El carácter de la época contemporánea como el elemento básico que determina la estrategia de los Partidos Comunistas y la experiencia del KKE
Discurso de Giorgos Marinos, miembro del Buró Político del CC del KKE y miembro del parlamento al seminario internacional del PC del Brazil con tema «La cuestión nacional y la lucha por el socialismo hoy», Rio de Janeiro, 23-24 de marzo de 2012
Agradecemos al Partido Comunista de Brasil por la invitación y damos un caluroso saludo a los comunistas brasileños que durante un largo período, bajo condiciones adversas, han tenido su propia contribución histórica a la lucha del movimiento comunista internacional, en la lucha por los intereses de la clase obrera, del campesinado, de los campesinos sin tierra y de los nativos, contra el imperialismo, la explotación capitalista, apoyando la perspectiva socialista que es el futuro de los pueblos.
El KKE intenta contribuir al debate de hoy sobre estos asuntos ideológico-políticos importantes teniendo en cuenta que hay diferentes enfoques entre los Partidos Comunistas.
Consideramos que es necesario centrar nuestra atención en un asunto crucial que tiene que ver con el carácter de nuestra época y los factores que le determinan ya que es este asunto precisamente la base para la elaboración de la estrategia y de la táctica de los partidos comunistas, para la definición del carácter de la revolución.
Vamos a insistir en destacar algunos factores objetivos que si se ignoran tienen un impacto negativo en la línea de lucha y muchas veces han llevado a los partidos comunistas en una posición que no corresponde a las necesidades de nuestra época y de su papel histórico. Esto no es sólo en relación con la corrosión oportunista que lleva algunos partidos comunistas a la mutación socialdemócrata. Los errores graves se pueden producir también por un análisis equivocado o incompleto del desarrollo del capitalismo en un país, la evaluación errónea del carácter clasista y del papel de las fuerzas políticas o de la correlación de fuerzas a nivel internacional y nacional.
Los comunistas creen en el materialismo histórico y estudian el desarrollo de la evolución social, la sustitución de los sistemas socio-económicos en base al principio indiscutible del conflicto entre las relaciones de producción y las fuerzas de producción que se expresa a través de la lucha de clases. Cuando las relaciones de producción impiden el desarrollo de las fuerzas de producción entonces se manifiesta la necesidad de la revolución social independientemente de si el factor objetivo ha madurado.
La contradicción entre las fuerzas de producción y las relaciones de producción llevó al derrocamiento del sistema esclavista, a través del conflicto entre esclavos y dueños, y del feudalismo, a través del conflicto de los campesinos siervos y los señores feudales. Esta confrontación recorre el capitalismo y se expresa en la relación entre capital y trabajo.
Las relaciones capitalistas de producción surgieron de las entrañas del feudalismo, las revoluciones burguesas resolvieron el asunto crucial del poder, la clase burguesa, la clase progresista en su época, tomó las riendas del poder. Durante este proceso se formaron naciones-Estados que han dado un impulso al desarrollo del capitalismo. La acumulación de capitales condujo a la creación de grandes empresas capitalistas, aceleró la concentración y centralización del capital, fueron creadas sociedades anónimas, monopolios que prevalecieron en el mercado capitalista. El capitalismo premonopolista ha pasado a la historia. A principios del siglo XX el capitalismo pasó a una nueva etapa, la etapa última, imperialista, con sus elementos característicos como la creación de monopolios, del capital financiero, a través de la fusión del capital banquero con el capital industrial y la exportación de capitales.
La época de las revoluciones democráticas burguesas ha terminado. Las condiciones objetivas determinaron el carácter de nuestra época como la época de transición del capitalismo al socialismo que tiene en su núcleo la madurez de las condiciones que son necesarias para la construcción del nuevo sistema, del socialismo-comunismo.
Es precisamente este elemento objetivo, la maduración de las condiciones materiales, que determina el carácter de la revolución en nuestra época como socialista y no la correlación de fuerzas que se puede transformar.
Los clásicos del marxismo-leninismo han definido específicamente estas condiciones previas. Han hablado de la creación de sociedades anónimas-de los monopolios, del carácter social del trabajo y de la producción, del desarrollo de la clase obrera. Han planteado como condición previa de la revolución socialista, la agudización de la contradicción básica entre el carácter social de la producción y la apropiación capitalista individual de sus resultados. Esta es la contradicción que ha generado crisis y que en nuestra época dio lugar a la profunda crisis capitalista de capital sobreacumulado.
Marx en El Capital subraya sobre las sociedades anónimas que son el resultado del mayor desarrollo de la producción capitalista, un puente necesario de paso para la transformación del capital en propiedad de los productores, pero ya no como propiedad privada sino como propiedad directamente social.
Lenin en su obra “El imperialismo, fase superior del capitalismo”, escribió que el monopolio es la plena preparación material para el socialismo y en esta base el imperialismo es la víspera de la revolución socialista.
El curso de maduración de las condiciones materiales puede tener diferente ritmo de un Estado a otro debido al desarrollo desigual del capitalismo y los comunistas estudian este elemento. Sin embargo, objetivamente, el carácter de la época como época de transición del capitalismo al socialismo ha adquirido dimensiones mundiales y esto concierne a todos los países capitalistas donde se ha desarrollado el capitalismo monopolista, concierne tanto a los Estados imperialistas fuertes como a los Estados como Grecia que tienen una posición subordinada en el sistema imperialista.
En cuanto a las particularidades nacionales, quisiéramos hacer referencia a una posición importante que planteó Lenin en su obra “Bajo una bandera ajena” que: sólo el conocimiento de las características básicas de una época determinada pueden servir de base para la comprensión de las características específicas de un país u otro.
Esto es de gran importancia porque muestra la tendencia básica y determina su relación con las particularidades en cada país, particularidades que no cambian el carácter objetivo de nuestra época, la necesidad de resolver la contradicción fundamental entre capital y trabajo y el carácter socialista de la revolución.
El derrocamiento del socialismo en la Unión Soviética y en los demás países socialistas de Europa a través de la victoria de la contrarrevolución no niega la necesidad revolucionaria que existía antes de la Revolución de Octubre y se puso de manifiesto mucho antes, en 1871 con la Comuna de París.
Se ha demostrado tanto a nivel teórico como a través de la experiencia histórica que una condición previa para la abolición de la explotación del hombre por el hombre es la conquista del poder por la clase obrera y la creación de un Estado obrero, la dictadura del proletariado, la socialización de los medios concentrados de producción y la expansión continua de las relaciones de producción socialistas, la planificación central y el control obrero social. El KKE sigue esta dirección. Defiende estos principios de la construcción socialista, defiende el socialismo que se construyó en la Unión Soviética y en los demás países socialistas, las conquistas sin precedentes históricos que no han sido canceladas por los errores, las omisiones y las desviaciones oportunistas que condujeron a la contrarrevolución y al derrocamiento del socialismo. El KKE se opone al llamado socialismo de mercado y confronta ideológica y políticamente el llamado socialismo del siglo XXI que se basa en la búsqueda utópica de un capitalismo con rostro humano, embelleciendo la democracia burguesa parlamentaria, que en realidad es la dictadura de los monopolios.
Consideramos que estamos de acuerdo en que es válida la posición marxista-leninista que destaca que entre el capitalismo y el socialismo no hay un sistema socio-económico intermedio, y por lo tanto no puede existir un tipo de poder intermedio. El carácter del poder será o bien burgués o bien obrero. La posición sobrε la posibilidad y la necesidad de establecer un poder intermedio no ha sido confirmada en ningún país.
La posición de Lenin sobre la “Dictadura Democrática Revolucionaria del proletariado y del campesinado” fue planteada en las condiciones del absolutismo zarista como un objetivo intermedio entre el poder feudal y el poder obrero y no entre el poder burgués y el poder obrero.
En las “Tesis de Abril” (1917) Lenin planteó directamente el objetivo del poder obrero para que el Partido de los Bolcheviques preparara y realizara con éxito la Revolución Socialista en Rusia. Este hecho, el carácter socialista de la revolución a principios del siglo XX en un país con un campesinado numeroso y un atraso económico relativo tiene gran importancia histórica y responde al debate que se lleva a cabo hoy en el movimiento comunista.
El poder obrero revolucionario, la dictadura del proletariado –y no algún poder intermedio– solucionó el problema de la paz, de tierra a los campesinos, de la igualdad de género, de las nacionalidades, en general los llamados asuntos burgueses democráticos, mientras allanó el camino para la construcción del socialismo.
A pesar de que la definición correcta del carácter de la revolución es una cuestión crucial, no es suficiente para el desarrollo de la actividad revolucionaria a un nivel alto que se requiere para el derrocamiento del sistema viejo y anticuado.
Esto requiere gran esfuerzo para la preparación de la clase obrera, de los sectores populares, vinculación de la táctica a la estrategia de modo que la táctica sirva la estrategia, la lucha por el poder obrero. Esto concierne los objetivos de lucha, las consignas, la política de alianzas que se basa en la alianza de la clase obrera, la fuerza motriz principal de la revolución, con los pequeños campesinos y los pequeños trabajadores autónomos de la ciudad. Con estos principios, el Partido Comunista como fuerza dirigente puede tener un impacto decisivo en el desarrollo de la lucha de clases, en la combinación de la lucha política, ideológica y de masas para la maduración del factor subjetivo para que las masas populares se enfrenten a las dificultades objetivas y entiendan la esencia de la explotación capitalista, la necesidad y las condiciones para su abolición.
Si se subestima este elemento y la lucha por el socialismo se convierte en un simple principio que no va más allá de la declaración, entonces se violan las leyes científicas de la lucha de clases y la clase obrera se lleva en la trampa de esperar soluciones parlamentarias y de aceptar la barbarie capitalista.
Por último, quisiéramos hacer una breve referencia a las cuestiones de independencia y soberanía, con Grecia como ejemplo, teniendo en cuenta que las fuerzas burguesas y oportunistas hablan de ocupación de Grecia por la UE o por Alemania, de abolición de la independencia nacional etc.
Esta posición no tiene nada que ver con la realidad.
Grecia, igual que cualquier otro Estado capitalista, participa en las organizaciones imperialistas por decisión consciente de su burguesía, que conscientemente cede los derechos soberanos para salvaguardar sus intereses inmediatos y a largo plazo.
En las condiciones de desarrollo desigual que es una ley absoluta del capitalismo, la participación y el papel de cada Estado capitalista en el sistema imperialista y en todas las organizaciones imperialistas está determinada por su fuerza económica, política y militar. Esto se expresa en Grecia así como en todos los países capitalistas.
La posición de un Estado capitalista en el sistema imperialista debe ser estudiado en base a la relación verdadera de “dependencia- interdependencia”, teniendo en cuenta la experiencia concreta. Es decir, que el desarrollo desigual da lugar a la desigualdad en las relaciones internacionales y esto va a ser erradicado cuando la clase obrera y los sectores populares en Grecia y en los demás Estados capitalistas decidan derrocar el poder del capital y las relaciones de producción capitalistas, construir el socialismo, desarrollando las relaciones internacionales en base al beneficio mutuo.
Es precisamente este elemento que define el patriotismo en nuestra época y es particularmente valiosa la posición leninista que destaca que: “El proletariado no puede permanecer indiferente e impasible ante las condiciones políticas, sociales y culturales de su lucha; por tanto, tampoco pueden serle indiferentes los destinos de su país. Pero los destinos del país le interesan en lo que atañen a su lucha de clases y no en virtud de un ‘patriotismo’ burgués.”
El KKE, al igual que otros partidos comunistas, tiene una historia rica y heroica. Desempeña un papel de liderazgo en la lucha de clases, ha pasado un largo período en clandestinidad, fue la fuerza dirigente contra la ocupación extranjera en 1940-1944, protagonizó en dos luchas armadas en 1944 y en 1946-1949, luchó en el período de la dictadura en 1967-1974 y los años que siguieron. Ha sacado lecciones de la experiencias tanto positivas como negativas, ha aprendido de sus errores. El fruto de este estudio han sido las posiciones que hemos planteado como contribución en el debate que se lleva a cabo en el Movimiento Comunista, que está obligado a insistir y desarrollar su propia estrategia revolucionaria unificada en oposición a la estrategia unificada del imperialismo.
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