antipopulares
de Egipto y Túnez, con los intentos de reorganizar el sistema político
burgués para que se corresponda con las necesidades actuales de rentabilidad
capitalista. Esta realidad está distorsionada por la posición relativa
a la “primavera árabe”, que están reproduciendo las fuerzas burguesas
y oportunistas.
2. Esta situación
se está desarrollando en condiciones de una profunda crisis capitalista
sincronizada de sobreacumulación de capital que busca vías para la
alta rentabilidad. Se caracteriza por la agudización de las contradicciones
interimperialistas, que se intensifican bajo las condiciones de la crisis
capitalista, por el control de los recursos naturales y de las rutas
de transporte de la energía, y pueden llevar a confrontaciones militares
generalizadas como continuación de las guerras imperialistas que los
EE.UU.-OTAN-UE desataron en el período anterior contra Yugoslavia,
Afganistán, Irak y Libia. El peligro de nuevos conflictos militares
crece, particularmente en esta región clave, de acuerdo con el realineamiento
de las potencias en la pirámide imperialista. Los EE.UU., la UE, China,
Rusia, etc., han entrado en el terreno de la competencia creciente con
acuerdos y alianzas para la división del botín de la enorme riqueza
y reservas energéticas de la región. El conflicto podría alcanzar
a toda la región en mayor o menor medida (Mediterráneo Oriental, Oriente
Medio y Norte de África, Golfo Pérsico, los Balcanes y el Mar Caspio).
3. El KKE mantiene la posición de que los acontecimientos subrayan la necesidad de la utilización de los recursos naturales en interés de los trabajadores, vía la mutua cooperación entre los pueblos. Una condición previa para esta posibilidad es que el poder pase a manos de los pueblos, que se abra la vía para la socialización de la riqueza natural y de los medios de producción concentrados, que deben ser propiedad del pueblo, y que la economía se desarrolle mediante la planificación central y el control popular.
De otra manera,
esta riqueza natural seguirá siendo fuente de discordia entre
los monopolios y entre los estados capitalistas, quienes están peleando
por el control y la explotación de los recursos naturales sin dudar
en masacrar a los pueblos para salvaguardar sus beneficios, sin dudar
en destruir el medio ambiente a la vez que los pueblos están pagando
unos muy altos precios por el petróleo, el gas natural y la energía
en general.
4. La realidad
demuestra que los gobiernos que gestionan el sistema y que están incorporados
a las uniones imperialistas como la OTAN y la UE, se ven envueltos en
la competencia interimperialista. La OTAN y la UE no sólo no suponen
ningún “escudo” frente a los peligros de las tensiones y la guerra,
tal como afirman los euroatlantistas, sino que, como “protectores”
de la rentabilidad, son “vehículos” de la guerra imperialista,
de las intervenciones y de la explotación de los trabajadores. Los
largos años de experiencia del pueblo griego son testigos de esto,
desde la entrada en la OTAN y la UE, quienes no sólo no ayudaron a
la salvaguarda de los derechos soberanos del país, sino que constituyeron
una herramienta que ayudó a la clase dirigente turca a disputarlos,
con las “zonas grises” del Egeo y el régimen de “gestión conjunta”
en el marco de la OTAN, etc.
Por otra parte,
China y, en particular, Rusia, están interviniendo en la región claramente,
en algunas regiones incluso en relación antagónica con los EE.UU.
(p.ej., en Siria), mientras cooperan en otras (p.ej., en relación a
la utilización de los yacimientos de Chipre). Merece la pena señalar
la discreta, en relación a la de EE.UU., actividad de Gran Bretaña
(p.ej., explotación de los yacimientos del norte de Irak en cooperación
con grupos monopolistas turcos) y su participación en los acuerdos
energéticos de Chipre.
5. Turquía, utilizando
su fuerza económica y militar, busca obtener un papel estratégico
en la región, un papel de fuerte potencia regional, y promueve sus
intereses monopolistas en los Balcanes, el Cáucaso, el Mar Negro, el
Mediterráneo y Oriente Medio para extraer la parte más grande posible
de los recursos naturales y los mercados de la región, utilizando además
sentimientos religiosos. Se presenta como un supuesto “protector de
los palestinos”, a la vez que mantiene la ocupación turca del 37%
del territorio chipriota y, mediante provocaciones y amenazas, se posiciona
contra la República de Chipre, contra los derechos soberanos de Chipre.
Turquía está
desarrollando relaciones contradictorias de competencia y cooperación
tanto con Egipto (fijación de la Zona Económica Exclusiva, cooperación
energética) como con Irán (cuestión kurda, participación de Turquía
en el proyecto del escudo antimisiles de los EE.UU.-OTAN). Utiliza el
“tema palestino” para disputar la zona económica exclusiva de Israel
y Chipre. El Líbano también se mueve en la dirección de disputar
la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Israel. Turquía está intentando
llevar a cabo una compleja negociación en muchos temas para salvaguardar
sus principales intereses, dando prioridad en esta coyuntura al tema
kurdo y a la ZEE en el Mediterráneo.
6. Por su parte, la clase burguesa de Grecia ha firmado acuerdos político-militares con Israel. Estos acuerdos suponen la base para ejercicios militares conjuntos y preparan el terreno para actos militares de agresión contra Irán, que están dirigidos contra los pueblos de la región, contra el pueblo palestino.
El KKE ha condenado
tanto la agresividad de Turquía y los acuerdos greco-turcos que sirven
a los intereses de las clases burguesas, como los acuerdos político-militares
del gobierno griego con Israel, y avisa al pueblo de que la incorporación
a una u otra alianza, que operan sobre la base de los intereses monopolistas,
alberga grandes peligros y no sólo podría llevar a duros conflictos
interimperialistas, sino también a “puntos calientes” y a confrontaciones
militares más generalizadas, que traerán catástrofes a gran escala
y facilitarán la intervención y el “arbitraje” de los EE.UU.,
la OTAN y la UE bajo cualquier tipo de “paraguas” que decidan. Esto
también afecta a la promoción del “paquete” sobre el Egeo, que
concede derechos soberanos y la explotación conjunta de los recursos
naturales y a la promoción de un plan (como el plan Annan) que no garantiza
los derechos de Chipre, de los grecochipriotas y de los turcochipriotas.
7. En estas condiciones,
condenamos las amenazas que el gobierno turco ha desatado contra Chipre.
Estamos preparados para tratar con cualquier actividad agresiva y apoyamos
la lucha del pueblo chipriota por un Chipre unificado e independiente,
por una solución federal, bizonal y bicomunal con una única soberanía
e identidad internacional, sin bases ni tropas extranjeras, una patria
común para los turcochipriotas y los grecochipriotas, sin protectores
ni garantes extranjeros.
Chipre, Palestina,
el Líbano, Grecia y el resto de países de la región tienen el derecho
a utilizar, a explotar, sus Zonas Económicas Exclusivas según la convención
internacional sobre la ley del mar. Los pueblos deben utilizar la riqueza
para sus propios intereses.
Al mismo tiempo,
señalamos que el acercamiento a Israel, así como los procesos
para la formación de un eje Israel-Grecia-Chipre, incluyen el peligro
de una mayor implicación de Grecia y Chipre en la maraña de las contradicciones
interimperialistas.
Israel y, por
supuesto, los EE.UU., no son ningún “apoyo” para los derechos soberanos
de Chipre. Utilizan las inversiones en energía como una palanca para
imponer el nuevo “plan Annan”, como se demuestra con la posición
en favor de la “distribución igualitaria de las fuentes de energía
de la isla en el marco de una amplia solución a la cuestión de Chipre”.
8. Además, avisamos
a los pueblos de la región de que la clase burguesa turca, que ahora
se muestra con el “ropaje” de “defensora” de los palestinos,
juega un papel particularmente agresivo en la región, donde, además
de la ocupación ilegal de una gran parte de Chipre, participa activamente
en el escudo antimisiles de los EE.UU. y la OTAN, en la intervención
imperialista en Siria, en la guerra contra Libia, prepara actividades
contra Irán, etc.
La búsqueda de
protección bajo el “paraguas” de la burguesía turca no sólo no
garantiza los derechos del pueblo, sino que refuerza a una potencia
que es un oponente de los intereses del pueblo y está conectada con
la promoción de los intereses de EE.UU.-OTAN en la región, lo que
también afecta al problema palestino.
El KKE apoya la
justa causa y la lucha del pueblo palestino, toma muchas iniciativas
variadas, impulsando la demanda de retirada de las fuerzas de ocupación
israelíes, del reconocimiento del estado palestino como miembro de
pleno derecho de la ONU, con las fronteras de 1967, con Jerusalén este
como su capital.
9. En las condiciones
de la crisis capitalista y en vistas a los acontecimientos en la región
que podrían desarrollarse muy rápidamente en el próximo período,
el KKE hace un llamamiento al pueblo trabajador para que fortalezca
la lucha de clases y la actividad antiimperialista.
Nuestro pueblo
no debe confiar de ningún modo en las fuerzas burguesas y en sus representantes,
sus gobiernos. No debe aceptar hacer sacrificios en beneficio de la
plutocracia y ser aplastado por las rivalidades de los grupos monopolistas,
los gobiernos burgueses y los ejes y contra-ejes imperialistas. Nuestro
pueblo tiene la obligación histórica de luchar contra el sistema explotador,
contra la guerra, y exigir la desvinculación de los planes imperialistas,
con una alianza popular, por el poder obrero y popular, por la salida
del país de las organizaciones imperialistas, la UE y la OTAN. La defensa
de las fronteras, de los derechos soberanos de nuestro país, en beneficio
de la clase obrera y los sectores populares, no tiene nada que ver con
la defensa de uno u otro polo imperialista, de la rentabilidad de uno
u otro grupo monopolista, sino que está inseparablemente unida a la
lucha por los cambios radicales, por el derrocamiento del poder del
capital.
10.El KKE hace
un llamamiento a los Partidos Comunistas y Obreros y a los movimientos
antiimperialistas de la región para que fortalezcan su lucha contra
todas las potencias imperialistas y contra la guerra imperialista, para
que digan a los pueblos que no escojan una u otra potencia imperialista,
que no se alineen con la burguesía, para que desarrollen con firmeza
la lucha de clases, confiando en sus propias fuerzas, la lucha antiimperialista
coordinada y la lucha por una sociedad libre de la explotación del
hombre por el hombre.
Atenas, 21/9/2011
El Buró Político del CC del KKE
e-mail:cpg@int.kke.gr